12/20/2010

Lecturas del 2010

(Puesto originalmente en Hermano Cerdo, el 7 de diciembre de 2010)

    Este año regresé a México después de cinco años. También cambié de trabajo. Estuve nueve años en el mismo lugar, estudiando y trabajando. En esta vida no todo es para siempre. Lo sé. Extrañaré sin duda ese lugar.
    Por mi nuevo trabajo también he dejado de viajar cuatro horas en tren, algo positivo para mis piernas y espalda, pero que significan menos horas de lectura. He encontrado que el mejor lugar para leer una novela en Tokio es en un vagón.

12/12/2010

El senryu de los indigentes


ビックイシュー日本編集部『路上のうたホームレス川柳』ビックイシュー日本(2010年)

    Big Issue Japan, es una revista publicada dos veces al mes.
    En una cavilación anterior hablé sobre esta publicación, pero vuelvo a explicar sobre su contenido. La revista busca fomentar el trabajo de los indigentes (homeless), especialmente su reinserción dentro de la sociedad. La revista cuesta 300 yenes. Big Issue Japan se lleva solamente 140 yenes de las ganancias, el resto es para el indigente. No es una empresa de caridad. Los vendedores callejeros tienen que despechar las revistas por su propia cuenta. Es decir, no pueden recurrir a la ayuda de otras personas para venderlas. Además, en caso de necesitar más ejemplares, tienen que pagarle a Big Issue Japan, para que les surtan de más números.

12/05/2010

Guerra Fría y América Latina


Brands, Hal. Latin America’s Cold War (Cambridge: Harvard University Press, 2010)

    En estos días, todas las noticias internacionales han girado entorno al escándalo de los archivos de los WikiLeaks. No me he puesto a leer todos las notas con atención, pero desde mi perspectiva, muchos son como chismes de lavadero u opiniones personales de los diplomáticos del Departamento de Estado. No tienen un valor histórico como otros archivos. Son cosas banales. Por ejemplo, qué interesa si Silvio Berlusconi es un “inepto” o qué novedad es saber que Kim Yong Il tiene un trauma personal por su “espantosa figura”.
   

11/20/2010

Irreal

  Roncangliolo, Santiago, Tan cerca de la vida (Madrid, Alfaguara, 2010)

  Hace unas semanas, con mis alumnos leímos “El almohadón de plumas”, un cuento de Horacio Quiroga incluido dentro de su libro más famoso: Cuentos de amor, de locura y de muerte (1917). Sinceramente, no sabían cómo reaccionarían estos jóvenes japoneses, quienes ya no leen novelas ni cuentos como antes (eso dicen mis colegas), pero quedé sorprendido. No solamente lo leyeron en español (algo que es difícil), sino que intentaron buscar algunas semejanza con alguno de los autores que les gustaba. Incluso, con Kobo Abe. Autor japonés que leímos en unas clases pasadas. Unos cuentos traducidos al español publicados en Letra Libres.

    Quedé satisfecho. En general, la mayoría le gustó el cuento y consideraron que era una buena combinación de horror y misterio. Aunque no sé si este cuento represente lo que ellos dijeron. Después nos pusimos a hablar sobre cómo se debe analizar una obra literaria. No soy un especialista en literatura, así que dejé que fuera ellos mismos los que debatieran. Mientras discutían, una alumna dijo que había algunas partes irreales dentro de “El almohadón de plumas”. Por ejemplo, por qué el médico no pudo encontrar al bicho que le chupaba la sangre a Alicia. 
    ―En nuestro mundo no pasaría eso, ―dijo ella.
    ―Es un poco injusto de tu parte, ¿no crees? Es irreal para nuestro contexto tanto temporal como espacial, pero no debes analizar una obra desde tu contexto, hazlo siempre desde la propia narrativa y si detectas algo raro, entonces ahí sí hay un problema ―contesté, pero estaba cantifleando. Dije muchas cosas, pero no dije nada.

    Pues bueno sin poderle responder correctamente a esa alumna, terminó la clase y mientras regresaba a mi casa en el tren, terminé de leer la última novela de Santiago Roncagliolo, Tan cerca de la vida. Un libro que no pensaba comprar en un inicio.

11/15/2010

Literatura puente

Rascón Castro, Critina, Hanami, Tierra Adentro (México, 2009). 

    Hace una par de semanas fui a la embajada de México a la presentación de un libro. Hanami de la escritora mexicana Cristina Rascón Castro. Quien, por cierto, tuve la oportunidad de conocer días antes. Una persona sumamente amable. Cuando terminó la presentación, algunos de los presentes y la escritora fuimos a un restaurante. Hubo muchas platicas en esa cena, no me acuerdo mucho su contenido; pero se me quedó grabada mucho una frase que dijo una de las personas presentes, cuando definió el estilo literario del libro de Cristina:  le puso una categoría, algo así como “Literatura Puente”. 

11/08/2010

El erudito y el jugador de rugby


    Hace unos siete u ocho años, no recuerdo con precisión, tomé un curso sobre la Filosofía de la Ciencia, o del conocimiento para ser más preciso. Leímos a Karl Popper, Thomas Kuhn, Imre Lakatos y Paul Feyerabend, entre otros. De esos libros, tan complicados me acordé este fin semana de uno en especial: La construcción de la realidad. Escrito por Peter Berger y Thomas Luckman. 

    Es complejo el libro pero dice lo siguiente: la realidad de la vida cotidiana es una construcción intersubjetiva; es un mundo compartido, lo que presupone procesos de interacción y comunicación. Entonces, la socialización es la clave. No hay una realidad única, toda realidad es socialmente construida.

     Sin duda que lo es. He aquí un ejemplo trivial. Es muy trivial. Es una anécdota que escuché por enésima vez en una borrachera este fin de semana. 

11/03/2010

Sapporo

    El fin de semana pasado fui a Sapporo, la capital de Hokkaido. Era el congreso anual de la Asociación Japonesa de Relaciones Internacionales. Esta vez no expuse y en general la reunión estuvo bien. Compré varios libros y vi a viejos compañeros, unos más gordos, otros menos simpáticos para no decir otra palabra. También, comí pescado, borrego y otras delicias de esta poco poblada prefectura con un amigo, probablemente de los pocos japoneses con quien he entablado una amistad más concisa. Pero ¡qué frío hacía! Dos días antes de mi llegada, había nevado. En las desoladas calles aún había nieve, un nevazo sucio por cierto.

    No era la primera vez que estaba yo aquí. Hace nueve años visité con tres amigos (un japonés y dos chilenos) este mismo gélido lugar. Me acuerdo que zarpamos en un ferry. Conocimos a un miembro de la ultraderecha, quien le regaló una cachucha a uno de mis amigos. 
    

11/01/2010

Jamaicón y Urashima

    De acuerdo al Diccionario de la Real Academia la palabra síndrome significa lo siguiente 
  1. Conjunto de síntomas característicos de una enfermedad.
  2. Conjunto de fenómenos que caracterizan una situación determinada.

    Hoy quisiera escribir sobre dos “síndromes”. No sé si realmente deban llamarse así  y si hay un terminología en la psicología; pero las necesito definir para establecer las pautas  que  seguiré en las cavilaciones futuras, en particular las relacionadas con mi estancia en México de este verano.  Es una trivialidad, espero no les moleste.


Kenzaburo Oe y Cervantes

Pongo  un artículo de Kenzaburo Oe publicado en El País, el cual fue traducido por un buen amigo mío.
El otro día en el Instituto Cervantes de Tokio sostuve un diálogo abierto con el escritor español Javier Cercas. Su novela Soldados de Salamina me pareció una obra maestra.

¿Quieres escribir buenas novelas? Haz entonces como Cervantes: embárcate en un puerto
"Erasmo y Cervantes no fueron guerreros heroicos, tan solo soldados anónimos"
Durante la Guerra Civil española, un comando del Ejército republicano, acorralado en Cataluña, se dispone a fusilar a un oficial fascista que se encuentra recluido bajo custodia, pero un joven soldado, por cuenta propia, decide liberarlo. La novela sigue los respectivos destinos del soldado y del oficial fascista. Se sabe que la noche anterior al suceso, el soldado se entretenía bailando un pasodoble.

10/25/2010

Waseda Dori

   Waseda Dori (早稲田通り) — Calle de Waseda en español— es mi camino diario de la estación de Takada no Baba a la Universidad de Waseda. Mas que calle es una avenida, su extensión es extensa: cruza los distritos de Chiyoda, Shinjuku, Nakano y Suginami. De hecho, yo no la he recorrido toda todavía.

    En Waseda Dori hay muchos restaurantes y un cine, así como librerías de viejo. Muchos estudiantes de la Universidad de Waseda son sus principales clientes. Ahora bien, en la última década, han aumentado de manera notoria el número de restaurantes tailandeses, filipinos, así como malasios. Dicho en otras palabras, es un “Pequeño Sudeste de Asia”. Muchos de sus dueños, llegaron a Japón buscando nuevas oportunidades pero otros; como los camboyanos, venían huyendo de la situación política de sus países de orígenes.

10/24/2010

El exilio como literatura

Horario Castellanos Moya, El asco, Barcelona, Tusquets, 2007
Ximena Sánchez Echenique, Por cierlo, mar y tierra, México, Tusquets, 2010

    En mi última estancia en México (prometo escribir algunas reflexiones y peripecias en las siguientes semanas), me dediqué a comprar una infinidad de libros; me traje casi 50 Kg. Desde novelas, libros académicos, vademécumes, folletos, incluso álbumes de lucha libre. Fue imposible leerlas todas, algunas sólo las ojeé, pero hubo otras que sí, especialmente las novelas y los cuentos.

    Reseño en esta cavilación dos que me parecieron interesantes. Por una extraña una coincidencia, leí algunas de sus partes en el Aeropuerto Internacional Benito Juárez de la Ciudad de México, lo cual les dio un “mejor sabor”. Ese lugar provoca emociones nostálgicas… En fin. La primera —El asco— la terminé de leer en el lobby del Hotel Hilton, mientras esperaba a unos amigos; la segunda —Por cielo, mar y tierra— la comencé horas antes de partir hacia Japón en una de las salas de espera.

10/19/2010

Noticieros

    Hace unos días, vi en la televisión japonesa a dos extranjeros, probablemente europeos, quejándose del contenido de los noticieros de Japón. Consideraban insuficientes sus contenidos, demasiado parroquiales, además de que su cobertura internacional es paupérrima.
    Tienen razón, pero para alguien como yo, quien viene de un país en donde sólo existe una opción (probablemente una más…), la televisión japonesa es divertida. A lo mejor, si el nivel de japonés de estas dos personas fuese más alto, podrían comprender mejor los programas televisivos, pero no creo que sea nada más un problema de idioma. Muchos noticieros dejan mucho que desear. Pero, jugándole al “abogado del diáblo”: ¿qué esperaban?

10/11/2010

Nuevo intento

Comienzo un nuevo intento por darle vida a este olvidado blog. 
Tengo varias reseñas y algunas reflexiones de mi último viaje a México. 

10/07/2010

Misterio

    Desde hace cinco años, tengo en mis manos los dos retratos colocados en la parte final de esta cavilación. El primero es uno de un joven militar y en la parte inferior izquierda dice Naruhisa. El segundo retrato es de otro hombre vestido de traje miliciano. Tiene bigote, está apoyado en su espada y en la parte inferior izquierda dice Tsunehisa.
   Estas fotos me las regaló un profesor en México, cuando fui a visitarlo a su cubículo en el año de 2005. Las dos las encontré mientras lo esperaba y me llamaron mucha la atención. Así, no me pude contener las ganas, y le pregunté quién eran estas dos personas y por qué tenía esas fotos en su librero.

8/09/2010

De regreso


Regreso a México después de 5 años.
No sé qué país encontraré…

7/05/2010

La misión de Hasekura: algunas reflexiones

En 1609, un galeón español que se dirigía a Acapulco, naufragó cerca de las costas de lo que actualmente es la prefectura de Chiba. Sus tripulantes, entre ellos, Rodrigo de Vivero (ex gobernador de las Filipinas), fueron rescatados por pescadores de la zona.

Posteriormente, Viveros se entrevistó con Ieyasu, primer shogún de la Casa de los Tokugawa. En esta histórica reunión ambos personajes firmaron un primer acuerdo en donde se establecieron las pautas para el bosquejo de un acuerdo preliminar de comercio y se estipuló también que en el futuro Japón mandaría una misión diplomática a Madrid para establecer un acuerdo diplomático más serio.

Este encuentro ha sido catalogado como el inicio de las relaciones entre España y Japón, pero también entre México y Japón, ya que el naufragio del  San Francisco mostró a los japoneses que existía una tierra desconocida en el oste del Océano Pacífico. Además, algunos tripulantes eran novohispanos (aunque probablemente, el primer novohispano que llegó a Japón fue Felipe de Jesús, quien fue crucificado en 1597, en el puerto de Nagasaki).

En lo personal me parece que es una interpretación un foco forzada, ya que después de esa fecha no habría realmente lazos de amistad entre México y Japón. De hecho tendría que pasar casi 280 años para que ambos países tuviera una relación diplomática real.

¿Por qué sucedió lo anterior? En el siglo XVII, el shogunato de los Tokugawa cerró sus fronteras y prohibió a los japoneses salir del archipiélago, así como profesar la religión cristiana. Asimismo, se rompieron las relaciones con las principales potencias europeas como Portugal, España e Inglaterra y sólo se mantuvieron relaciones comerciales en puertos específicos con Holanda y Corea (con esta nación sí se firmó un acuerdo diplomático), así como China (con este país no una relación diplomática formal). De este modo, los japoneses y mexicanos perdieron los lazos que habían estrechado en 1609.

Sin embargo dejando un poco la fanfarronería académica y las precisiones históricas, creo que 1609 no deja de ser una fecha importante. Y bueno ha servido para que el gobierno de ambos países fortalezcan sus relaciones.

Prueba de lo anterior han sido las distintas celebraciones que se han realizado durante el año pasado. Algunos eventos, desgraciadamente, fueron cancelados por el brote de la “gripa porcina” en México, pero otros lograron emprenderse sin ningún problema.

Ahora bien, en el marco de la celebración de los 400 años de amistad entre México y Japón, un tema que llamó la atención de muchos japoneses y mexicanos, por lo menos con los que he podido charlar, fue la misión diplomática que envió Masumane Date a la Nueva España.

Esta comitiva estaba encabezada por Tsunenaga Hasekura y el franciscano Luis Sotelo, quien fungió como traductor de la misión. El barco salió de Japón en 1611 y cruzó el Pacífico hasta llegar a Acapulco. Después de pasar un breve periodo por la Nueva España, la Misión atravesó el Atlántico y en 1615 se entrevistaron con el Rey Felipe III. En el trayecto muchos de los samuráis fueron cristianizados, incluyendo el propio Hasekura. Finalmente, la Misión llegó al Vaticano y después emprendió el regresó a Japón, llegando al archipiélago en 1620.

Hasta la fecha no se tiene muy claro por qué Masamune mandó esta comitiva. Ni tampoco por qué los Tokugawa permitieron la salida de la Misión de Hasekura. En esos años, los Tokugawa ya habían decidido expulsar a todos los jesuitas y franciscanos del país. De este modo, era irreal querer establecer relaciones diplomáticas con una nación como España que había exigido como requisito fundamental que los japoneses aceptasen la libre entrada de los jesuitas y otras grupos cristianos al archipiélago.

Desgraciadamente, no existe un diario de Soltelo ni de Hasekura que permita establecer una explicación más clara. Además, mucha de la historiografía sólo recalca su importancia como un evento exótico y sólo han considerado que fue un fracaso. A lo mejor es necesario revalorarlo y bueno, ¡qué mejor momento que ahora que se cumplieron 400 años del inicio de las relaciones de amistad entre México y Japón!

  Cabe destacar que Hasekura y su comitiva fueron los primeros japoneses que emprendieron un viaje a Europa. Yo creo que eso tiene un valor importante. En fin.

Ahora bien, dentro de esta historiografía, hay un obra interesante que quisiera reseñar aquí. 


No es una investigación académica. Es una novela histórica, titulada Samurai, publicada en 1980. Su autor es Shusaku Endo (1923-1996). Este autor es uno los escritores de la posguerra más importantes y según un amigo escritor mexicano, ha logrado acaparar la atención de muchos lectores en España y México.

Lo anterior se debe probablemente a su situación singular: Endo era católico. Endo ha mostrado en sus obras los contrastes que existen entre la cultura japonesa y el cristianismo, así como las dificultades de ser católico en una sociedad como la japonesa. De hecho, para muchos lectores no japoneses su obra es una especie de orientalismo. Yo no he leído mucho sus obras, salvo Samurai.

Por lo que toca a Samurai. Es una obra ficticia pero que narra muy bien los problemas de identidad y las ambiciones personales que probablemente tuvieron Hasekura y Rodríguez (Luis Sotelo) durante su larga misión diplomática. Una obra que merece ser traducida al español y más en México, ya que una parte de la obra transcurre en la Nueva España. 

Ojalá que se dé esta oportunidad, algún día.

5/23/2010

Proyecto Japón

     Durante este mes de mayo se está presentando en el Centro de Exposiciones del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, la exposición Proyecto Japón: un país en las memorias, montada por el nipo-mexicano Taro Zorrilla Takeda y la japonesa Miho Hagino.
    Para aquellos que no puedan asistir al caótico Aeropuerto Benito Juárez, existe un sitio donde pueden ver las fotos. http://proyecto-japon.org/
   Esta obra es parte de la conmemoración de los 400 años del inicio de las relaciones entre México y Japón (1609-2009). Una festividad que no tiene una trascendencia tan importante como la intentó imprimir su principal promotor: la Embajada de México en Japón. De hecho, desde la perspectiva de la Historia Diplomática, las relaciones entre ambos países comenzaron “realmente” en el siglo XIX, cuando los representantes de ambos países firmaron el Tratado de Amistad, Comercio y Navegación (1888).
   Empero, es pertinente señalar que algunos eventos que rodearon a la conmemoración de los 400 años fueron interesantes, tal y como ha sido el caso de esta exposición que montaron Zorrilla y Hagino.
    Los autores entrevistaron a diversos mexicanos descendientes de japoneses y pusieron, junto a sus fotos, sus respuestas. Los entrevistados tuvieron que expresar qué sienten por la palabra Japón o japonés, pero bajo la condición de que no hicieran alusión en sus respuestas ninguno de estos términos.
    Es un experimento interesante ya que permite ver cómo los descendientes de los japoneses nacidos en México ven su “tierra natal” y conciben sus raíces. Llama la atención que muchos definan a Japón como un país respetuoso y trabajador  Esta visión suena un poco lejana a la imagen que tenemos nosotros los que vivimos acá. Probablemente, suene hasta anacrónico.
    En ese sentido, como lo señalan Zorrilla y Hagino, Japón es una utopía olvidada. Yo añadiría que es una tierra idealizada y que es la antitesis de su otra “tierra natal” que es México: un país que en muchos sentidos no representa la imagen de un país respetuoso ni trabajador (sobre el último no creo que sea cierto, pero muchos extranjeros piensan que los mexicanos somos así).
    Ahora bien, si yo tuviera que contestar esa pregunta. No sé qué contestaría la verdad. Yo nunca me he defino a mí mismo como Nikkei ni tampoco como Nipo-Mexicano. Sinceramente, mi respuesta sería otra que las personas que están acá. No tengo un Japón utópico como el de ellos, aunque quizás sí idealizado de otra manera, producto de mi larga estancia en Japón. Inclusive, yo creo que en mi caso es probable que tenga la imagen de México como una utopía olvidada.

4/30/2010

Pacheco


  Hace un par de días, el escritor mexicano José Emilio Pacheco, obtuvo el Premio Cervantes 2009. Evidentemente, en Japón no fue una gran noticia, pero tampoco en el mundo hispano hablante los premios Akutagawa y Naoki, tienen en esa cobertura. 
  En fin, dejando un lado las fanfarronerías. Después de leer la noticia (que no era un suceso tan nuevo, ya que el premio se había anunciado en el invierno de 2009) decidí volver a hojear la obra más conocida de Pacheco, Las batallas en el desierto (1981). Novela corta que ha sido traducida a varios idiomas, incluidos el japonés. En esta obra se narra la vida de un niño (casi adolescente), quien se enamora de la madre de su mejor amigo, durante los años de apogeo del sexenio alemanista.
  Esta obra la leí en la preparatoria y la verdad no me acordaba mucho. De este modo, decidí buscar la versión en español, por temor a que la japonesa fuese mala.
  Al volverla a releer Las batallas en el desierto me di cuenta de que me había perdido (o estaba perdido en mi adolescencia) de una obra que narra de manera magistral la historia de México (No puedo opinar de su contenido literario, esa no es mi especialidad). En ella se narra la vida de un país que estaba saliendo de la traumática Revolución y entrando en la etapa de dominio priísta. Además, muestra el choque entre la sociedad conservadora mexicana con los valores de la Revolución. Finalmente, se observa cómo Estados Unidos había permeado de manera contundente en la sociedad mexicana.
  En fin, una obra que merece ser analizado de una manera más exhaustiva por los politólogos (supongo que los estudiosos de la literatura ya lo han hecho). 
  Para finalizar esta cavilación, esta obra me hizo recordar una de las novelas de Juan Villoro, Materia Dispuesta (1997). En ella se narra los años sesenta y setenta, visto desde una perspectiva de un niño. Igualmente, me acordé también de la serie televisiva The Wonder Years (1988-1993) que fue una de las más vistas por los mexicanos de mi generación. Muchos (incluyéndome) sintieron que eran, en algún momento, Kevin Arnold (Fred Savage). Algunos probablemente lo fueron, otros vivimos otro tipo de “años maravillosos” en los sexenios delamdrista y salinista

Dos novelas japonesas

  Hace unas semanas terminé de leer dos novelas japonesas.
  La primera es un compilado de dos novelas cortas (Jotaro: el Masoquista y Itansha no Kanashimi) de Junichiro Tanizaki (Bid & Co. Editores, 2009) y la otra es Idéntico al ser humano de Kobo Abe (Candaya 2010). Ambas obras fueron traducidas del japonés al español.
  Dos obras interesantes y traducidas de manera excelente, aunque muy diferentes como para poder hacer una análisis comprado.
  Además, mi conocimiento de ambos autores es muy reducido. De Tanizaki sólo he leído Sasameyuki (Las hermanos Makioka, 1948), la historia de una familia de comerciantes Osaka en decadencia, mientras que de Abe, sólo Kangaru Noto (Cuadernos de un Canguro, 1991) y Sunano no Onna (La mujer de (la) arena, 1962), así como dos cuentos cortos que fueron publicados en la revista Letras Libres: “El dictador” y “El diablo”.
  Pero bueno, a pesar de los anterior, quisiera señalar algunos puntos. De la obra de Tanizaki, el escenario de las dos novelas, a diferencia de Sasameyuki, no es Osaka sino el Tokio de la primera década del siglo veinte. Es un Japón, de contrastes sociales y de claras diferencias entre los estratos más ricos y los más pobres. En ambas obras Tanizaki explora el tema del masoquismo y en momentos (aunque sólo algunas escenas) se parece a la película de Nagisa Oshima, El Imperio de los sentidos (1976).
  Por lo que toca a la obra de Abe, esta novela narra un diálogo “absurdo” entre un guionista del programa radial Hola Marciano y un hombre que es su fan, pero al mismo tiempo dice que es un marciano. El escenario es el Tokio de los años sesenta, pero podría ser cualquier época.
  Repito, dos obras interesantes y me atrevería decir, en el caso de Abe, más interesante que Haruki Murakami (novelista que ha saturado en estos últimos días los medios con la publicación de su última novela 1Q84)

3/11/2010

En busca de Centroamérica


Horacio Castellanos Moya, Con la congoja de la pasada tormenta, Barcelona, Tusquets, 2009, 308 pp


Horacio Castellanos Moya es uno de los escritores centroamericanos más interesantes de los últimos años. En su último libro, Con la congoja de la pasada tormenta, se han compilado la mayoría de sus cuentos. Antes de proseguir con su contenido, quisiera mencionar brevemente la razón que me llevó a comprar este libro.
  Hace un año, yo no sabía quién era Horacio Castellanos Moya. Ni mucho menos que él era de Centroamérica: región que he estudiado los últimos cuatro años en mis investigaciones. De hecho, mi conocimiento sobre los escritores centroamericanos era (y sigue siendo) irrisorio. Hace varios años (creo que durante la escuela preparatoria) leí (o me hicieron leer) algunos poemas del nicaragüense Rubén Darío. También había hojeado algunos capítulos de El Señor Presidente (1946), de Miguel Ángel Asturias para poder comprender un poco cómo era percibido Manuel Estrada Cabrera en Guatemala. Y, bueno fracasé en mi intento de leer completamente en La orilla africana (1999), de Rodrigo Rey Rosa: escritor guatemalteco que tuve la oportunidad de conocer cuando  dio una conferencia en la Universidad de Tokio hace un par de años.
  Para no extender más el relato, la verdad tenía una gran laguna sobre la literatura centroamericana. Y obviamente un nulo conocimiento sobre las obras de Horacio Castellanos Moya. 
  Y bueno, entonces, qué fue lo que me llevó a conocerlo. Mi primer encuentro con él fue por medio de un amigo de la Universidad, quien estaba muy interesado en que sus obras se difundieran por Japón. Me hizo una breve semblanza de El asco. Thomas Bernhard en San Salvador (1997) y me llamó la atención. Para alguien como yo que no ha regresado mucho tiempo a su patria, había ciertos elementos que me identificaban con el personaje de esa novela. Aunque bueno en mi caso yo no estoy exiliado en Japón.
  Después de ese primer encuentro, aquel escritor salvadoreño quedó como una charla más, que suelo tengo tener con mis cuates en la Universidad, pero después los gajes del destino me llevaron de nuevo hacia a él. Horacio Castellanos Moya pasaría una breve temporada en Tokio y bueno tuvimos que atenderlo. 
  Horacio un tipo, como decimos algunos mexicanos, a todo dar. Tenía razón Juan Villoro cuando nos describió quién era Horacio: él es un gran tipo. Y no sólo eso, es uno de los que mejor conoce la historia política contemporánea de Centroamérica y también de México, país donde estuvo trabajando varios años como periodista.
  Hubiera querido hablar más con él sobre esos temas, ya que para nosotros los que hurgamos en los libros de historia y artículos académicos escritos en Estados Unidos, perdemos muchos detalles de lo que pasa en Centroamérica. Nos es imposible entender la complejidad de lo que sucede en América Central y su gigante vecino del norte. 
  Pero nuestras charlas se centraron más en trivialidades como la historia de un hombre que lanzó con una llave de judo a un oso que lo atacaba. Horacio le encantó esa anécdota. Decía que el que había quedado más asustado no era aquel hombre sino el oso. .En fin, puras futilidades que trae siempre una buena botella de sake. 
  Pero después de charlar con el Horacio de carne y hueso, decidí conocer, entonces, al otro Horacio, al escritor salvadoreño. De esta manera, leí primero El desmoronamiento (2006) y Tirana memoria (2008). Obras demasiadas recientes. A lo mejor sería bueno hacer una reseña primer de ellas, pero creo que hay muchas. 
  La primera obra es la historia de una familia salvadoreña durante la Guerra de las Cien Horas (Guerra del fútbol) de 1969 (acaba de salir una traducción japonesa recientemente) y la segunda de otra familia salvadoreña en el decenio de los cuarenta cuando cayó la dictadura de Maximiliano Hernández Martínez.
  Las dos obras, son excelentes y para aquellos que quieren saber más sobre la política centroamericana son dos novelas que resumen de una manera perfecta la historia. Hay otras obras de Castellanos Moya que tratan también la vida en Centroamérica y su relación con México: país donde muchos centroamericanos han buscado asilo desde el Porfiriato. Desgraciadamente, no he podido leerlas. La falta de tiempo y lo complicado (y caro) que es conseguir las novelas escritas en idioma español en este país  me lo han impedido.
  Bueno después de esta semblanza, ahora sí quisiera concentrarme en la colección de cuentos: Con la congoja de la pasada tormenta. Los relatos no están ordenados de una manera cronológica. Castellanos Moya decidió darles otro orden. No hay una explicación, pero desde mi perspectiva hay un orden en las voces narrativas. En los primeros captítulos hay un claro acento centroamericano y uso del “voseo” en la narración y conforme transcurren los capítulos las voces se vuelcen más mexicanas o bien son voces de una español más neutro. Es como si hubiéramos ido de sur a norte. Habría que preguntarle a Horacio si hubo un intento de lo anterior.
  Pero bueno, dejando a un lado lo anterior. La obra es interesante, pero en lo personal me gusta más el novelista Castellanos Moya que el cuentista. Algunos cuentos, especialmente en la última parte, tiene un toque erótico que es un poco molesto. No porque sean vulgares, sino que ese tipo recursos son tan repetitivos y no se veían plasmados en El desmoronamiento y Tirana Memoria. Asimismo, todos los cuentos son voces masculinas y no hay voces femeninas. Algo que contrasta con las novelasde Horacio. Si hay algo que Castellanos Moya había logrado plasmar en su obras anteriores era las voces de los personajes femeninos. Muy interesantes. y en algunos casos irritantes. En los cuentos no vemos lo anterior.
  Empero, por todo lo anterior no implica que este libro sea malo. Simplemente, es diferente a los que yo había hojeado. Y hay unos cuentos magníficos. Por ejemplo, "Con la congoja de la pasada tormenta" y "Variaciones sobre el asesinato de Francisco Olmedo " son dos relatos que plasman de una manera integra la situación social de El Salvador. "Némesis" muestra la cruda faceta de la Guerra de guerrillas que hubo en Centroamérica en los años ochenta. "Tonto y feo" es una obra extraña e interesante. 
  Pero bueno aquí fenezco la reseña. Dejo en usted, amable lector, el mejor comentario. 
Horacio se te extraña en los bares de Tokio

 


 

3/09/2010

El Santo: breve semblanza

Hay hombres que luchan un día y son buenos
Hay hombres que luchan un año y son mejores
Hay quienes luchan muchos años y son muy buenos
pero los hay quienes luchan todos los domingos.¡Esos son los chidos!
Santo, El Enmascarado de Plata
El Guakarock del Santo, Botellita de Jerez

(Ensayo colocado originalmente en septimebre de 2006 en un blog anterior)

    Santo, el Enmascarado de Plata, es el símbolo de la cultura popular más importante de México*. Si bien, no ha sido el único luchador en conseguir el éxito en la pantalla grande (Blue Demon y Mil Máscaras también incursionaron al cine), nadie ha superado el legado del legendario luchador. Ni siquiera Fray Tormenta, (sacerdote de Teotihuacán quien luchaba en los cuadrilateros para alimientara  a los niños huérfanos de su parroquia) logró obtener el cariño de tantos mexicanos. Probablemente, sólo Mario Moreno "Cantinflas" y Roberto Gómez Bolaños "Chespirito" puedan  igualar el legado del Santo; aunque es preciso señalar que él no era, en ningún sentido, un humorista como estos dos (sus películas  eran bromas involuntarias). He aquí unos datos sobre su vida.

Infancia
    Como dice la canción del grupo de rock mexicano Botellita de Jerez, El Guakarock del Santo, El Santo nació en el mero Tulancingo (Hidalgo) un 23 de septiembre (de 1917). Sus padres, Jesús Guzmán Campuzano y Josefina Huerta Márquez, lo bautizaron como Rodolfo en la parroquia de San Juan Bautista. Empero, Rodolfo Guzmán Huerta viviría muy poco en  aquella ciudad hidalguense, a los 6 años emigraría con toda su familia a la Ciudad de México.
    La razón de este éxodo, según el libro de Lourdes Grobet, Espectacular de Lucha Libre, fue la enfermedad de su madre. Empero, otros autores han argumentado que el traslado de la familia Guzmán Huerta se debió a causas económicas (como la mayoría de las familias que emigraron al DF en esos años). El lugar donde se establecieron finalmente fue el barrio de Tepito: una de las colonias más peligrosas y con altos índices de criminalidad en nuestros días. De ahí han salido "luminarias" del deporte mexicano como el boxeador la Chiquita González y nuestro jorobado de Tepito, el futbolista Cuauhtémoc Blanco. Pero volvamos a nuestro argumento inicial.
    Fue, justamente, en Tepito, en donde la vocación deportiva de Guzmán empezó a brotar. A los nueve años jugaría béisbol y a los doce fútbol americano. Pero no todo fue deporte en su infancia. De acuerdo con las fuentes de Grobet, Rodolfo estudió también en la Academia de San Carlos. Lo anterior habla de un joven interesado en las artes plásticas. Empero, al final no logró terminar sus estudios artísticos por falta de dinero.
El camino hacia el cuadrilátero
    Las necesidades económicas llevaron entonces,  a Rodolfo hacia los cuadriláteros y contó con la fortuna de que también sus hermanos habían incursionado en este oficio. Sus hermanos mayores Jesús (Pantera Negra) y Miguel (Black Guzmán) habían debutado antes que él. El primero no tendría una carrera exitosa y moriría en el ring, mientras que el segundo se convertiría en campeón mundial de peso medio. También, Javier (El Jimmy), hermano menor de Rodolfo, se convertiría en luchador. 
    Sin duda alguna, estas condiciones hicieron que la carrera de Guzmán Huerta tuviera unas bases favorables. Pero también hubo otro elemento importante: su talento deportivo. Según, los que editaron el artículo en Wikipedia (no sé si aún siga ese dato), desde joven y mucho antes de incursionar en la lucha libre, Rodolfo Guzmán había aprendido Jujitsu y lucha grecorromana, lo cual explicaba sus dotes en el cuadrilátero.
   Del primer dato, puede ser que sea una información totalmente falsa, ya que la entrada de las artes marciales japonesas a México fue posterior a la posguerra (1945). Aunque, hay información hemerográfica que afirma que un japonés enseñó judo a varios miembros del ejército de Emiliano Zapata. Lo anterior  demuestra la existencia de un potencial maestro, pero es muy poco probable que este hombre haya tenido contacto con Guzmán Huerta. Ahora bien, con respecto al segundo dato, éste es más  plausible. Aunque también sería necesario demostrarlo con fuentes verificables.
    En fin, las leyendas necesitan un poco de ficción. Regresemos pues, a nuestra historia.
    No se ha establecido cuándo comenzó exactamente su carrera de lucha como competidor. Hay fuentes que afirman que fue el 28 de junio de 1934 en la Arena Peralvillo Cozumel. Otras dicen que fue en 1935 en el Deportivo Islas de la colonia Guerrero de la Ciudad de México. Doña Virginia Aguilera, la legendaria "abuelita" de las luchas, afirmó que fue en 1935, cuando Guzmán Hueta debutó. Ahora bien, la información más fidedigna es  la siguiente: Rodolfo Guzmán debutó en 1935 en una arena que estaba por el rumbo del Molino de Rey. Lo hizo utilizando el nombre de Rudy Guzmán haciendo pareja con su hermano Miguel. Para 1936, cambió de nombre a El Hombre Rojo. Posteriormente, bajo el mando de su padrino en cuestiones luchísticas, Jesús Lomelí, Guzmán Huerta utilizó el nombre de Murciélago II. Este último resultó una copia de otro famoso luchador de esa época y causó un conflicto. El Murciélago original reclamaría esta situación a la Comisión Mexicana de Boxeo y Lucha. Finalmente, el titular de la comisión, Jesús Velásquez, declarararía que Guzmán no podría utilizar ese nombre.
El nacimiento del Santo
    Para los inicios de 1940, después de su desafortunada carrera como Murciélago II, Guzmán se casó con María de los Ángeles Rodríguez Montaño (la Maruca). Una unión que produciría 10 hijos: Alejandro, María de los Ángeles, Héctor Rodolfo, Blanca Lilia, Víctor Manuel, Miguel Ángel, Silvia Yolanda, María de Lourdes, Mercedes, y Jorge. Este último sería posteriormente el Hijo del Santo, quien  heredaría el lugar de su padre, aunque con menos éxito.
    Después de su boda, vendría otro gran cambio para la vida de Roberto Guzmán Huerta que le permitiría dejar su mediocre carrera por una mejor. En esos años Jesús Lomelí estaba armando un nuevo equipo de luchadores y necesitaba de nuevos elementos, así de inmediato invitó a Guzmán. En este nuevo proyecto, todos tenían que estar ataviados con vestimentas plateadas. Pero, de nuevo un problema surgiría, Rodolfo Guzmán necesitaba elegir un nuevo nombre. En un principio, Don Jesús le sugirió tres: El Santo, El Diablo, o El Ángel. Finalmente, Guzmán tomó el primero.
    De esta manera, el 26 de junio de 1942, Guzmán debutó, por primera vez, como El Santo en la legendaria Arena México frente al Ciclón Veloz. Cabe mencionar que en un inicio el Santo pertenecía al bando de los Rudos, el cual dejó en 1962. Es decir duró casi 20 años combatiendo del lado más impopular de la Lucha Libre. Independientemente de su afiliación al bando Rudo, bajo su nuevo nombre, el Enmascarado de Plata rápidamente desarrolló un estilo propio, haciéndolo muy popular. Y lo más importante: jamás perdería la máscara.
De luchador a superestrella
    La popularidad del Santo llegó a las nubes cuando en los años cincuenta, el artista y editor José Guadalupe Cruz comenzó a publicar un cómic basado en él. Cruz lo conviritó en el primer personaje luchador de la literatura popular mexicana, su renombre rivalizaba solamente con el legendario personaje de Kalimán. El santo era, en efecto, un


"Héroe de carne y hueso, defensor de los buenos... (Guakarock del Santo)".

    Para finales de los años cincuenta, Fernando Osés, un luchador y actor, invitaría al Santo a trabajar en sus películas, y aun cuando él no estaba dispuesto a abandonar su carrera en la lucha libre, aceptó. De esta manera, el Santo se convertió en un actor de cine.


"Batman y Superman, super-héroes de historieta, nunca subieron al ring,
le sacatearon al parche, el Santo si era la neta (Guakarock del Santo)


    Fernando Osés y Enrique Zambrano fueron los encargados de escribir los libretos para las dos primeras películas del Enmascarado de Plata: Santo contra el Cerebro del Mal y Santo contra los Hombres Infernales. Ambas cintas se estrenaron en 1958 bajo la dirección de Joselito Rodríguez. Una de ellas se llevaria a cabo en Cuba y el rodaje terminaría un día antes de que Fidel Castro y Ernesto Guevarra entraran triunfantes a La Habana. Pese al bajo presupuesto, y, con actuaciones totalmente improvisadas, las dos películas tuvieron una gran aceptación por parte del público  mexicano, y se transformaron rápidamente en éxitos de taquilla, abriendo un camino para más películas.
    Este estilo de bajo presupuesto e improvisación, que sólo eran superados por las películas de gángsteres de Juan Orol, se mantendría durante todas las películas que el Santo protagonizó, volviéndose en la "mejor" representanción de del Cine B de México (superando a las películas de ficheras, Chespirito, Chabelo y Cepillín). Por lo que toca a la temática de estas películas, era muy simple: El Santo era un superhéroe o agente secreto de la policía que luchaba contra criaturas sobrenaturales y científicos locos, que las autoridades convencionales, obviamente, no podían derrotar. No sólo eso, sino que el Santo era también un "policía judicial (detective)" equipado con la mejor tecnología (algo imposible de creer para un país que no podía producir su propia marca de autos). El Santo casi siempre manejaba un KARMANN GHIA T 34 como vehículo. Y como James Bond, siempre estaba acompañado de bellas actrices... Si bien, en sus películas no se podían establecer siempre una relación amorosa como en 007; en algunas cintas se sugiere que las heroínas de sus películas eran sus novias.
    Sin embargo, pensar que la personalidad del Santo fue siempre la misma en todas sus películas es un error. En una veintena de títulos, la personalidad de El Santo fue continuamente definida y redefinida. Pasó por una serie de amores y, finalmente, en el sugestivo filme de suspenso en blanco y negro El Espectro del Estrangulador, adoptaría a un hijo. También se conviritó en un agente de la Interpol en varias de sus películas. Y para el decenio de los sesenta con las primeras versiones a color, lo guiones serían cada vez más sensacionalistas. Así, el Santo comenzó a luchar contra todo lo que era posible imaginar: vampiros, neo-nazis, marcianos y otros rivales. Por supuesto, siempre vencería. Ahora bien, lo más llamativo de sus películas era que las fuerzas del mal se establecían siempre en la ciudad de México para preparar sus diabólicos planes. Algo totalmente inverosímil...
    En México, su película más famosa, según Wilkipedia, es El Santo contra las Momias de Guanajuato, en la cual también participa Mil Máscaras. Y la película más conocida fuera del territorio mexicano es Santo vs. las Mujeres Vampiro. En esta película, la inversión en la producción fue más alta y dio una pauta para introducir un origen y la creación de su mito, estableciendo que él era el último en una línea de luchadores contra el mal. Muchas de sus películas fueron consideradas más como una comedia que un filme de horror. Pero es justamente, este humor involuntario, el que permitió su exportación. 
Muerte e inmortalidad
    El Santo se retiró en la Arena Coliseo el 14 de noviembre de 1982. Dos años después, el 5 de Febrero 1984, falleció víctima de un paro cardíaco. Todos sus colegas como Black Shadow, Huracán Ramírez, Espectro I, Blue Demon y el Perro Aguayo se presentaron al velorio. En el camino al mausoleo, los aficionados gritaban "Santo, Santo, Santo"... Y como era obvio, lo enterraron con todo y máscara...


El Santo quemó sus naves lo digo sin recelo, porque ha bajado San Pedro pa'aplicarle sus llaves. 
Y se nos fué el Santo al cielo.¡Santo, Santo, Santo, Santo! (Guakarock del Santo).


    Han pasado más de 25 años de la muerte del Santo y su leyenda sigue (no me refiero a su hijo). En estos últimos años, la leyenda ha regresado con una nueva animación en el canal Cartoon Network. La nueva historia está ambientada en el actual Distrito Federal... Las fuerzas del mal, desde la caótica ciudad de la Esperanza buscan apoderarse del mundo. El Santo equipado con las mejores armas tiene que luchar contra estas fuerzas siniestras que para nada son Vicente Fox, Roberto Madrazo, Elba Esther Gordillo, el Grupo Yunque, Felipe Calderón o AMLO, ni mucho menos Marcos... Es una historia demasiado surrealista en una gran urbe que necesita una justicia real, pero tienen el mismo humor involuntario del pasado...
   Tenemos, pues más del Santo paera seguir divirtiéndonos...

Filmografía del Santo
  • Santo contra el Cerebro del Mal (Cerebro del Mal) (1958) (coproducción con Cuba)
  • Santo contra los hombres infernales (Cargamento blanco) (1958) (coproducción con Cuba)
  • Santo contra los zombies (1961)
  • Santo contra el Rey del Crimen (1961)
  • Santo en el hotel de la muerte (1961)
  • Santo contra el cerebro diabólico (1961)
  • Santo vs. las mujeres vampiro (1962)
  • Santo en el museo de cera (1963)
  • Santo vs. el estrangulador (1963)
  • Santo contra el espectro (El espectro del estrangulador) (1963)
  • Blue Demon contra el poder satánico (El poder satánico) (1964) (actuación especial)
  • El hacha diabólica (1964)
  • Atacan las brujas (1964)
  • Profanadores de tumbas (Los traficantes de la muerte) (1965)
  • El barón Brákola [tres episodios] (1965)
  • Santo, el Enmascarado de Plata vs. la invasión de los marcianos (1966)
  • Santo, el Enmascarado de Plata vs. los villanos del ring (1966)
  • Operación 67 (1966)
  • El tesoro de Moctezuma (1966)
  • Santo en el tesoro de Drácula (El tesoro de Drácula) (1968)
  • Santo contra Capulina (1968)
  • Santo contra Blue Demon en la Atlántida (1969)
  • Santo y Blue Demon contra los monstruos (1969)
  • El mundo de los muertos (1969) caracterizando a: Caballero enmascarado de plata/Santo, el Enmascarado de Plata
  • Santo vs. los cazadores de cabezas (1969)
  • Santo frente a la muerte (1969) (coproducción con Colombia y España)
  • Santo en la venganza de las mujeres vampiro (1970)
  • Santo contra los jinetes del terror (1970)
  • Santo vs. la mafia del vicio (1970)
  • Santo en la venganza de la momia (1970)
  • Las momias de Guanajuato (1970)
  • Santo en la frontera del terror (1979)
  • Santo contra los asesinos de otros mundos (Asesinos de otros mundos) (1971)
  • Santo y el águila real (El águila real) (1971)
  • Misión suicida (1971)
  • Santo vs. la hija de Frankenstein (1971)
  • Santo contra la magia negra (1972) (coproducción con Haití)
  • Santo y Blue Demon contra Drácula y el hombre lobo (1972)
  • Las bestias del terror (1972)
  • Anónimo mortal (1972)
  • Santo contra los secuestradores (1972) (coproducción con Ecuador)
  • Santo vs. las lobas (1972)
  • Santo y Blue Demon contra el doctor Frankestein (1973)
  • Santo contra el doctor Muerte (1973) (coproducción con España)
  • La venganza de La Llorona (1974)
  • Santo en el misterio de la perla negra (1974) (coproducción con Colombia y España)
  • Santo en oro negro (1975) (coproducción con Puerto Rico)
  • México de mis amores (1976) (documental)
  • Misterio en las Bermudas (1977)
  • Santo contra el asesino de la televisión (1981)
  • Chanoc y el hijo del Santo vs. los vampiros asesinos (1981)(actuación especial)
  • El puño de la muerte (1982)
  • La furia de los karatecas (1982)
* Información tomada del Wikipedia en Español, el site del Hijo del Santo y el libro de Lourdes Grobet, Espectacular de lucha libre (México: Trilce Ediciones, 2005). La edición del texto es mía. 

Ataque preventivo


Armstrong, Alan, Preemptive Strike: The Secret Plan that Would Have Prevented The Attack on Pearl Harbor, Guilford, The Lyons Press, 2006, 285 pp.




(Reseñada colocada originalmente en octubre de 2006 en blog anterior)



Este libro es una obra intrigante.

Por medio de una exhaustiva investigación de fuentes primarias, Alan Armstrong describe como desde 1940, Estados Unidos había planeado eliminar a su principal rival en el Asia-Pacífico: el Imperio del Japón. Concretamente, los hombres más cercanos al presidente Franklin D. Roosevelt, Chiang Kai-Shek, así como su esposa Soong May-ling habían planeado un ataque sorpreresivo a Tokio, que sería realizado por pilotos chinos, adiestrados por expertos estadounidenses.

De acuerdo a Armstrong, esta misión hubiera evitado el ataque a Pearl Harbor, perpetuado el 7 de diciembre de 1941. Es decir, Estados Unidos no hubiera sufrido una de las 4 peores humillaciones militares que ha recibido durante toda su historia (por lo menos en su territorio). Las otras tres son la quema del Capitolio, el 25 de agosto de 1814, por las fuerzas británicas y canadienses; el ataque de Francisco Villa (Doroteo Arango) al pueblo de Columbus, Nuevo México, el 9 de marzo de 1916; y obviamente el ataque del 11 de septiembre de 2001 a las torres gemelas.

Entonces, ¿por qué no se dio? En primer lugar, la opinión pública estadounidense en ese momento no estaba convencida de que las fuerzas militares estadounidenses participaran en la guerra de Europa y mucho menos, luchar contra del Imperio de Japón. Además, los movimientos pro neutralidad y aislacionistas había logrado tomar una importante fuerza. Especialmente el movimiento político lidereado por Charles Lindberg (el primer hombre en cruzar el Océano Atlántico en un solo vuelo).

Otra causa que explica el fracaso de la misión secreta fue la falta de presupuesto para emprenderla, así como la poca experiencia de los pilotos chinos y la imposibilidad de los militares estadounidenses de atacar a diestra y siniestra cualquier blanco, debido a una legislación que abogaba por la neutralidad. Además, Armstrong señala que los impedimentos diplomáticos, así como los obstáculos institucionales y “morales” fueron determinantes para que Estados Unidos no pudiera “liberar” al pueblo chino de la opresión japonesa.
De hecho, en una parte, Armstrong cita que Roosevelt, sabiendo que el ataque a Pearl Harbor era inminente el 6 de diciembre de 1941, no quiso atacar a Japón, argumentado que “Estados Unidos era un país democrático”...

El tema parece más de película nacionalista que un libro serio y no dudo que algún cineasta sin mucho talento retome esta obra. Ahora bien, qué tan impactante es el contenido de este libro. La verdad no dice nada nuevo. Este “secreto” era una información que muchos sabían. Sin embargo, nadie le había puesto la atención requerida, ya que para los círculos académicos, el mundo de los “hubiera” no es una tarea seria.

Entonces, ¿por qué Armstrong lo hizo? Esto lo explica su formación. Él no es un historiador ni mucho menos un académico, es un piloto activo que escribe para revistas de aviaciones. Su afición por esta etapa obscura lo motivó a visitar los Archivos Nacionales y emprender una investigación del contendio exacto de lo qué pasó (según él). En este sentido, tuvo la ventaja de no tener el peso de una crítica que le hubiera costado su trabajo. Es por eso que su obra es interesante y digna de una lectura
Empero, advierto que el libro es malo como obra académica y esto es una lástima. Por lo menos desde dos puntos de vista es un libro mal escrito (bueno quién soy yo para opinar).

En primera, la forma de edición de los capítulos es deficiente, ya que existen algunas secciones de 6 páginas y otras de 20. Es cierto que nadie le gusta leer capítulos largos, pero no como se editó el libro. Creo que aquí el editor le falló y esto se puede arreglar.

El otro problema y creo que el más importante. Es que Armstrong no pone las causas de la guerra y no profundiza que el conflicto era inminente. Reduciendo todo a una simple misión. Es cierto, que los japoneses había hecho una expansión en Asia, pero también olvida (a lo mejor no sabe, porque esto es común en muchos estadounidense) que en su afán de asegurar su poder, Estados Unidos fue obligando a Tokio a radicalizar su postura. En este sentido, el ataque preventivo no hubiera solucionado nada.
Si realmente quería jugar con la historia era necesario entender los elementos que rodeaban en ambos lados. Ahora bien, supongamos que se hubiera dado ese ataque. Probablemente hubiera evitado la humillación de Pearl Harbor, pero un ataque a Tokio hubiera sido un suicidio para Washington y hubiera puesto de vícitma a Japón.

En suma, es un libro interesante, pero con grandes deficiencias como obra histórica y con una manejo chauvinista de la memoria histórica. Además, no busca entender la historia de Asia, China, Japón y probablemente ni la de Estados Unidos. Finalmente, Armstrong no ha entendido que a su país nunca le ha impordado las, ni lo que diga la opinión pública. Siempre ha utilizado a su antojo las intervenciones, y bueno América Latina es el claro ejemplo. Finalmente, su libro hubiera sido interesante si por lo menos le hubiera dado una lectura a los libros de Akira Iriye, quien para su fortuna escribe en inglés.