El pasado jueves 7 de diciembre, se
conmemoraron los setenta años del ataque a Pearl Harbor. Como es sabido, este
suceso detonó la Guerra del Asia-Pacífico (1941-1945), culminando con el
triunfo de Estados Unidos sobre Japón. Generalmente, se le conoce más como
Guerra del Pacífico, pero aquí utilizo un término adoptado recientemente por
muchos historiadores japoneses, ya que la guerra tuvo una dimensión mayor.
En
fin. Dejando a un lado los tecnicismos. Existe una infinidad de libros y
artículos sobre la materia tanto en Estados Unidos como en Japón. En particular
sobre las causas de este trágico episodio.
Sin embargo, se puede destacar la
existencia de dos visiones contrastantes. Una que ha atribuido toda la
responsabilidad a Japón. Muchos historiadores estadounidenses, así como
académicos japoneses de izquierda han sostenido lo anterior. Otra que ha considerado
como principal responsable de la tragedia a Estados Unidos. Aquí tenemos a
muchos historiadores japoneses de derecha. De acuerdo con ellos, fue Washington
el que había hostigado a Japón. Por lo tanto, el ataque fue una legítima
respuesta en contra del hostigamiento estadounidense.
¿Cuál visión es la correcta?
Depende de la ideología de cada uno, pero
en mi caso, siempre he tratado de mantener una visión intermedia. La guerra
entre ambos era inminente. De hecho, las autoridades de ambos países habían
contemplado ya desde los primeros años del siglo XX un enfrentamiento bélico
para definir quién se quedaría con la hegemonía en el Asia-Pacífico. Principalmente,
con el control político y económico de China. En este sentido, aunque es
importante señalar quién comenzó la guerra, es más preponderante entender,
desde un contexto más amplio, qué fue este conflicto bélico y sus resultados
posteriores. En particular, la lucha por el control de China, el cual como
sabemos ni Japón ni Estados Unidos pudieron lograr al culminar la Guerra del
Asia-Pacífico.
Empero, en los años recientes me he
inclinado más por aceptar la primera visión: adjudicarle una mayor
responsabilidad a las elites de Japón. Aunque no comparto lo que muchos colegas
estadounidenses han hecho: eximir de culpas a Franklyn D. Roosevelt ni a
Cordell Hull. Ellos sabían muy bien que Japón iba a atacar ese día. Por lo
tanto, desconocer el papel de la autoridades estadounidenses sería eliminar uno
de los nodos más importantes de la explicación.
Ahora bien, ¿por qué he pensado que Japón
tiene mayor responsabilidad? Una de las causas que me ha hecho pensar lo
anterior, ha sido la reciente lectura del libro de la historiadora Yoko Kato: A pesar de eso, los “japoneses” decidieron ir
a la guerra (それでも「日本人」は戦争を選んだ) publicado en 2009.
Durante varios años, la catedrática de la
Universidad de Tokio ha analizado cómo se había conformaron las fuerzas
militares y en ese lapso, se ha convertido en una de las principales voces
críticas hacia las visiones revisionistas sobre las causas de la Guerra.
Algunos medios la han catalogado como una “historiadora de izquierda”.
Probablemente lo sea, pero a diferencia de sus “colegas”, ella ha privilegiado las
fuentes primarias más que nadie. En este sentido, sus análisis son más sobrios.
Por lo que toca a su libro publicado en
2009, es una recopilación de unos cursos impartidos en una preparatoria
japonesa. Kato buscó explicar ahí, a las nuevas generaciones, por que Japón había
decidido luchar contra China, Rusia y finalmente Estados Unidos. De este modo,
la profesora de la Universidad de Tokio reflexionó con ellos por qué mentes tan
brillantes en el gobierno japonés pudieron elegir decisiones tan errónea. Por
lo menos en los caso de la Guerra Chino-Japonesa (1931-945) y la Guerra del
Asia-Pacífico.
Esta misma tónica la ha plasmado la
catedrática japonesa en una entrevista realizada por el periódico Asahi el jueves pasado. Este interviú fue una sección
especial para conmemorar el septuagésimo aniversario del ataque a Pearl Harbor.
Resumo, pues, más o menos lo que dijo Kato.
Muchos historiadores han hecho hincapié en que
hubo gran negativa dentro del Ministerio de Asuntos Exteriores de emprender un
ataque contra Estados Unidos. Incluso, dentro de la propia Marina hubieron
voces en contra. El caso más representativo fue el almirante Isoroku Yamamoto, quien
no quería ir a la guerra, aunque finalmente terminó luchando en ella.
Ante este señalamiento, Kato señaló que han
sido exageraciones. Ella no duda que algunos no estuvieran de acuerdo, pero en
el caso particular del Ministerio de Asuntos Exteriores, hay nueva información
de archivos que ha demostrado la complicidad de los diplomáticos en el ataque
de Pearl Harbor. Tanto ellos, como muchos sectores de la opinión pública
japonesa estaban enojados con Estados Unidos. Para ellos Washington era desleal
y llegaron a concluir que el alargamiento de la Guerra con China había sido
responsabilidad de Roosevelt. En este sentido, el ataque, sin importar que fuese
desleal o no, estaba justificado.
Entonces, lo anterior, cuadra mucho con lo
que dicen los historiadores de derecha, quienes han atribuido como una de las
causas del ataque el hostigamiento estadounidense hacia Japón, señaló el
reportero del Asahi.
Ante esta pregunta, Kato respondió que esas
voces están incorrectas. De acuerdo con ella, el Departamento de Estado había considerado
que la guerra con China había desgastado a Japón y este país no tenía la fuerza
para emprender una ataque hacia Estados Unidos. Por lo tanto, el hostigamiento
serviría para que Japón claudicara y aceptara hacer un tratado que reconociera
la hegemonía estadounidense en el área. Sin embargo, los cálculos fueron
erróneos. Japón había utilizado sólo un 30 % de su capacidad bélica hacia China
y había dejado el restante para enfrentar a Estados Unidos, a Gran Bretaña y a
la URSS. En este sentido, la interpretación correcta sería la siguiente: Estados
Unidos no quería hacer la guerra, pero falló en sus cálculos y el hostigamiento
hacia Japón provocó un aumento del sentimiento antiestadounidense dentro del
gobierno y la sociedad japonesa; justificando un ataque desleal.
Entonces, quién fue el responsable, preguntó
el reportero del Asahi.
La catedrática fue tajante: las élites
japonesas. Los cuerpos militares quienes monopolizaban la información. Además,
la opinión pública aplaudió esta decisión. Dicho de otra manera, fue una
responsabilidad conjunta, aunque los que tenían la toma de decisiones era las élites.
Dejo a su consideración amable lector, la interpretación de esta entrevista, pero sus respuestas me parecen correctas. ¿Qué
pensarán ahora los de la derecha? Eso es un tema para otra cavilación y probablemente nunca
llegaremos a una respuesta que satisfaga a todos.
Un
último punto, al final de la entrevista, Kato señaló algo interesante: la
situación vivida en Japón durante la década de 1930, se parece mucho a la situación
que vive ahora China. Pekín y la sociedad china están enojados frente al
“hostigamiento” estadounidense. Están enojados por las críticas de Washington
hacia su rearme.
Ella no abunda más, pero si existen condiciones similares, entonces,
tarde o temprano vendrá un conflicto militar. No lo creo, pero es un hecho que
existen tensiones entre Pekín y Washington actualmente. Esperemos que ambos hayan
comprendido las lecciones de Pearl Harbor.
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