En 1609, un galeón español que se dirigía a Acapulco, naufragó cerca de las costas de lo que actualmente es la prefectura de Chiba. Sus tripulantes, entre ellos, Rodrigo de Vivero (ex gobernador de las Filipinas), fueron rescatados por pescadores de la zona.
Posteriormente, Viveros se entrevistó con Ieyasu, primer shogún de la Casa de los Tokugawa. En esta histórica reunión ambos personajes firmaron un primer acuerdo en donde se establecieron las pautas para el bosquejo de un acuerdo preliminar de comercio y se estipuló también que en el futuro Japón mandaría una misión diplomática a Madrid para establecer un acuerdo diplomático más serio.
Este encuentro ha sido catalogado como el inicio de las relaciones entre España y Japón, pero también entre México y Japón, ya que el naufragio del San Francisco mostró a los japoneses que existía una tierra desconocida en el oste del Océano Pacífico. Además, algunos tripulantes eran novohispanos (aunque probablemente, el primer novohispano que llegó a Japón fue Felipe de Jesús, quien fue crucificado en 1597, en el puerto de Nagasaki).
En lo personal me parece que es una interpretación un foco forzada, ya que después de esa fecha no habría realmente lazos de amistad entre México y Japón. De hecho tendría que pasar casi 280 años para que ambos países tuviera una relación diplomática real.
¿Por qué sucedió lo anterior? En el siglo XVII, el shogunato de los Tokugawa cerró sus fronteras y prohibió a los japoneses salir del archipiélago, así como profesar la religión cristiana. Asimismo, se rompieron las relaciones con las principales potencias europeas como Portugal, España e Inglaterra y sólo se mantuvieron relaciones comerciales en puertos específicos con Holanda y Corea (con esta nación sí se firmó un acuerdo diplomático), así como China (con este país no una relación diplomática formal). De este modo, los japoneses y mexicanos perdieron los lazos que habían estrechado en 1609.
Sin embargo dejando un poco la fanfarronería académica y las precisiones históricas, creo que 1609 no deja de ser una fecha importante. Y bueno ha servido para que el gobierno de ambos países fortalezcan sus relaciones.
Prueba de lo anterior han sido las distintas celebraciones que se han realizado durante el año pasado. Algunos eventos, desgraciadamente, fueron cancelados por el brote de la “gripa porcina” en México, pero otros lograron emprenderse sin ningún problema.
Ahora bien, en el marco de la celebración de los 400 años de amistad entre México y Japón, un tema que llamó la atención de muchos japoneses y mexicanos, por lo menos con los que he podido charlar, fue la misión diplomática que envió Masumane Date a la Nueva España.
Esta comitiva estaba encabezada por Tsunenaga Hasekura y el franciscano Luis Sotelo, quien fungió como traductor de la misión. El barco salió de Japón en 1611 y cruzó el Pacífico hasta llegar a Acapulco. Después de pasar un breve periodo por la Nueva España, la Misión atravesó el Atlántico y en 1615 se entrevistaron con el Rey Felipe III. En el trayecto muchos de los samuráis fueron cristianizados, incluyendo el propio Hasekura. Finalmente, la Misión llegó al Vaticano y después emprendió el regresó a Japón, llegando al archipiélago en 1620.
Hasta la fecha no se tiene muy claro por qué Masamune mandó esta comitiva. Ni tampoco por qué los Tokugawa permitieron la salida de la Misión de Hasekura. En esos años, los Tokugawa ya habían decidido expulsar a todos los jesuitas y franciscanos del país. De este modo, era irreal querer establecer relaciones diplomáticas con una nación como España que había exigido como requisito fundamental que los japoneses aceptasen la libre entrada de los jesuitas y otras grupos cristianos al archipiélago.
Desgraciadamente, no existe un diario de Soltelo ni de Hasekura que permita establecer una explicación más clara. Además, mucha de la historiografía sólo recalca su importancia como un evento exótico y sólo han considerado que fue un fracaso. A lo mejor es necesario revalorarlo y bueno, ¡qué mejor momento que ahora que se cumplieron 400 años del inicio de las relaciones de amistad entre México y Japón!
Cabe destacar que Hasekura y su comitiva fueron los primeros japoneses que emprendieron un viaje a Europa. Yo creo que eso tiene un valor importante. En fin.
Ahora bien, dentro de esta historiografía, hay un obra interesante que quisiera reseñar aquí.
No es una investigación académica. Es una novela histórica, titulada Samurai, publicada en 1980. Su autor es Shusaku Endo (1923-1996). Este autor es uno los escritores de la posguerra más importantes y según un amigo escritor mexicano, ha logrado acaparar la atención de muchos lectores en España y México.
No es una investigación académica. Es una novela histórica, titulada Samurai, publicada en 1980. Su autor es Shusaku Endo (1923-1996). Este autor es uno los escritores de la posguerra más importantes y según un amigo escritor mexicano, ha logrado acaparar la atención de muchos lectores en España y México.
Lo anterior se debe probablemente a su situación singular: Endo era católico. Endo ha mostrado en sus obras los contrastes que existen entre la cultura japonesa y el cristianismo, así como las dificultades de ser católico en una sociedad como la japonesa. De hecho, para muchos lectores no japoneses su obra es una especie de orientalismo. Yo no he leído mucho sus obras, salvo Samurai.
Por lo que toca a Samurai. Es una obra ficticia pero que narra muy bien los problemas de identidad y las ambiciones personales que probablemente tuvieron Hasekura y Rodríguez (Luis Sotelo) durante su larga misión diplomática. Una obra que merece ser traducida al español y más en México, ya que una parte de la obra transcurre en la Nueva España.
Ojalá que se dé esta oportunidad, algún día.
1 件のコメント:
El insólito viaje del samurái Hasekura es una novela de José María Sanchez-Ros, publicada por la editorial Lautaro en noviembre de 2013. Fernando Japón y Mauro Caro descendientes de aquellos japoneses que se quedaron en Coria, son los personajes-narradores que cuentan la historia. Fernando Japón, aquejado de una grave enfermedad, le pide a su amigo Mauro Caro que concluya la novela sobre Hasekura, que el primero empezó. A través del relato histórico de la embajada los narradores reflexionan sobre el encuentro fugaz entre dos mundos tan distintos, como eran el Japon feudal de los Tokugawa y la España de los Austrias de nuestro siglo de Oro. Fernando Japón y su alter ego Mauro Caro se cuestionan las causas del fracaso de la embajada, analizan los antecedentes y desgranan las consecuencias de aquel viaje tan extraordinario. El reposado y audaz Hasekura compartirá su viaje con el impulsivo franciscano sevillano Luis Sotelo. La pareja del franciscano y el samurái se convierte en un referente cervantino que recorre toda la novela. La embajada tenia un doble cometido de expansión comercial y de predicación del catolicismo en Japón. El fondo histórico de la novela, retratado por el autor con el detalle y la fidelidad que se deriva de un estudio exhaustivo de la embajada, se compagina con el artificio de la ficción. Fernando Japón y Mauro Caro se plantean continuamente cómo contar la historia, provocando un juego de planos y perspectivas. El insólito viaje del samurái Hasekura es,como dice Susana Jakfalvi , un novela de ficcion y no ficcion que compagina el relato histórico con la novela fantástica, el ensayo y la metaficcion. Hasekura y Sotelo no tiene nada que ver con Kafka, con Borges o con Cervantes, pero el autor con su fantasía pone en contacto la historia y la literatura.
コメントを投稿