5/30/2006

Amnesia histórica en Estados Unidos

(Texto publicado en Diario Monitor, 30 de mayo de 2006)
El pasado abril salió a la venta el libro de Francis Fukuyama: America at the Crossroads. Democracy, Power, and the Neoconservative Legacy. Para los que nos les suene este nombre, Fukuyama es uno de los académicos neoconservadores más connotados y autor del controvertido libro El Fin de la historia y el último hombre (1992). Obra que expone acartonadamente el triunfo de la democracia liberal sobre el comunismo y que se ha convertido en una de las “biblias” más importantes del gobierno de George W. Bush.

Por lo que respecta a su nuevo libro, el autor sigue manteniendo el mismo estilo polémico y ahora explica el desarrollo histórico del movimiento neoconservador y sus 4 pilares: 1) la importancia de los valores democráticos en la política exterior estadounidense; 2) el uso del poder (militar) de Estados Unidos para propósito morales; 3) la convicción de que no se pueden aplicar proyectos ambiciosos de ingeniería social; y 4) la creencia de que el derecho internacional y Nacionales Unidas tienen muy poca legitimidad y efectividad. Con base en estos puntos, justifica la necesidad de una hegemonía benevolente de Estados Unidos para mantener la estabilidad del sistema internacional, promoviendo el intervencionismo.

Parece que no dice nada nuevo, pero en una parte de su libro Fukuyama critica abiertamente a Bush, especialmente su decisión de invadir Irak. Asimismo, condena el haber intentado aplicar el mismo método que emprendieron Douglas MacArthur, John Foster Dulles y Dean Acheson para democratizar Japón y Alemania en el decenio de los cuarenta. Considera que a diferencia de Irak, en esos países la imposición de una democracia fue posible porque hubo un alto desarrollo económico y una burocracia fuerte. Por último, atribuye que la falta de prudencia dentro de las elites políticas de Washington y la transmutación de los objetivos morales a una simple estrategia militar hicieron que la aventura en Irak fuera un fracaso.
En síntesis, Fukuyama no niega que haya sido una ilegitimidad la invasión de Irak, simplemente argumenta que no se hicieron bien las cosas, haciendo de su libro una obra cínica y contradictoria. Además, no se observa una crítica constructiva ni un reconocimiento explícito de que la aventura en Irak sólo fue para satisfacer las ambiciones petroleras. Parafraseando lo que dijo alguna vez Michael Moore, uno sólo puede decir: ¡no siente vergüenza Mr. Fukuyama!

Ahora bien, lo más preocupante es que los políticos que gobiernan el país más poderoso del mundo no hagan una reflexión de su historia para percatarse de que era imposible establecer una democracia en Irak. El caso de Japón les hubiera ayudado mucho.

En primer lugar, una hojeada al libro del historiador John Dower, Embracing Defeat (ganador del premio Pulitzer de 1999), hubiera permitido comprender porqué los iraquíes no han podido “abrazar” la democracia como lo hicieron los japoneses. Los estadounidenses han olvidado también que no es suficiente imponer sólo una constitución, sino que se necesita un espíritu progresista en Estados Unidos como el que hubo en la democratización en Japón después de la segunda Guerra Mundial. De igual manera, ignoraron que la rendición incondicional del Emperador Showa (Hirohito) y el haberlo exonerado de un juicio político fueron fundamentales para que no se sublevaran los japoneses en contra de las fuerzas de ocupación estadounidense como ha ocurrido en Irak. Asimismo, pasaron por alto que la democratización japonesa fue posible gracias a la alianza entre la antigua burocracia imperial y Estados Unidos, así como por la apertura de los canales de participación a los grupos oprimidos (socialistas y comunistas).

La lista es tan larga podría que uno no podría terminar. El meollo del asunto no es un problema de prudencia como lo quiere ver Fukuyama. El fracaso de la democratización de Irak es producto de una falta de aprendizaje histórico que ha prevaleciendo en Estados Unidos y que ha traído como resultado una política exterior arrogante e inepta. Desgraciadamente, nosotros no estamos ajenos a este problema. La construcción del muro fronterizo y el intento de militarizarlo son un vivo retrato de cómo nuestros vecinos siguen obviando los traumas históricos de los mexicanos.

No quiero sonar paranoico, pero hay claras señales para estar preocupado. Como lo entona el interprete británico David Bowie en su canción I’m Afraid of Americans: “el verdadero peligro están en la mente de los estadounidenses.... y nadie los puede ayudar”.

5/28/2006

Breves del Mundial 2006

Faltan pocos día para que inicie el Mundial. Las noticias sobre si Ronaldo tiene problemas de sobrepeso, la gravedad de la lesión que sufre Leonel Messi desde marzo o bien el inevitable retiro de Zinedine Zidane después de la justa de junio son algunas noticias que uno puede encontrar. Como se cantaba en el Mundial de México 86: “el mundo unido por un balón”

Esta fiebre futbolera ha logrado impactar también en Japón, un país en donde el béisbol es el único deporte profesional de verdadero nivel mundial. El triunfo en la pasado El Clásico Mundial de Béisbol demuestra esto, aunque hay que admitir que pasó de panzazo.

Por lo que respecta al fútbol, el Ranking de FIFA coloca al equipo japonés en el lugar 18, superando a Alemania. Evidentemente esto no puede ser cierto. Alemania ha bajado su nivel en los últimos 16 años, pero no es muy creíble que un país con una liga tan mediocre y que sólo tiene 13 años de vida, supere los teutones.

Ahora bien, los medios japoneses, especialmente los televisivos, son sumamente optimistas y dicen que el equipo nipón tiene oportunidades de pasar a la siguiente ronda. El equipo japonés está ubicado en el Grupo F donde están Brasil, Australia y Croacia. Para los medios televisivos, los aussies son un rival accesible y la clave será ganarle a Croacia. Así, podrán llegar el partido final contra Brasil relajados. Sin embargo, en el Multiforo más importante de Internet en japonés, Nichaneru, los vaticinios de un triunfo nipón son pocos. El mejor pronóstico que uno puede encontrar es que los japoneses sólo obtendrán un punto, producto de un empate con Australia. Debo admitir que un predicción realista. Yo inclusive no creo que ganen ningún punto, pero bueno.

Los medios televisivos son optimistas porque no les conviene pasar siempre una noticia triste. El aumento de asesinatos de menores, la dolorosa reforma neoliberal de Koizumi que ha abierto más la brecha entre los pobres y ricos, el constante pisoteo de Washington de los destinos de Japón y la recesión económica que finalmente termina son noticias que tienen que ser borradas con un triunfo del equipo dirigido por el brasileño Zico (jugador fenomenal, pero como técnico incompetente, improvisado y arrogante). Por eso, las televisoras se pintan de azul (el color de la casaca del equipo japonés) y afirman que Japón pasará de la siguiente ronda.

Esto difiere sustancialmente de los medios de México, en donde no se da muchas opciones a la escuadra nacional. El más optimista es el técnico nacional Ricardo Antonio Lavolpe, quien dice México llegará a los cuartos de final. José Ramón Fernández, conductor histórico de TV Azteca, dice que el equipo tiene potencial para lo que dice Lavolpe. Televisa es más escéptico y dicen que sólo octavos. Pero la mayoría de los mexicanos dicen que eso es puro sueño. Esta selección siempre es una decepción cada Mundial...

No cabe duda de que siempre nos va mal, pero la selección mexicana de Lavolpe no es un mal equipo. Tiene finalmente una estrella que no es un delantero engreído como Hugo Sánchez: Rafael Márquez. Tiene un portero que finalmente logra superar el 180cm de estatura: Oswaldo Sánchez. Muchos jugadores han acumulado experiencia en la Copa Libertadores de América: Ramón Morales, Maza Rodríguez, Carlos Salcido, Pavel Pardo, Omar Bravo, Gringo Castro, Ricardo Osorio. Sin duda, eso es importante. Además, la condición física de los mexicanos es una opción para resistir los partidos y en Alemania no hace tanto calor como en los Mundiales de Francia 98 y Estados Unidos 94.

Los rivales son accesibles, salvo Portugal.

Irán tiene un escuadra con experiencia y con jugadores que juegan en Alemania, pero está en una zona de muy bajo nivel que es Asia. Japón que es el mejor asiático y no es un equipo competitivo. La defensa no es muy fuerte, pero pega mucho. Se parecen en ese sentido a Paraguay, pero sin mucho movilidad. La clave para el triunfo será evitar que Ali Karimi (Un especie de Alex Aguinaga) tenga el balón y que por estatura Ali Daei supere a Osorio o Salcido. Además, el factor público será importante. Muchos iraníes viven en Alemania y apoyaran a su equipo. Aunque bueno se sabe que 30000 mexicanos viajaran a tierras teutonas, así que no creo que en ese rubro haya problemas.

Angola es un escuadra sin mucha experiencia, pero eliminó a Nigeria, una de las potencias africanas. Muchos jugadores militan en el fútbol portugués y por esa razón no están acostumbrados a pegar mucho. Así que puede ser una ventaja, pero a México se le complican este tipo de equipos porque no hay velocidad en la defensa mexicana. Basta con ver cómo se sufre con Jamaica o Trinidad y Tobago. Empero, es un rival a modo siempre y cuando se metan los goles...

Portugal el último rival de México es una de las escuadras más fuertes de Europa con buenas individualices, pero en el pasado mundial no lograron trascender. Muchos jugadores llegan cansados y eso puede ser una oportunidad para México. Además, es un equipo que no pega mucho, lo cual podría ser una buena noticia para México. La clave será que Cristiano Ronaldo y Luis Figo no tengan los balones a modo. Se ve difícil

Ahora suponiendo que pasen, los siguientes rivales son el grupo C: Argentina, Serbia-Montenegro, Costa de Marfil y Holanda.

Se dice que es el grupo de la muerte, aunque parece que los argentinos y holandeses saldrán avante. Aunque yo creo que será Costa de Marfil el que pase y no Holanda. Este equipo suele ser luego pechos fríos... Pero el que pase le tocará contra México y está difícil. Argentina se antoja un rival menos complicado ya que en los últimos partidos, México no ha sucumbido tan fácil contra la albiceleste. Los holandeses está más difícil

Ahora en el remoto caso que pase, México jugaría contra Inglaterra o Alemania. Una misión imposible en el caso del equipo de Rosa. Los teutones pues tiene a favor a su público. Además, siempre han eliminado siempre a los mexicanos (México 86 y Francia 98). Y por las lagrimas que me salieron en México 86, si quisiera que ganará el Tri. Pero todo es el mundo de las suposiciones.

Ahora bien, este partido se empalmaría con los comicios presidenciales del 2 de julio. Si llegara a pasar esto, en la elección toda la gente estaría borracha. En una de esas, con copas de más, gana Paty Mercado o el patiño de Roberto Campa....

En fin, veamos qué pasa. Me espera un largo mes de desvelo y bueno con la esperanza de que gane México, humillen al equipo de Zico por engreído y rogar que los arrogantes brasileños que conozco no tengan otra alegría con un sexto campeonato.

5/23/2006

Minamata: una lección para México

(Texto publicado en Diario Monitor 23 de mayo de 2006)
La separación de la basura es una actividad que tiene rendimientos provechosos, ya que permite agilizar la recolección de los desperdicios y coadyuva a su reciclaje. En México se ha empezado a retomar con mayor seriedad esta problemática y en los últimos años las autoridades han buscado implementar este sistema de división. Una clara muestra es la Ley de Residuos Sólidos que entró en vigor en octubre de 2004 en el DF.

Empero, esta nueva reglamentación no ha tenido el éxito esperado. Primero, es insuficiente separar la basura sólo en dos tipos como lo determina la ley. De igual manera, no existe una cultura ecológica que permita conseguir una correcta división de los desperdicios domésticos en nuestro país. Asimismo, el número de empresas de reciclaje es insuficiente pata solventar las necesidades de la Ciudad de México.

Probablemente, todo se reduce a un problema de recursos, a un bajo nivel de educación o bien a la incapacidad del gobierno izquierdista del DF. Sin embargo, el florecimiento de una cultura ecológica no es producto de cuestiones materiales ni de ineptitudes de la izquierda como lo quiere ver la derecha. En muchos casos es producto de la acumulación de experiencias aflictivas. Esto lo constata Minamata, una pequeña ciudad de 29000 habitantes ubicada en la prefectura de Kumamoto. Aquí se separa en 21 tipos la basura y se ha emprendido una de las más eficaces políticas de reciclaje dentro de todo Japón. Veamos qué paso.

Todo inicia el 1 de mayo de 1956 cuando empiezan a brotar entre los habitantes de la ciudad, extraños síntomas como ataxia, alteraciones sensoriales en manos y pies, así como el deterioro de los sentidos de la vista y el oído. De inmediato un grupo de médicos examina a los habitante, pero no pueden descifrar las causas ni encontrar una cura. Finalmente en 1959, investigadores de la Universidad de Kumamoto revelan que todos los perjudicados presentan altas cantidades de metilmercurio en su sangre. Así, emprenden una pesquisa y encuentran que la peligrosa sustancia estaba esparcida por toda la Bahía de Minamata.

¿Quién había sido el responsable? Las investigaciones revelaron al culpable: la petroquímica Chisso. Los habitantes reclaman inmediatamente su cierre, pero las autoridades gubernamentales no hacen nada. Y el resultado es desastroso. Entre 1956 y 1965, fallecen 111 personas y más de 400 quedan con problemas neurológicos. Igualmente, muchas madres dan a luz a niños gravemente afectados. Por fin en 1968, Tokio reconoce que la Enfermedad de Minamata había sido causada por una negligencia, pero el desastre ecológico era irreversibles.

De este modo, Chisso tiene que indemnizar a las víctimas. Sin embargo, el número de afectados aumenta y la petroquímica pierde toda su capacidad financiera para compensar su enorme crimen. Tokio toma cartas en el asunto y determina quién es susceptible a recibir la indemnización, provocándose otra negligencia. Entre 1968 y 1995, el gobierno reconoce sólo la existencia de 2000 casos, dejando a otras 10000 personas sin compensación.

Las víctimas deciden demandar al gobierno y en el año de 2004 logran un triunfo histórico. La Suprema Corte de Justicia declara que el gobierno es responsable de la propagación de la enfermedad y ordena indemnizar a todas las personas que la padecen. Sin duda fue una victoria, pero llegó demasiado tarde. En suma, una tragedia ecológica fue la causa directa para que se lograra consolidar una impresionante cultura ecológica en Minamata. Es una lástima que sólo con este tipo de crímenes se logre esto.

Ahora bien, relacionado al mismo tema quisiera mencionar un acontecimiento reciente. El pasado 1 de mayo se recordaron en Minamata los 50 años del primer brote de esta terrible enfermedad. Los organizadores invitaron al primer ministro Jun’ichiro Koizumi para que mostrara sus condolencias. No obstante, el premier conservador no participa y en su lugar manda a la ministra de Ecología Yuriko Koike. Los familiares de las víctimas no vieron con buenos ojos esto y exigieron a Koizumi presentarse para constatar el verdadero arrepentimiento del gobierno. ¿Qué fue esto? ¿Una nueva negligencia? No cabe duda de que aún las heridas no han logrado aliviarse en esta pequeña ciudad.

A guisa de conclusión quisiera decir lo siguiente. La separación de la basura no es una cuestión para facilitar las labores a los “pepenadores” ni es una simple bandera para mantener partidos políticos nepotistas como el PVEM. Tampoco implica perder un estatus social como le ven algunos sectores de clase media alta. Simplemente es una actividad necesaria y que no podemos desdeñar. México no tiene el tiempo ni los recursos suficientes como para solventar un problema como el de Minamata. Aprendamos de los errores de otras latitudes y tomemos conciencia.

5/18/2006

Un nuevo nacionalismo en Japón

(Texto publicado en Diario Monitor, 18 de mayo de 2006)
En los últimos años, Japón ha sido retratado por la prensa internacional como un país nacionalista. Esta situación responde primordialmente a las constantes visitas que realiza el Primer Ministro Jun’ichiro Koizumi al Mausoleo de Yasukuni, lugar donde simbólicamente reposan los restos de los soldados caídos en las guerras de expansión japonesa y de los jefes militares enjuiciados como criminales de guerra. Empero, hay que aquilatar que este chauvinismo representa sólo una parte de la sociedad japonesa.

De hecho, si lo comparamos con los mexicanos, los japoneses en general no manifiestan su nacionalismo en lugares públicos. Estas diferencias radican en la formación cívica prevaleciente en cada nación. Mientras que en nuestro país, los valores cívicos fueron inculcados por un régimen semiautoritario que necesitaba resaltar un fuerte nacionalismo para mantener su legitimidad, el sistema político democrático japonés de la posguerra puso de manifiesto que el nacionalismo era un aspecto negativo y se le asoció con los errores del pasado.

Esto no significa, empero, que haya existido un verdadero arrepentimiento dentro de la sociedad japonesa. Basta con revisar los textos de historia para cerciorarse que existen muy poca alusión hacia lo que sucedió en la Guerra del Pacífico. Como dice Kenzaburo Oe, premio novel de literatura, es una amnesia colectiva lo que existe y esto priva a muchos japoneses para reconocer lo que hicieron los militares japoneses en su país y en Asia-Pacífico.
Ahora bien, en los últimos años, un grupo de “eminentes” educadores han propuesto la redacción de un nuevo texto de historia en donde no sólo se niega la invasión hacia China, sino que se pretende resaltar también el amor hacia Japón. La izquierda ha visto con peligro este movimiento. De igual manera, este chauvinismo ha tenido un eco en los países circunvecinos. Chinos y coreanos advierten que Japón no ha sido como Alemania: un país arrepentido de sus errores del pasado.

Lo anterior indica, entonces, que existe un proceso ambivalente entre un nacionalismo negativo (amnesia colectiva) y un chauvinismo. Es una realidad que no podemos desdeñar y que merece más espacios para su análisis. Ahora bien, un tercer nacionalismo ha emergido en los últimos meses en Japón. Éste es el que está asociado con el deporte. Veamos de qué se trata.

El 19 de marzo de 2006, millones de japoneses presenciarían un partido entre su selección de béisbol contra el equipo de Corea. Era la semifinal del Clásico Mundial de Béisbol (CMB). Pero lejos de festejar este hecho, el equipo japonés liderados por su estrella Ichiro llegaba a este partido con un fuerte sentimiento de humillación.

En un hecho sorprendente, en la primera ronda jugada en Tokio, una modesta Corea vencería a los japoneses. Posteriormente, en la segunda ronda, un error arbitral provocaría una derrota frente a Estados Unidos. Finalmente, en el partido decisivo, Corea vence Japón y parecía que el equipo japonés quedaba eliminado. Sin embargo, un milagro sucedió. México derrota a Estados Unidos y con esto la novena japonesa llegaba a la semifinal.

Fue por eso que a vísperas del encuentro, los jugadores, así como la gran mayoría de los japoneses empezaron a mostrar un nacionalismo feroz, raro en este país que suele ver con malicia este tipo de manifestaciones. Los comentaristas empezaron a decir que el equipo japonés no podría peder ante los coreanos en el deporte nacional de Japón.

El partido fue tenso, pero finalmente Japón gana a Corea en un estadio repleto de seguidores coreanos. Después del último out, el sentimiento nacional se desbordó. Muchos aficionados saltaron a las calles para festejar que eran japoneses. En un país en donde aún no se termina la recesión económica, el triunfo sobre los coreanos llegó como gloria. Finalmente, como es sabido, Japón vence a Cuba en la gran final, volviéndose en los primeros campeones del CMB.

En suma, en un país en donde existen dos nacionalismos antagónicos y sumamente cuestionados, un tercer nacionalismo surge. No podría decir que es positivo pues la arrogancia deportiva puede desencadenar otro tipo de chauvinismo, pero de que éste es un fenómenos nuevo, lo es. Justo cuando termino estas líneas, me viene a la mente lo que una vez me dijo un profesor en la universidad hace algunos años: “recuerden que en la casaca de Luis García se lleva la soberanía de México”. En mundo donde es difícil distinguir fronteras, puede que esas palabras tengan razón, a lo mejor no.

5/11/2006

Corea y Japón: conflicto interminable

(Ensayo publicado en Diario Monitor, 11 de mayo de 2006)
Los conflictos fronterizos acarrean siempre problemas angustiosos y en ocasiones hasta militares. Hace unas cuantas semanas fuimos testigos de un nuevo incidente entre Japón y Corea por la soberanía de Takejima (Dokto en coreano); una diminuta isla de 23 Km2 que se encuentra en el Mar del Japón. Veamos qué fue lo que pasó.

El pasado 19 de abril, Tokio anuncia que dos barcos de su guardia costera realizarán investigaciones oceánicas cerca de Takejima. Ante esta situación, el presidente Roh Moo-hyun ordena a la guardia costera coreana desplazarse hacia Dokto. Parecía que se avecinaba un enfrentamiento miliar. Empero, después de una negociación, Japón decide abortar la misión y a cambio obtiene la promesa de Seúl de que no “bautizará” con nombres coreanos las llanuras oceánicas que rodean a Dokto en un congreso internacional que se llevará acabo en junio.

¿Cuál ha sido el trasfondo histórico del conflicto? Intentemos darle una respuesta. La disputa territorial tiene sus orígenes en el siglo XVII cuando el shogunato Tokugawa (Japón) y el Reino de Choson (Corea) se disputaron la tutela de la isla. En un principio, parecía que ambas partes lograrían un acuerdo, pero el consenso no se consigue y la tutela del diminuto territorio quedó en el limbo. Finalmente, en 1900, Corea decide anexar oficialmente la isla, solucionándose el conflicto parcialmente.

Sin embargo, después del histórico triunfo de Japón en la Guerra Ruso-Japonesa (1904-1905), Corea se convierte de facto en un protectorado japonés. De esta manera, en 1905, Takejima es incorporada a la prefectura de Shimane y en 1910 Corea se vuelve parte del Imperio del Japón.

La colonización sería brutal, pero finalizaría en 1945, gracias a la derrota de los japoneses en la segunda Guerra Mundial. Como es sabido, Japón sería ocupado por el ejército estadounidense y su aparato colonial sería desmantelado. Empero, en este proceso de reordenamiento territorial, Corea no quedaría beneficiado por completo. En 1946, el jefe Supremo de las Fuerzas Aliadas, Douglas MacArthur, trazaría una línea fronteriza entre Japón y Corea, quedando Takeshima del lado japonés.

Esta situación molestó a los coreanos, ya que para ellos Dokto, que significa la “isla de la independencia” representaba el símbolo de la colonización japonesa y por ningún motivo podría quedar en manos de sus enemigos. Así, seis años después, aprovechando que Japón aún no era miembro de las Naciones Unidas, el presidente surcoreano Syngman Rhee traza una nueva línea que incluye Dokdo y empieza a ocupar militarmente la isla.

Japón rechaza esta situación y proclama que Takejima le pertenece. Y propone que el problema se lleve a la Corte Internacional, pero Corea no acepta. Así, las negociaciones quedarían paralizadas y Corea tendría de facto la tutoría de la isla. Para 1965, cuando se normalizan las relaciones diplomáticas entre ambos países, Japón buscaría negociar de nuevo el regreso de la isla, pero Seúl no acepta.

Después de los años sesenta, el conflicto quedaría inerte y Dokto se volvería en el símbolo del nacionalismo coreano. Empero, en los últimos años, un nuevo nacionalismo empezaría a conformarse en Japón y numerosos políticos exigirían el regreso de Takejima a soberanía japonesa, incluyendo el Primer Ministro Jun’ichiro Koizumi.

Ante este ascenso, Corea reaccionaría con la misma vara. En enero de 2004, inspirados en un fuerte nacionalismo y sentimiento anti-japonés, Seúl anuncia la emisión de un timbre postal para conmemorar a Dokto. Esto irrita de sobremanera a Tokio. De esta manera, el 16 de marzo de 2005, influenciados por un fuerte nacionalismo, la legislatura de Shimane declara oficialmente la celebración del Día de Takejima. Como era de esperarse, esto enfadaría a numerosos coreanos y se desatarían marchas en las calles en contra de Japón. En sus reclamos, los manifestantes acusaron a Koizumi de buscar una nueva invasión colonial.

En suma, el conflicto nipo-coreano de los últimas semanas tiene un trasfondo complejo y por la acumulación de odios, posiciones arrogantes, problemas de comunicación, así como decisiones arbitrarias de Estados Unidos no se vislumbra una pronta solución. ¿Cómo se puede arreglar eso? Desde mi punto de vista, todo depende de lo que haga Japón. Mientras este país asiático no muestre un “verdadero” arrepentimiento hacia sus errores del pasado, el problema de Dokto, así como sus actuales relaciones ríspidas con China no se podrá solucionar.

Sobre el Cine y Japón

En el Festival de Cannes de este año compite la película de Alejandro González Iñarritú, Babel. Veremos si el director de Amores Perros y 21 Grams se lleva la Palma de Oro. Y se nos hace nuestra fantasía de que un mexicano gane. Aunque este año compiten también otro mexicano Guillermo del Toro con El Laberinto del Fauno

Bueno, no soy crítico de cine, así que no sé mucho de estas cosas, pero como buen mexicano que no tiene otra cosa que hacer que ir al cine y ver la basura que está en los cines comerciales, creo que el elenco no es malo. En la película actúan Brad Pitt, Cate Blanchet y Gael Garía Bernal, entre otros. También un japonés Koji Yakusho, que en lo personal no se me hace malo.

Ahora bien, la historia de Babel parece ser algo repetitiva. Lleva una secuencia similar a las dos anteriores películas del que fuera fundador de la estación de radio WFM 96.9 (ahora convertida en una estación de noticias de Televisa). Según la sinopsis que leí, la película está formada por tres historias que se entrelazan por un accidente y tiene como escenarios cuatro países Marruecos, Túnez, México y Japón. El director mexicano dice que con esto termina este tipo de género que ha utilizado en sus películas. Esperemos que nos cumpla y no nos salga como los políticos que dicen tantas tonterías estos días en México: “candidato del empleo (Felipe Calderón)”, “elecciones de Estado (Madrazo)”, “las encuestas están manipuladas (AMLO)”, “voy a dar seguro social a todos (Calderón)”, “yo soy cardenista (Calderón)....

Ahora, mi curiosidad es cómo González Iñarritú proyectará Japón. Será una sociedad psicodélica y violenta como la que proyectó Quentin Tarantino en Kill Bill (2003) o bien la lenta historia y en cierta medida prejuiciosa cinta de Sofia Coppola Lost in Traslation (2003). O bien un anacronismo como Karate Kid 2 (1986), Rising Sun (1993) o Black Rain (1989). A lo mejor será aquel Japón que se proyectó en los años ochenta: un peligro para la maravillosa sociedad capitalista estadounidense. En fin... la lista sería interminable. Lo que sí no será es aquel mundo de Samuráis que proyectó la serie de televisión Shogun en los ochenta, que por cierto está basado en la novela de James Clavell del mismo título.

Pero, ¿por qué Gónzalez Iñarritú habrá escogido Japón? Pudiendo elegir China, que es hoy por hoy el tema de boga en los periódicos. Estaba Indonesia que es el país islámico más poblado del mundo, para darle continuidad a su historia que retoma dos países islámicos: Marruecos y Túnez. Pudo haber sido Corea que ha tenido un crecimiento espectacular en su industria cinematográfica nacional y una mejoría sustancia en sus producciones (aunque en lo personal no me gusten). Pero no. González Iñarritú escogió este país en donde la brecha económica entre los más pobres y los ricos se incrementa. Este país en donde las políticas neoliberales no han solucionado nada. Este país en donde los conservadores ganan siempre las elecciones. Este país de supuesta raza homogénea

A lo mejor el “negro” (como apodan al director mexicano) es un japonófilo empedernido que siempre quiso tratar a Japón en sus películas. Pero se me hace que es pura moda. Hay que recordar que en estos años ha habido varias películas que tratan a Japón. Y por una razón muy clara. Porque Japón aún tiene dinero...

Tenemos por un lado, la nefasta historia de amor Pearl Harbor (2001), que coincidió con los atentados del 11 de septiembre para hacer reforzar con más determinación el terrorismo y pintar a los japoneses como unos hijo de.... En el año de 2003, junto a Lost in Translation y Kill Bill, una tercera película, Last Samurai (2003) fueron exhibidas en las salas cinematográficas. Lo curioso que esta última que está hablada en ingles y que retrata de una manera grotesca la sublevación de Takamori Saigo, un personaje histórico (la historia de la película está basado en este personaje, pero es pura ficción, como la política ficción) fue la más taquillera de las tres en Japón. Finalmente, el año pasado tuvimos Sayuri, película que está basado en el libro Memoirs of Geisha.

Salvo Kill Bill, ninguna me gustó, pero como dije antes yo no soy crítico de cine, así que da igual lo que yo diga... En lo personal recomiendo Nobody Knows (2003) de Hirokazu Koreeda. Película que ganó en Cannes 2004, el premio al mejor actor masculino Yuuya Yagira, quien tenía en ese momento 14 años. La historia está basado en un hecho real. Una madre abandona a sus hijos y estos se tienen que valerse por sí solos. Es algo escabrosa, pero es buena.

Creo que es mucho mas amigable que el cine de Yasujiro Ozu (que tanto admira Wim Wenders, que hasta le hizo un documental Tokyoga) y Akira Kurosawa, menos violenta que las películas de Takeshi Kitano, y menos clavadas y eróticas que Nagisa Oshima. También menos políticas que Shohei Imamura, director de Kuroi ame (1989), película que trata sobre la Bomba atómica en Hiroshima

Bueno, sigamos yendo al cine. Compren golosinas, pero no hablen en el cine y apaguen sus celulares. Porque en eso la gente rica es de lo peor.

P.D. El año pasado falleció Noriyuki “Pat” Morita. El señor Miyagi para los cuates. Se me fue uno de mis ídolos de la infancia o bien el abuelo que siempre quiso tener uno.

5/09/2006

China en América Latina

En la página del periódico Asahi encontré una nota interesante.

China hace un llamado a los gobiernos de Japón y Corea para discutir sobre la estrategia que se debe emprender en América Latina.
Básicamente, China quiere definirle a sus vecinos qué tipo de política energética y cooperación militar busca en las Américas. Así, el 26 de abril, se reunieron en Pekín, por primera vez, los jefes departamentales de América Latina de las cancillerías china, japonesa y coreana. Es una situación extraña que estas tres naciones enemistadas por muchos años se reúnan para discutir un tema muy lejano de su región natural.

El resultado de la reunión fue satisfactoria. Los tres países acordaron reunirse cada año para discutir las situaciones económicas que prevalecen en América Latina. D
e acuerdo al corresponsal de Asahi, el gobierno chino busca con esto enfriar las visiones sobre el “peligro chino en América Latina” que han empezado a emerger dentro de Estados Unidos.

Pekín afirmó que su política energética en las Américas, así como su cooperación militar está basado en una cuestión comercial y no para competir con Estados Unidos. Lo que busca China es tener acceso a petróleo y minerales.

Pero, hay elementos que hacen pensar que el interés chino no es genuino. De acuerdo al Fondo Monetario Internacional (FMI), en el año pasado, por primera vez, el comercio entre China y América Latina superó al que tenía Japón con la región. Lo cual significa que China se está volviendo en el segundo socio comercial de muchos países. Otro indicio de un acercamiento chino en la región se ha visito en la visita que hizo el presidente Hu Jintao a Brasil Chile y Argentina, así como en las constantes visitas que realizaron importantes miembros del partido comunista chino durante el año pasado.

Esta situación incomoda sin duda a Washington. Por eso, China busca que Japón y Corea apoyen sus pretensiones en las Américas y con esto convencer a Estados Unidos de que no existe un peligro chino en América Latina. Lo interesante es que Tokio vio con beneplácito esta reunión y argumentó que será útil para poder coordinar los esfuerzos comerciales.


La gran duda es si realmente se podría realizar una cooperación entre China y Japón
.
 

Elecciones en Singapur

El pasado 6 de mayo, se efectuaron elecciones generales en Singapur. El ganador fue el Primer ministro Lee Hsien-Loong (2004-hasta la fecha) (foto) y el oficialista Partido de Acción Popular (People’s Action Party; PAP).

El PAP fue fundado por Lee Kuan-Yew (ministro de 1959 a 1990 y padre de Lee Hsien-Loong) en 1954 y, desde 1959, dirige los destinos de esta pequeña nación de casi 3 millones de personas. De hecho, fue bajo su gobierno cuando Singapur logra un increíble crecimiento económico, aunque bajo un régimen autoritario, que no permitió muchas libertades e instalo un código penal muy severo.

En el gobierno de Goh Chok-Tong (1990-2004). La isla logra un primer avance democrático, pero siempre bajo la supervisión del PAP.

En lo que respecta al resultado. De los 86 escaños que tiene el Parlamento (sólo hay una cámara), el PAP logró 84 diputaciones. Los restantes dos escaños fueron para el Partido de los Trabajadores de Singapur y el Partido Demócrata de Singapur.

No cabe duda, que ante la inminente desparición de los partidos hegemónicos como el Partido Revolucionario Institucional (PRI) de México, el Kuomintang de Taiwán y el Golkar de Indonesiar; el resultado en Singapur no deja de sorprender. Ya ni Malasia con la Organización de Unidad Nacional Malaya (UMNO) tiene ese dominio.

Moraleja: no somos (mexicanos) el único ejemplo de un sistema hegemónico.

Probablemente, sólo los partidos comunistas en Chinas, Cuba, Vietnam y Corea del Norte podrían tener ese tipo de resultados tan abrumadores.

Las elecciones se llevaron con relativa tranquilidad, pero un incidente opacó los comicios. Un día después de las elecciones, el 7 de mayo, uno de los líderes del Partido de los Trabajadores, James Gomez fue arrestado por las autoridades electorales, porque no realizó un trámite de su candidatura a un puesto de raza minoritaria (En Singapur, la mayoría de población es China, pero hay minorías india y malaya).

Ni hablar hay países que no cambian...

5/08/2006

La elección del primer ministro y el sistema político japonés

Introducción

Japón, a diferencia de cualquier sistema presidencial como el mexicano en donde la función de Jefe de Estado y Gobierno lo ejerce la misma persona, existe un sistema parlamentario en donde subsiste una clara división entre ambos. Mientras que el Jefe de Estado (Emperador) representa a la nación en cualquier ceremonia diplomática y es el símbolo de unidad de la nación japonesa, el Jefe de Gobierno (Primer Ministro) se encarga de las políticas públicas y de dirigir a la burocracia.

La elección del Emperador es de forma hereditaria y la del Primer Ministro es por medio del voto indirecto del pueblo, es decir, los ciudadanos primero eligen a miembros del parlamento y éstos, a su vez, al Primer Ministro, quien en la mayoría de los casos es el líder del partido de mayoría en el Parlamento o Dieta (Foto). Entonces, la pregunta clave es saber cómo funciona este sistema. Así, en este ensayo se dará una breve explicación de cómo se escoge al Primer Ministro de Japón. Para comprender esto, es necesario identificar dos mecanismos de selección: el institucional y el "político". El primero se basa en la fórmula electoral y en la estructura de la división de poderes, mientras que el segundo se basa en la conformación de las fuerzas políticas.

El Mecanismo institucional

Los tres poderes políticos en Japón los ocupan: el Primer Ministro (Ejecutivo), la Dieta (Legislativo) y la Suprema Corte de Justicia (Judicial). La Dieta es la rama más importante ya que es en ella donde se diseñan las leyes, se escoge el presupuesto y se elige al Ejecutivo. El poder legislativo tiene una estructura bicameral, siendo la Cámara Baja la encargada de escoger al Primer Ministro. Los diputados de esta Cámara son elegidos por el voto ciudadano y su duración es de cuatro años como máximo con posibilidad a reelegirse. La fórmula electoral que rige a la Cámara Baja en la actualidad, es muy parecida a la elección de diputados en México, en donde tres quintas partes de los asientos de la Cámara son elegidos por mayoría simple y el resto por representación proporcional.

Esta fórmula surgió en 1994 como parte de una reforma electoral promovida por el gobierno de Coalición de Morihiro Hosokawa, con el propósito de subsanar los problemas de corrupción política, de financiamiento de los partidos políticos y del tamaño de los distritos. Hasta antes de esa fecha, la fórmula electoral que regía en Japón era la de distritos medios. Esta fórmula permitía que en un distrito representado por 3 a 5 diputados, un mismo partido nominara más de un candidato; lo cual provocó la sobrerepresentación de los partidos grandes. Además de esta situación, no había un control del financiamiento a los partidos políticos, lo cual llevó a que las campañas de muchos políticos estuviese basada por la ayuda de empresas y grupos locales a cambio de favores.

La nueva fórmula ocasionó una nueva distritación, así como la instauración de una fórmula mixta de distritos de mayoría simple y de representación proporcional. En la parte financiera, el gobierno se encargaría de controlar y asignar los recursos con el propósito de evitar la corrupción electoral. La fórmula de 1994 establecía 500 diputados de mayoría simple y 200 por representación proporcional. Sin embargo, esta fórmula ha sido modificada en los últimos años, reduciéndose a 180 los lugares de representación proporcional.

De acuerdo con la legislación, el Primer Ministro es elegido por la Cámara Baja y la duración de sus administración depende del apoyo de la Dieta, ya que el Parlamento puede ejercer un voto de censura en caso de que el Ejecutivo incumpla en una responsabilidad política. Esta situación hace suponer un Primer Ministro muy limitado por el Legislativo. Sin embargo, la existencia de una burocracia centralizada y con una relativa autonomía, permiten a la rama ejecutiva, contrarrestar las decisiones de la Dieta. En la actualidad, dentro de las élites políticas japonesa, se piensa en reformar la elección indirecta del Ejecutivo, a una forma directa. Esto con el propósito de darle más fuerza no sólo frente a la Dieta, sino también a la burocracia, reformando el sufragio popular.

En resumen, en términos institucionales, la elección del Primer Ministro depende de los resultados electorales y del desempeño de éste en el gobierno El poder legislativo limita las decisiones del ejecutivo, así como su estancia en el poder, pero esto no obstaculiza la aplicación de políticas públicas, gracias a una burocracia fuerte.

El mecanismo político

A pesar de la relativa fortaleza de la Dieta, el poder legislativo es débil ya que en los hechos, la elección del jefe del ejecutivo en los últimos 55 años se ha basado en las decisiones de un so)o partido: el Partido Liberal Democrático (PLD). Este partido ha dominado el espacio electoral de manera continua y sólo fue sustituido en 1993 por un gobierno de coalición. Esta situación de dominio se explica por la fragmentación de la oposición, la legitimidad económica que trajo el "milagro japonés", la leal clientela electoral y la fórmula electoral de distritos medios.

En el seno del PLD se elegía al Primer Ministro, el cual representaba siempre a alguna facción partidista. Esta elección dependía de la "sana" competencia entre las facciones, las cuales castigaban las irresponsabilidades políticas del Primer Ministro y luchaban por acceder al poder, las facciones generalmente no representaban a una posición ideológica, sino mas bien a un líder y a su clientela electoral. Las facciones no siempre lograban ganar pero, por medio de una estrategia de consenso, quedaban representadas dentro del Gabinete.

Durante los primeros años de dominio del PLD, ninguna facción dominó y dependió de las alianzas entre ellas. Sin embargo, conforme pasaba el tiempo muchas facciones fueron absorbidas por las de mayor tamaño. Por lo menos hasta 1994, las facciones no sólo competía dentro del partido, sino también en las elecciones de la Cámara Baja, dada la fórmula de distritos medios. Esta competencia no estuvo exenta de conflictos ya que ciertas facciones se hicieron más fuertes y lucharon de manera hostil. Muchas de éstas recurrieron a financiamientos excesivos que los llevó a cometer casos de corrupción y, en casos extremos, a escisiones. Para 1992 y 1993 se darían importantes salidas del PLD que ocasionaron, en julio de 1993, la primera y única derrota en la historia de este partido. La alternancia en el poder condujo a la reforma electoral de 1994. Esta fórmula trató de eliminar el excesivo poder del PLD, pero también buscó de modificar la estructura fragmentada del sistema de partidos.

El resultado fue la destrucción del primer partido de oposición, el Partido Socialista Japonés, así como el reordenamiento de las fuerzas políticas y la formación de gobiernos de coaliciones que resultaron ser muy débiles. En la actualidad, la elección del Primer Ministro no depende exclusivamente del PLD, sino también de sus nuevos aliados, como el Partido del Gobierno limpio, cuyo electorado son los creyentes de la secta neobudista Soka Gakkai y, el Partido Conservador el cual tiene su origen en una escisión del PLD.

Conclusión

Actualmente, la elección del Primer Ministro en Japón depende de las reglas institucionales, así como de la conformación de las fuerzas políticas. A partir de 1993, el sistema de partidos se ha polarizado y muestra una ligera tendencia, pero sostenida, hacia el PLD y sus nuevas alianzas con los partidos pequeños. Sin embargo, la nueva estancia del PLD no ha traído la estabilidad del pasado, ya que en los últimos 13 años Japón ha tenido 9 Primer Ministros, la gran mayoría de coaliciones inestables. Esta situación es preocupante dada la larga recesión económica que vive Japón y la necesidad de gobiernos estables para solucionarla.

5/07/2006

¿Quién será el siguiente Primer Ministro de Japón?

Introducción

Desde la posguerra hasta nuestros días, virtualmente sólo una organización política ha llevado las riendas de Japón: el Partido Liberal Demócrata (PLD). Este dominio ha sido muy similar a la hegemonía que ostentó el Partido Revolucionario Instituciona (PRI) en México, pero con dos grandes diferencias: en Japón las condiciones de libre competencia siempre fueron garantizados para la oposición y se repestó siempre los derechos políticos de los ciudadanos.

Empero, no todo fue positivo. El dominio del PLD hizo que en Japón, las elecciones internas dentro de la organización conservadora fueran las que definieran el desitno político de Japón y no los comicios parlamentarios . Una desgracia sin duda.


Y bueno, justamente, esto sucederá el próximo septiembre de 2006, cuando el popular primer ministro Jun’ichiro Koizumi (foto) culmine su periodo presidencial. Antes de ver quiénes son los que se perfilan para dirigir los destinos de Japón, es necesario pensar qué implicaciones traerá la salida de Koizumi.

Primero, este otoño de 2006, seremos testigos de la culminación de uno de los gobiernos más populares de la historia contemporánea. Igualmente, el cambio de mandos significa el desenlace de cinco años, sin mucho éxito, de reformas estructurales (neoliberales) que buscaban reducir un gigantesco déficit gubernamental. Finalmente, es el fin también de una administración que secundó incondicionalmente los deseos imperiales de Washington, despachando a las tropas japoneses hacia Irak, y que descuidó por completo las relaciones con el Asia-Pacífico, especialmente con China y la Republica de Corea.

Pero, dejemos por un momento al que se va y regresmos a nuestro argumento incial y veamos qué tipo de futuro le puede esperar a la segunda economía del mundo.


La sucesión

La carrera por la sucesión dentro del PLD inicia en septiembre de 2005, cuando el partido conservador logra un triunfo histórico en las elecciones de la Cámara Baja, obteniendo casi el 61% de los escaños. Esta grotesca cifra, le permite al partido gobernante aprobar no sólo cualquier iniciativa de ley, sino que es una cifra significativa para reformar la constitución, especialmente su cláusula pacifista que proscribe el derecho de beligerancia

Bajo esta situación cuatro políticos empezaron a manifiestar sus deseos de relevar a Koizumi: el ministro del interior Shinzo Abe (51 años), el ministro de relaciones exteriores Taro Aso (65 años), el ministro de finanzas Sadakazu Tanigaki (60 años) y Yasuo Fukuda, ex ministro del interior (69 años). Aquí ponemos brevemente el perfil de cada uno

Abe es el nieto de Nobusuke Kishi (primer ministro durante 1958 a 1960). Es el más joven de los cuatro y el que tiene mejores posibilidades de triunfar. Es uno de los hombres más cercanos a Koizumi, así como uno de los políticos conservadores más populares. Sus fuertes críticas hacia Corea del norte, especialmente su apoyo hacia los familiares de las víctimas secuestradas por las espías norcoreanos, le han valido importantes puntos dentro de los sectores de derecha.

Asimismo, al igual que Koizumi, Abe ha manifestado públicamente sus posturas de derecha, situación que ha quedado constatado con sus recurrentes visitas al Mausoleo de Yasukuni, lugar donde reposan simbólicamente las almas de los soldados caídos en las guerras de expansión japonesa y de los jefes militares enjuiciados como criminales de guerra.

Aso, por su parte, es el nieto de Shigeru Yoshida (primer ministro durante 1948 a 1954), el líder político más importante de toda la historia contemporánea japonesa. Fue Yoshida quien se empeño en que Japón se concentrara en el crecimiento económico y destinara sólo una “ínfima” cantidad al gasto militar. Por lo que respecta al caso específico de Aso, a pesar de su legado familiar, no ha sido un político brillante. Es probablemente el menos popular y sus continuas críticas hacia China, le ha restado el apoyo de muchos sectores. Respecto a su ideología, mantiene un misma postura que Abe y es también un firme defensor de la visitas hacia Yasukuni.

Por lo que respecta a Tanigaki es un político gris, pero ha sido, junto con Heizo Takenaka, uno de los cerebros de las reformas neoliberales de Koizumi. Esta situación ha hecho que tenga el apoyo de algunos grupos empresariales. Con respecto a su postura ideológica, al igual que los dos anteriores, también ha mostrado una posición de derecha, pero menos pública. Un punto que no le ha favorecido ha sido su posición a favor de subir el impuesto al valor agregado, situación que le ha quitado el apoyo de las clases medias.

Finalmente, Fukuda es el caballo negro. Es el hijo del ex primer ministro Takeo Fukuda (1976-1978) y el más viejo de los contendientes. A diferencia de los otros tres, ha mostrado una posición más hacia el centro y ha encomendado a seguir una política que mire más hacia Asia-Pacífico que Estados Unidos. Igualmente, no mantiene una postura a favor de las visitas a Yasukuni. El gran problema que enfrenta es que sus principales seguidores son los miembros de la facción Mori, donde también están Koizumi y Abe. Esta situación le resta votos.


Ahora bien, las últimas encuestas muestran que dentro de los japoneses existen una preferencia mayor hacia Abe, aunque Fukuda tiene un mayor apoyo en lo que se refiere a la política exterior. Así, en términos reales, estos dos políticos son los únicos que tienen la posibilidad de suceder a Koizumi. Dicho de otra manera: las elecciones serán una contienda entre una derecha nacionalista y un conservadurismo moderado.

El ganadro será...

Independientemente de lo que suceda, los resultados serán todo un hecho histórico. Por primera vez un hijo o nieto de un ex primer ministro llegaría al poder. En el caso específico de Abe, si llegara a ganar, sería el primer político nacido en la posguerra, implicando un cambio generacional.

Creo que el triunfador va a ser Abe, lo cual refuerza el dominio que ostentó Koizumi en estos 5 años. Sin embargo, la llegada de Abe no parece ser el mejor escenario para muchos. Su postura de derecha puede ser un obstáculo para mejorar las relaciones con los vecinos. Además, en un momento en donde Corea del norte es un peligro latente y China quiere provocar constantemente para que se rearme Japón; la llegada de Abe sólo empeoraría las cosas. Igualmente, su apoyo a las políticas neoliberales de Koizumi puede emperorar aún más el sistema de seguridad social que rige en Japón. Como vemos, no sólo en México el neoliberalismo ha sido un dolor de cabeza.


A guisa de conclusión

Japón necesita de un líder que sea capaz de evitar el conflicto con sus vecinos y al mismo tiempo, mejorar su economía. Pero esta situación parece que no se podrá dar en un futuro cercano. Y todavía está pendiente la reforma constitucional. Dada la amplia mayoría que tiene el PLD, quien resulte victorioso en los comicios del próximo otoño tendrá en sus hombros la responsabilidad de mantener o eliminar la cláusula pacifista.

En fin, es una desgracia que en el caso del PLD, no se cumpla la frase que el grupo alemán Alphaville entonaba en los años ochenta en su canción Big in Japan: “las cosas son fáciles cuando tu eres grande en Japón, cuando eres grande en Japón”.