4/13/2011

La novela policíaca mexicana

Solares, Martín, Los minutos negros (Nueva York: Vintage Books, 2006)

    En una cavilación pasada —no recuerdo cuándo fue— escribí que una de mis aficiones era leer novelas detectivescas. He leído muchas obras de los llamados clásicos, pero también las escritas por los autores japoneses.
    Las novelas detectivescas japonesas son interesante por tres razones: 1) muestran los casos más “inverosímiles” y también las “soluciones” más complicadas (como en las clásicas obras de Conan Doyle y Agatha Christie); 2) los casos (salvo las que se desarrollan antes del segunda Guerra Mundial) ocurren bajo uno de los sistemas policíacos más “eficaces” y con una de las tasas de solución más altas del mundo (por lo menos eso se jactan los japoneses); y 3) los detectives o policías no se inmiscuyen en balaceras y, en general, el grado de violencia es menor que las novelas “Occidentales”, en particular las estadounidenses. De hecho, aunque el género hardoboil ha tenido éxito y hay autores interesantes como Arimasa Osawa; la ficción negra no ha sido el mainstream de las novelas policíacas.
    Ahora bien, también he comenzado a leer novelas policíacas escritas en español. En ellas predominan características distintas a japonesas. 1) no buscan solucionar crímenes; 2) los casos ocurren bajo uno de los sistemas policíacos más corruptos e ineficientes; 3) el grado violencia es extremo y se acercan más al género hardboil. Un claro ejemplo son las obras de Paco Ignacio Taibo II.
    En años recientes un nuevo escritor ha incursionado en este negocio: Martín Solares. Mi encuentro con él ha sido circunstancial, pero debo admitir que estoy muy satisfecho con su obra prima: Los minutos negros.
    Al principio pensé que era una parodia del narcotráfico, como la película de Luis Estada, el Infierno. Sin embargo, no es así. Es una historia origina y desde mi punto de vista, es una joya como novela detectivesca.
    El trama se desarrolla en Tamaulipas: estado fronterizo y uno de los más violentos, en donde el narcotráfico ha privado la vida de muchas personas. La obra abarca dos tiempos distintos: la década de 1970 y nuestros días. El grado de corrupción en ambos tiempos son iguales; la brutalidad policíaca también. En este sentido, nada ha cambiado en Tamaulipas (y en México). Así, en este turbio mundo, dos policías “honestos” se enfrentan a dos crímenes interconectados. La obra tiene una gran realidad, pero también combina el misterio, un elemento indispensable de cualquier buena novela policíaca. El grado de violencia es alto, aunque tolerable.
    Una lectura recomendada y existe una versión en inglés para los que no quieran leerla en español. Empero, quisiera aclarar lo siguientes puntos. Hay muchos mexicanismos y para los que no estén familiarizados con el noreste mexicano, puede parecer exótico. Existen personajes que muchas veces sobran y una constante alusión a temas que desconcentran, en momento la lectura. Sin embargo, todo eso no le quita su esencia. Espero con ansia, la siguiente novela de Solares.

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