Brands, Hal. Latin America’s Cold War (Cambridge: Harvard University Press, 2010)
Me acordé de los informes que mandaba a la Secretaría de Relaciones Exteriores, el cónsul mexicano en Belice: José Martínez Ceballos. Este diplomático mexicano, quien fue miembro del comité organizador de los primeros Juegos Centroamericanos y del Caribe (1926) y representante mexicanos en Belice en la década de 1950, mandaba reportes sobre las actividades del líder independentista George Cadle Price. Criticaba que Price no hablara bien el español. En efecto, Price no hablaba bien el castellano, su idioma materno era el inglés. Martínez Ceballos parecía no comprender esta situación y en los reportes describía a Price como una persona “tonta”. No cabe duda. Dependiendo del intelecto de un diplomático: un político puede ser un gran estadista o un Don Nadie.
En fin, regresando al tema de los WikiLeaks, creo que durante la Guerra Fría, los diplomáticos estadounidenses se tomaban más en serio su papel, sus reportes eran menos chistosos. Dejaban esos chascarrillos en su casa.
Ahora bien, en estos años los académicos de Estados Unidos y Gran Bretaña han comenzado a emprender un nuevo revisionismo sobre la Guerra Fría. Ya se pueden ver los archivos soviéticos y los estadounidenses han comenzado a traducirlos. En un futuro podremos saber cómo Moscú veía a sus antiguos enemigos y a sus aliados (Cuba). Sin embargo, no sólo se han abierto los archivos de la ex URSS, también en otras latitudes se pueden consultar nuevo material. En este sentido, como lo ha señalado el noruego Odd Arne Westad: ahora es posible analizar la Guerra Fría desde una forma global.
El libro de Hal Brands, Latin America’s Cold War es un claro ejemplo de esta nueva vertiente dentro de los estudios de la Historia Diplomática. Para escribir su libro, Brands consultó los archivos de Estados Unidos y de América Latina. Si bien no tuvo accesos a los archivos de la ex URSS (algo que hubiera servido para reforzar sus argumentos), su investigación no deja de ser fascinante. Inclusive, quisiera saber cómo le hizo para conseguir el dinero para viajar a tantos países y quién le ayudó. Sinceramente, pensé que este tipo de trabajos iban a tardar más tiempo en salir.
El principal aporte del libro es mostrar cómo los países latinoamericanos experimentaron diferentes tipos de “Guerras Frías”. Además, muestra cómo las atrocidades de esos años fueron una responsabilidad conjunta de las propias autoridades latinoamericanas y Estados Unidos.
El libro de Brands será, sin duda, en los años siguientes lectura obligatoria para los que quieran saber cómo fue la Guerra Fría en América Latina. Sin embargo, hay algunos problemas. Analizando el caso mexicano, hay muchos descuidos por parte de Brands. No sé del caso de Perú, Venezuela o Brasil, pero creo que se hubiera esperado mejor unos años. Leyó demasiado rápido las fuentes. Le urgía publicar este libro.
Otro punto débil es su paupérrima explicación sobre la Revolución cubana. La Guerra Fría no se puede explicar sin una comprensión de Cuba. A pesar de que argumenta que la Revolución ha sido importante, no parece tan trascendental en su libro. Puede escudarse de que no pudo tener acceso a los archivos cubanos, pero si hubiera sido más cuidadoso hubiera sido distinto. Finalmente, es polémico decir que Estados Unidos no tuvo una responsabilidad en la violencia y las atrocidades del pasado. En Centroamérica lo fue claramente.
A pesar de esto, es un buen libro. La portada es llamativa, un precio accesible y un incentivo extra para los que estudiamos los archivos diplomáticos, de que se puede hacer algo interesante aun en casos menospreciados como América Latina.
1 件のコメント:
O que quien nos gobierna en España es... (¿Zarrapastroso?)
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