(Artículo publicado en Diario Monitor el 4 de marzo de 2008)
En los últimos meses, se ha generado en México una gran polémica entorno a la Ley Antitabaco. Muchas personas han manifestado su apoyo a esta medida, pero, muchos fumadores han mostrado su rechazo y han argumentado que esta Ley viola sus derechos individuales. Inclusive, han resaltado que existen otras prioridades que legislar y que hay otros “males” más nocivos que afectan a nuestra salud.
Un ejemplo de esta postura ha sido el artículo del escritor Javier Sicilia “El fumador y el chivo expiatorio”, publicado en el número 1630 de la revista Proceso. Ahí, Don Javier pone al fumador como un chivo expiatorio de la violencia ambiental que se vive en México. En lo personal, estoy en desacuerdo con él, pero sí quisiera admitir que la Ley Antitabaco, en algunos rubros, es demasiado extrema y esto puede hacer que no se cumpla de manera efectiva. Además, la Ley no va a tener éxito, si no se aplica al mismo tiempo, una campaña que promueva la disminución del tabaquismo, así como la promoción de una cultura del “buen fumador” (no tirar colillas en la calle, colocar ceniceros en las calles, etc.)
Pero, dejando a un lado el caso mexicano, cómo es la situación del tabaquismo en Japón. Desgraciadamente, en este país no se ha establecido una legislación nacional como la que se quiere aplicar en México e inclusive, algunos medios han señalado que Japón es uno de los países más “atrasados” en la lucha contra el tabaquismo. Para constatar, esto basta visitar los restaurantes y los bares de Tokio. Además, las estadísticas muestran una situación poco halagadora.
Por ejemplo, Japón es el mayor importador de tabaco en el mundo y según los datos de Japan Tabacco (la empresa tabacalera más grande de Japón), actualmente hay 34 millones de japoneses que fuman (26.4% de la población total). Además, según las cifras del World Development Database, Japón es el país “desarrollado” con mayor índice de tabaquismo y el 46.9% de la población adulta masculina y el 14.5% de la población femenina fuma. Estas cifras son menores a los que ostentan China (varones 67% y mujeres 4%), pero más altas que Alemania (hombres 37.3% y mujeres 28%) e, inclusive, supera ampliamente a México (hombres 12.9% y 4.7% las mujeres. Sin embargo, esta cifra es engañosa, ya que se tiene estimado que en México hay más fumadores).
Como vemos, en Japón el cigarro es un problema de salud nacional. ¿Por qué se ha mantenido un índice de tabaquismo tan alto? De acuerdo a muchos periódicos, la razón principal es que el gobierno no ha puesto una atención suficiente a este problema y no ha impulsado una campaña más estricta. Igualmente, algunos analistas consideran que la fuerza política de Japan Tabacco, la facilidad para conseguir los cigarros y su relativo bajo precio (los impuestos a los cigarros en Japón son menores a los de Europa y Estados Unidos) han impedido que se elimine el problema del tabaquismo. Asimismo, el cigarro ha sido un catalizador para aminorar el estrés que viven diario miles de trabajadores japoneses. De esta manera, mientras no se eliminen las largas jornadas de trabajo, es difícil que disminuya el tabaquismo.
Sin embargo, a pesar de esta situación, no significa que Japón esté destinado a quedar atrapado dentro del humo del cigarro. En los últimos 40 años, el consumo del cigarro ha disminuido (en 1965 el porcentaje de varones adultos que fumaban era de 90% y ahora este número es casi del 40%). Asimismo, las regulaciones hacia el consumo del cigarro se han intensificado a nivel municipal y ahora no se pueden fumar en lugares públicos ni en los taxis ni en los andenes de los trenes, así como las oficinas.
Aunado a lo anterior, la Japan Tabacco ha intensificado una campaña del “buen fumador” para que se usen ceniceros portátiles y ha colocado ceniceros en las calles para evitar que se tiren las colillas (una media que no ha tenido un efecto tan dramático). Finalmente, las distintas municipalidades han intensificado una campaña para que los fumadores dejen de fumar en las calles y quemen a otras personas, especialmente a los niños y mantengan limpia las calles.
En fin, el problema del tabaquismo en Japón no es una guerra perdida como muchos lo ven. Aunque hay que admitir que ha sido lento este proceso y sí es necesario aplicar una Ley Antitabaco que mejore sustancialmente el derecho de los no fumadores. De hecho, considerando que históricamente, los japoneses han mantenido una tendencia a aceptar todas las leyes que les imponen sus autoridades; una Ley como la mexicana, sería de suma efectividad. Pero, sólo hasta que se implemente sabremos si funciona o no.
En los últimos meses, se ha generado en México una gran polémica entorno a la Ley Antitabaco. Muchas personas han manifestado su apoyo a esta medida, pero, muchos fumadores han mostrado su rechazo y han argumentado que esta Ley viola sus derechos individuales. Inclusive, han resaltado que existen otras prioridades que legislar y que hay otros “males” más nocivos que afectan a nuestra salud.
Un ejemplo de esta postura ha sido el artículo del escritor Javier Sicilia “El fumador y el chivo expiatorio”, publicado en el número 1630 de la revista Proceso. Ahí, Don Javier pone al fumador como un chivo expiatorio de la violencia ambiental que se vive en México. En lo personal, estoy en desacuerdo con él, pero sí quisiera admitir que la Ley Antitabaco, en algunos rubros, es demasiado extrema y esto puede hacer que no se cumpla de manera efectiva. Además, la Ley no va a tener éxito, si no se aplica al mismo tiempo, una campaña que promueva la disminución del tabaquismo, así como la promoción de una cultura del “buen fumador” (no tirar colillas en la calle, colocar ceniceros en las calles, etc.)
Pero, dejando a un lado el caso mexicano, cómo es la situación del tabaquismo en Japón. Desgraciadamente, en este país no se ha establecido una legislación nacional como la que se quiere aplicar en México e inclusive, algunos medios han señalado que Japón es uno de los países más “atrasados” en la lucha contra el tabaquismo. Para constatar, esto basta visitar los restaurantes y los bares de Tokio. Además, las estadísticas muestran una situación poco halagadora.
Por ejemplo, Japón es el mayor importador de tabaco en el mundo y según los datos de Japan Tabacco (la empresa tabacalera más grande de Japón), actualmente hay 34 millones de japoneses que fuman (26.4% de la población total). Además, según las cifras del World Development Database, Japón es el país “desarrollado” con mayor índice de tabaquismo y el 46.9% de la población adulta masculina y el 14.5% de la población femenina fuma. Estas cifras son menores a los que ostentan China (varones 67% y mujeres 4%), pero más altas que Alemania (hombres 37.3% y mujeres 28%) e, inclusive, supera ampliamente a México (hombres 12.9% y 4.7% las mujeres. Sin embargo, esta cifra es engañosa, ya que se tiene estimado que en México hay más fumadores).
Como vemos, en Japón el cigarro es un problema de salud nacional. ¿Por qué se ha mantenido un índice de tabaquismo tan alto? De acuerdo a muchos periódicos, la razón principal es que el gobierno no ha puesto una atención suficiente a este problema y no ha impulsado una campaña más estricta. Igualmente, algunos analistas consideran que la fuerza política de Japan Tabacco, la facilidad para conseguir los cigarros y su relativo bajo precio (los impuestos a los cigarros en Japón son menores a los de Europa y Estados Unidos) han impedido que se elimine el problema del tabaquismo. Asimismo, el cigarro ha sido un catalizador para aminorar el estrés que viven diario miles de trabajadores japoneses. De esta manera, mientras no se eliminen las largas jornadas de trabajo, es difícil que disminuya el tabaquismo.
Sin embargo, a pesar de esta situación, no significa que Japón esté destinado a quedar atrapado dentro del humo del cigarro. En los últimos 40 años, el consumo del cigarro ha disminuido (en 1965 el porcentaje de varones adultos que fumaban era de 90% y ahora este número es casi del 40%). Asimismo, las regulaciones hacia el consumo del cigarro se han intensificado a nivel municipal y ahora no se pueden fumar en lugares públicos ni en los taxis ni en los andenes de los trenes, así como las oficinas.
Aunado a lo anterior, la Japan Tabacco ha intensificado una campaña del “buen fumador” para que se usen ceniceros portátiles y ha colocado ceniceros en las calles para evitar que se tiren las colillas (una media que no ha tenido un efecto tan dramático). Finalmente, las distintas municipalidades han intensificado una campaña para que los fumadores dejen de fumar en las calles y quemen a otras personas, especialmente a los niños y mantengan limpia las calles.
En fin, el problema del tabaquismo en Japón no es una guerra perdida como muchos lo ven. Aunque hay que admitir que ha sido lento este proceso y sí es necesario aplicar una Ley Antitabaco que mejore sustancialmente el derecho de los no fumadores. De hecho, considerando que históricamente, los japoneses han mantenido una tendencia a aceptar todas las leyes que les imponen sus autoridades; una Ley como la mexicana, sería de suma efectividad. Pero, sólo hasta que se implemente sabremos si funciona o no.
1 件のコメント:
gracias, me sirvio este articulo :D!
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