1/08/2008

El año del ratón

(Artículo publicado en Diario Monitor el 9 de enero de 2008)

El 2008, según el horóscopo chino es el año del ratón. ¿Qué nos depara en este año? Muchos analistas han augurado que en este año se avecina un gran cambio, ya que se podría dar un resultado inédito en los comicios presidenciales de Estados Unidos. Aunque es prematuro decir quién ganará, todo indica que será el candidato del Partido Demócrata. Así, en el caso de que Barack Obama gane las elecciones primarias, será la primera vez que una persona de origen africano gobierne a Estados Unidos y si triunfa Hillary Clinton, será la primera mujer en dirigir las riendas de la nación más poderosa del mundo.

Por lo que toca a Japón, el triunfo de los demócratas podría implicar un duro golpe para el actual gobierno conservador, ya que la historia ha mostrado que el Partido Demócrata suele ser menos amable hacia Japón. Empero, el cambio crucial no parece que vendrá desde el exterior, sino desde el interior. Para entender esto, es necesario un poco de historia.

Desde que Jun’ichiro Koizumi (2001-2006) deja el poder en septiembre de 2006, el gobierno conservador comienza a perder fuerza política. Esto se debe a la poca capacidad del nuevo primer ministro, Shinzo Abe (2006-2007), pero también a la ventilación de numerosos casos de corrupción que vincularon a varios diputados del gobernante Partido Liberal Demócrata (PLD), así como a la negligencia de los burócratas en el manejo de las pensiones y al aumento de la brecha entre los ricos y los pobres. Desde modo, en las elecciones de la Cámara Alta, efectuadas en julio de 2007, el PLD tiene un revés gigantesco y el Partido Demócrata Japonés (PDJ) —la primera oposición— logra convertirse en la primera fuerza dentro de la Cámara Alta, provocando así la formación de un inédito gobierno dividido. Ante esto, Abe no claudica, pero finalmente no puede aguantar y en septiembre de 2007 deja el poder y Takeo Fukuda ocupa el cargo de Primer Ministro.

En medio de esta crisis, Fukuda decide cambiar la estrategia de su antecesor y comienza fomentar el diálogo con la oposición para poder salir así de la situación de gobierno dividido. Igualmente, busca establecer la implementación de nuevas leyes en la Dieta, especialmente una que permita seguir despachando a las tropas de las Fuerzas de Autoseguridad en el Océano Índico y ayudar, así, a las misiones antiterroristas que están emprendiendo Estados Unidos. Sin embargo, Ichiro Ozawa, líder el PDJ manifiesta que su partido no cooperará. Ante esto, Fukuda opta por seducir al líder opositor y le plantea la posibilidad de crear una coalición gigante. El ambicioso Ozawa lleva esta idea a la cúpula de su partido, pero es rechazada, costándole casi su puesto y un repudio de la opinión pública. Finalmente, el PDJ acrecienta con mayor fuerza su postura de confrontación en el Dieta.

De esta manera, las posibilidades de que se dé una parálisis de la Dieta se hacen ostensibles y la cúpula del PLD comienza a admitir públicamente que no hay otra alternativa que convocar a nuevas elecciones y preguntarle a la ciudadanía si quieren la continuidad del PLD en el gobierno (este partido ha gobernado a Japón desde 1955), pero Fukuda manifiesta que las elecciones de la Cámara Baja se efectuarán sólo después de que culmine la Cumbre del G-8, que se llevará acabo en Hokkaido en julio de 2008.

¿Por qué retrazar las elecciones? Las razones son simples: los sondeos de opinión pública son sumamente desfavorables para el PLD. Por ejemplo, en una encuesta del Diario Mainichi, el 46% de los encuestados han respondido que prefieren que Japón sea dirigido por el PDJ, mientras que el 36% quiere que lo haga Fukuda. Igualmente, la ineptitud del Ministerio de Salud y Trabajo, en la solución de la pérdida de 50 millones de folios que contienen información de miles de pensiones, ha acrecentado el repudio hacia el PLD. Finalmente, los escándalos de corrupción de burócratas de alta jerarquía del Ministerio de Defensa han hecho difícil el impulso de una ley que permita el despacho de nuevas fuerzas hacia el Océano Índico.

A guisa de conclusión, el escenario para Fukuda no es nada prometedor, pero el electorado japonés es sumamente “conservador” y es muy difícil pensar que se dé una histórica alternancia. Sin embargo, si se me permite hacerla de adivino, creo que en este año del ratón; el PDJ tendrá un avance histórico y aunque no podrá ganar las elecciones de la Cámara Baja, los escaños que obtenga ahí serán suficientes para obligar a un cambio político. Y en caso de seguir la parálisis legislativa, no se puede descartar la formación de coalición entre el PLD y el PDJ como la que se hizo en Alemania en el 2005. Pero aún es prematuro decir esto: el año de la rata ha comenzado apenas.

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