1/22/2008

El regreso del pasado

(Artículo publicado en Diario Monitor el 22 de enero de 2008)

Desde hace varios años, diversos medios han resaltado el ascenso de la “izquierda” en América Latina, pero hay que señalar que este movimiento ha tenido diferentes matices. Por ejemplo, las políticas sociales de Evo Morales en Bolivia y Néstor Kirchner en Argentina han sido contrastantes. Igualmente, los modelos de izquierda en Chile y Brasil distan totalmente de lo que Hugo Chávez ha intentado en Venezuela. Finalmente, pese al ascenso de la “izquierda” en Centroamérica, es claro que los historiales políticos que ostentan Álvaro Colom, Daniel Ortega, Oscar Arias y Martín Torrijos son distintos.

Por lo que toca a México, en los últimos años, los medios más críticos han sostenido que este país se está alejando cada vez más de una alternativa de izquierda y las posibilidades de que el PAN se mantenga en el poder se están acrecentando. Un ejemplo de esto han sido las reacciones hacia la designación de Juan Camilo Mouriño como Secretario de Gobernación. La llegada del joven político resucitó, en muchos, al fantasma del autoritarismo priísta. En lo personal, considero que es exagerado decir que el PAN emulará el modelo priísta y es también desgastante jugarle al adivino, cuando aún falta mucho trecho que recorrer, pero no se puede negar que el fantasma del pasado es difícil de borrar.

Ahora bien, cambiado de latitud, qué está sucediendo actualmente en Asia-Pacífico. A diferencia de América Latina, en esta región no vemos el establecimiento de gobiernos de “izquierda” (China y Vietnam tienen regímenes socialistas, pero catalogarlos como simples gobiernos de izquierda es un error). De hecho, desde el decenio de los años 40 hasta los años 80; excluyendo a Japón, Australia y Nueva Zelanda, las naciones de lAsia-Pacífico estuvieron gobernados por regímenes autoritarios personales, militares o bien por partidos únicos.

Sin embargo, en los últimos años 20 años, se ha dado cambios importantes. Por ejemplo, en la República de Corea, se han establecido gobiernos civiles, bajo condiciones más democráticas. Igualmente, el avasallador dominio que tuvo el Partido Nacionalista Chino (Kuomintang) en Taiwán se desmorona y en el año 2000, Chen Sui-Bian y el Partido Progresista Democrático, logran obtener el poder. Finalmente, desde los años 90, los países de la Asociación de Naciones del Sudeste de Asia (ANSEA) han comenzado a abrir los canales políticos.

Para no extender más el relato, en los últimos 20 años, Asia-Pacífico ha entrado en una etapa de amplia democratización, aunque con matices diversos como ha sido el avance de la “izquierda” en América Latina. Pero lo más interesante, es que como le ha sucedido a México, en años recientes se observa el regreso de ciertos modelos del pasado.

Por ejemplo, el triunfo de Lee Myung-bak en las elecciones presidenciales del año pasado en Corea, trae el regreso de los conservadores al poder y el fin de 10 años de gobiernos moderados y, al mismo tiempo, anuncia una redefinición de las políticas neoliberales impulsados por éstos. Igualmente, en las elecciones parlamentaria de Taiwán, realizadas en este mes, el Kuomintang logró un triunfo contundente y anuncia el regreso de aquel partido que dirigió por 51 años los destinos de esta isla. Por lo que toca al sudeste de Asia, el ejemplo más claro ha sido Tailandia. El golpe militar de 2006 (que puso fin al régimen democrático de la Constitución de 1997), así como el triunfo de los grupos políticos cercanos al derrocado primer ministro Thaksin Shinawatra en las elecciones de diciembre del año pasado, anuncian el regreso de la inestabilidad que dominó en ese país desde el fin de la segunda Guerra Mundial.

Finalmente, en Japón, aunque sigue gobernando el mismo partido (Partido Liberal Democrático: PLD), todo indica en que este año se avecinará una realineación política. Además, dentro de este viraje se observan el regreso de elementos del pasado. Por ejemplo, el Partido Demócrata de Japón —la primera oposición— ha buscado establecer en su plataforma política aquellas políticas de intervención estatal que el PLD desarrolló en el pasado y que han sido desechado por éste desde que se establecieron las reformas neoliberales. Igualmente, algunas facciones del PLD han buscado la resurrección parcial de aquellas “mágicas fórmulas” que en el pasado les trajeron muchos éxitos.

A guisa de conclusión, aún es prematuro decir que veremos un regreso del pasado en Japón y en general en Asia-Pacífico, pero hay elementos que muestran esta tendencia. Empero, una emulación completa es imposible. Las condiciones económicas y políticas son distintas de aquellos años. Además, de que China se está perfilando, cada vez más, como un pivote político. Sólo el tiempo lo dirá.

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