1/23/2007

U2 en Japón

(Texto publicado en Diario Monitor el 25 de enero de 2007)

El pasado 29 y 30 de noviembre y el 4 de diciembre se llevaron acabo los conciertos de U2 en la Super Arena de Saitama. Hace 8 años que no tocaban el cuarteto irlandés en Japón y por tal motivo, el concierto resultó todo un éxito. Este columnista buscó un boleto, pero los altos precios me impidieron asistir. Ahora bien, el cuarteto no sólo buscó amentar su millonaria ganancias, sino que también trató de transmitir, especialmente su vocalista Bono, un mensaje político: la lucha en contra de la pobreza mundial. Prueba de esto, fueron los 8 días de estancia que hizo el grupo en Japón. Veamos qué pasó.

Al llegar a Japón Bono busca impactar los círculos políticos y mediáticos. Y el 29 de diciembre, visita la residencial oficial del gobierno japonés. Ahí, es recibido por el primer ministro Shinzo Abe y comparte con él algunas ideas y la necesaria contribución de Japón (el segundo país en el mundo que destina más dinero para el desarrollo, aunque sólo es en cantidad, pero no en calidad).

Desgraciadamente, en esa entrevista, Abe no abunda mucho y mantuvo sólo el protocolo, aunque le promete a Bono que Japón hará lo posible por ayudar a África y otras regiones. Bono no esperaba una respuesta tan fría, pero mantuvo el protocolo y le obsequia un par de lentes obscuros como los que suele utilizar él. Abe se los puso, aunque a diferencia de su antecesor, Jun’ichiro Koizumi, no hizo mucho espectáculo. Dicho de otra manera, fue una entrevista gris y sin chiste. Me pregunto qué hubiera pasado si Koizumi aún estuviera en el poder.

Obviamente, Bono no queda satisfecho. Y apuesta a que los medios, especialmente las televisoras trasmitan su mensaje político. Así, el 1 de diciembre, U2 se presenta en el programa musical Music Station (programa semanal que trasmite en vivo la TV Asahi) y en horario estelar Bono logra transmitir su mensaje y exhorta a las generaciones más jóvenes de que disfruten su vida. Empero, su presencia no pasó a mayores. A muchos de los televidentes que ven este programa no les interesa los grupos de habla inglesa y finalmente añadió un nuevo fracaso.

Después de esa aventura en TV Asahi, Bono se traslada a los estudios de la cadena TBS para participar en el programa News23, dirigido por el periodista Tetsuya Chikushi: una de los pocas personalidades que muestra abiertamente una postura progresista en la televisión. Por fin, Bono tuvo la oportunidad de charlar con alguien que compartiera sus ideas y pudo trasmitirle a un público (en su mayoría liberal) de las necesidades de combatir la pobreza y lo que puede hacer Japón en esa actividad.

De este modo, la aventura fue de menos a más. De una fría recepción de Abe, pasó a un acartonado show, pero con una gran audiencia, culminando en una charla en donde pudo transmitir su mensaje. Sin embargo, Bruce Wallace, periodista del Los Angeles Times, afirma que pese a que los japoneses se emocionaron con la llegada de U2, eso no implicó en una respuesta positiva hacia el mensaje que quería transmitir Bono. ¿Por qué?

Esto se explica en primera instancia por la clara apatía que existe en la sociedad japonesa hacia la política, producto del deterioro del propio sistema de partidos. Aunado a lo anterior, la actitud arrogante que mostró Bono fue también un factor de este fracaso. La postura agresiva y de rebeldía no es visto siempre como una virtud en Japón. Y parece que nadie le informó al vocalista que existen otras reglas sociales. Una mejor planeación hubiera mejorado la promoción de sus ideas. De igual manera, Bono cometió un error garrafal al ondear la bandera del Sol Naciente en sus conciertos. Ese tipo de shows cautivan al público mexicano o australiano, pero no a un país en donde esa bandera aún representa el símbolo del imperialismo japonés.

A guisa de conclusión, Wallace tiene razón al resaltar las apatías políticas de Japón. Sin embargo, como muchos estadounidenses no busca las raíces de esto. Muchas de ellas están en la alianza que trazó Japón con Washington y el dominio del conservadurismo. Otro punto y, probablemente no tocado por muchos, es que hay muchas opciones de música en Japón y U2 no tiene la difusión como la que tiene el J-Pop: un género de muy mala calidad pero que domina el mercado. Si Bono se hubiera informado mejor y hubiera dejado su arrogancia e invitar a los grupos del J-pop a participar en sus conciertos, probablemente se hubiera sacado algo mejor. El mensaje de Bono, sin duda, es importante, pero es necesario una flexibilidad en su forma de presentarlo. Pese a todo esto, el tour Vertigo en Japón logró ser un show de calidad y eso, finalmente, es lo más importante para U2.

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