Hace unas semanas tuve que visitar a un dermatólogo, ya que tenía en mis brazos unas extrañas picaduras. Así, aprovechando que el seguro social me garantiza un descuento del 70%, recurrí al sanatorio de mayor popularidad del lugar donde vivo. Después de esperar dos horas, el medico me explicó que estas extrañas ronchas eran picaduras de larvas de azotador. Parece que el verano frío de este año hizo que estos bichos se esparcieran de manera inusual. Es interesante ver cómo en Tokio, aún sigue prevaleciendo una asidua lucha frente a la naturaleza. Ahora bien, esta cavilación no tratará de larvas, ni mucho menos de una evaluación de las bondades del sistema de salud japonés, sino más bien de una reflexión que se me ocurrió durante mi larga espera. Empecemos.
Normalmente, como en muchos consultorios de Japón y probablemente en otras latitudes, los médicos dejan revistas para mantener entretenidos a sus pacientes. En el caso particular de Japón, suelen poner comics (mangas). Los títulos varían dependiendo del gusto del dueño del consultorio, pero hay uno que siempre está presente: Oishinbo. Esta historieta, creada por Tetsu Kariya y dibujada por Akira Hanasaki, ha tenido un éxito inusual desde su primera publicación en 1983 en la revista semanal Big Comic Spirits.
El trama central es simple, pero exótico. En todos los capítulos, el personaje principal, Shiro Yamaoka (periodista e hijo de un famoso crítico de arte culinario), tiene que solucionar diferentes embrollos que involucran “comida”. Por ejemplo, en una ocasión, tiene que preparar un plato que incluye espinacas, pero se lo tiene que cocinar a una persona que las odia y por medio de unos trucos lo logra. En otro episodio tiene que llevar a un estadounidense a comer platillos japoneses, pero resulta que éste no le gustan los platos ordinarios, así los lleva a un restaurante dedicado a las anguilas.
Probablemente, se estará preguntando cómo puede tener éxito un cómic en donde se trate sólo “comida”. Esta situación se explica por el lugar central que ocupa ésta en la socialización. Todas las pláticas personales y de negocios giran en torno a la “comida”. Otra razón que también a coadyuvado al éxito de Oishinbo y otros mangas similares es que la gula no es vista como un pecado en Japón, sino como una especie de virtud. Aunado a lo anterior, la enorme variedad que goza la comida japonesa también ha ayudado a que siempre exista un tema de que tratar. Finalmente, la introducción de comidas extranjeras ha aumentado nuevos patrones de alimentación, haciendo necesario nueva información. Actualmente, uno puede encontrar numerosos mangas y revistas que presentan los mejores lugares para comer sin distinción de precio o tipo de comida.
En suma, las dos horas que me entretuve leyendo a Oishinbo me llevaron a recorrer diversos platillos. Sin embargo, un sabor amargo quedó en mi mente y me hizo preguntarme lo siguiente: ¿qué lugar ocupa la comida mexicana en este universo de gula? No he recorrido todos los restoranes mexicanos en Tokio, pero tengo la impresión de que la mayoría no salen de lo convencional. Es decir, la gastronomía mexicana no ha trascendido, pese a su enorme variedad. Esto se debe, en parte a la poca promoción que le hacen los medios japoneses a los atractivos que tiene México, frente a otros países como Corea e Italia, pero también es responsable el gobierno mexicano, ya que no ha podido promocionar la cocina de nuestro país.
Creo que tuvimos una oportunidad de oro cuando se negoció el tratado de libre comercio. Y no dudo que los funcionarios que participaron en ese momento hicieron su mejor labor y trataron de promocionar la cultura de nuestro país. Empero, como se lo dije a un funcionario de la embajada de México en Japón, aún falta más y no está mal exigir siempre más cosas. Ahora, me pregunto, por qué no se vio en la industria de la “comida” una forma real de invertir. Dicho de otra manera, de qué sirve venderle a los japoneses aguacates, garbanzos y limones, si no les damos ninguna guía para utilizarlos. Asimismo, de qué sirve, tener una de las comidas más variadas del mundo, si lo que exportamos como concepto de comida son burritos.
Planteo una solución, aunque no se si sea tan viable. Si el nuevo gobierno invierte en 10 restoranes de comida mexicana en Japón y hace una campaña en la televisión sobre las bondades de la comida mexicana, cambiaría esta situación. De igual manera, si logramos contactar a los autores de Oishinbo y conseguimos presentarles nuestra cocina. ¿Quien sabe? Un día podamos ver a Yamaoka haciendo un buen mole (a lo mejor ya lo hizo, no he leído los 96 volúmenes).
3 件のコメント:
Chido, Isami!
Pero algo es algo.
Igual fuimos a unos cuantos restoranes mexicanos en Tokio, y no me parecieron malos. Aunque en realidad, son casi la única comida mexicana que he probado. (Aparte del "posole" que preparaste pal año nuevo)
Ahora, cuando vienes de un país como Chile, del cual es difícil encontrar algo que pueda llamarse "cocina chilena", ver unos cuantos restoranes chilenos y aunque fuera un poco de gente interesada habría sido bastante emocionante.
...y además de promoverla en Asia, habría que hacerlo también en sudamérica, que aquí aparte de tacos y burritos (¿son lo mismo o no? siempre se me olvida) poco se sabe.
Eso.
Chao
me parece genial de poner 10 restaurantes mexicanos en japo para que conoscan nuestra gastronomia y darle el valor que se merece en las grandes cocinas del mundo que para mi entre la francesa japonesa italiana española se encuentra la mexicana
yo soy Chef cocinero y estoy muy a favor de la propuesta en este blog
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