7/03/2006

Ryutaro Hashimoto y el neoliberalismo japonés

El pasado 1 de julio, falleció a los 68 años el ex primer ministro de Japón Ryutaro Hashimoto, quien dirigió las riendas de este país durante 1996 a 1998. Famoso por su engelado peinado y cabello negro, Hashimoto fue uno de los políticos japoneses más influyentes de los últimos años y uno de los principales promotores de las reformas neoliberales en Japón. He aquí algo sobre su vida y su legado.

La carrera política de Hashimoto inicia en 1963, cuando muere su padre (diputado conservador) a los 29 años y tiene que ocupar su lugar en la Dieta. Para los seguidores de su padre, el joven Ryutaro era demasiado inexperto para suplirlo, pero su falta de experiencia no resulta una barrera y Hashimoto comienza a cumplir con los deberes que le exige su partido. Así, se vuelve en uno de los predilectos del líder de la facción mayoritaria del Partido Liberal Demócrata (PLD), Kakuei Tanaka, quien había sido uno de los políticos conservadores más populares, pero también uno de los más corruptos. Asimismo, los vínculos que consigue tejer con los ministerios de Salud y Hacienda permiten a Hashimoto convertirse en uno de los principales artífices de las políticas públicas en Japón.

Ahora bien, la cúspide de su carrera política la marca una tragedia histórica: la derrota del PLD en 1993. Este descalabro transforma el sistema de partido predominante japonés y trae un cambio generacional en los mandos del partido conservador. Así, en 1993 Hashimoto logra el codiciado puesto de Secretario General del PLD. Al año siguiente, como administrador del partido, negocia con sus archirivales, los socialistas, una coalición que permite al PLD regresar al poder. Y en las elecciones presidenciales del partido, efectuadas en 1995, Hashimoto logra un triunfo contundente sobre su principal contrincante: Jun’ichiro Koizumi. Finalmente, cuando en 1996 su compañero de coalición, el socialista Tomiichi Murayama, renuncia al puesto de Primer Ministro, Hashimoto se convierte en el premier.

Por lo que respecta a su gobierno. Fue una administración con muchos problemas.
En primer lugar, tiene que reordenar la alianza militar con Estados Unidos; negociar una transformación de las bases militares estadounidenses en Okinawa; y dirigir una nueva estrategia de seguridad nacional. En este rubro, Hashimoto sale avante, aunque no como muchos conservadores aspiraban.

Otro problema que enfrenta es negociar un tratado con Rusia para el regreso de las Islas Curiles. En este rubro no pudo lograr un acuerdo final, aunque tuvo varios avances, si lo comparamos con los gobiernos anteriores.

El último reto que enfrenta Hashimoto es resolver la recesión económica que aquejaba a Japón desde 1991. Y para poder enfrentar este problema, decide hacer una reforma administrativa, basada en un modelo neoliberal. Sin embargo, su política económica fracasa y en su gestión se agudiza la recesión. Finalmente, en los comicios de la Cámara Alta de 1998, la oposición castiga al PLD y este descalabro obliga a Hashimoto a renunciar.

Con respecto a su vida política después de 1998, Hashimoto se convierte en el líder de la facción más grande dentro del PLD y en el año de 2001 participa en las elecciones presidenciales, pero pierde en contra de Jun’ichiro Koizumi. Esta derrota lo aleja definitivamente de la política nacional y después de varios escándalos de corrupción, fallece el 1 de julio de 2006.

La pregunta obligada es ¿cuál es el legado de Hashimoto? Sintetizar su aporte en una frase es imposible, pero podemos hacer la siguiente acotación: el gobierno de Hashimoto es el responsable directo de agudizar la recesión económica en Japón, pero también marca el inicio del modelo neoliberal que permite la recuperación actual, cuyo costo social ha sido el aumento de la pobreza.

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