7/05/2006

Aprendiendo de México

(Texto publicado en Diario Monitor, 4 de julio de 2006)

México mostró dos facetas ambivalentes en el Mundial. La primera la de un equipo “chico” que no puede ganarle a rivales más débiles y otra la de una escudara “grande” que logra en momentos jugar a un mismo nivel que Argentina. El resultado, empero, fue el mismo de siempre: la oncena mexicana no llegó a los cuartos de final, aunque no perdió por goleada como pronosticaron. Esto último hubiera puesto muy feliz al xenofóbico de Hugo Sánchez.

¿Por qué fracasó México? Existen muchas razones. Primero, los jugadores, así como el técnico no supieron canalizar en goles la excelente preparación que se les brindó antes de la justa mundialista. Otra causa del descalabro estuvo ligado al malinchismo de los directivos que siguen prefiriendo aumentar el número de extranjeros que el desarrollo de buenos jugadores. Por último, los medios tuvieron también su parte por vender falsas ilusiones. Son problemas complejos que necesitan ser analizados con mayor detenimientos. Por ahora, roguemos que el siguiente técnico sea menos soberbio que La Volpe.

Pero dejando un rato este mar de pesimismo quisiera mencionar un dato. Resulta que la prensa deportiva japoneses ha visto en México a un buen modelo para su selección y el desarrollo de su fútbol. Por ejemplo, el ex director técnico de la selección nacional, Takeshi Okada, quien llevó a los nipones a su primer Mundial en 1998, afirmó en el periódico Asahi que el Tri es un excelente ejemplo de cómo un equipo de poca estatura y baja corpulencia física puede tener un buen desempeño frente a rivales más robustos. Además, Okada recalcó que la excelente condición física que ostentan los jugadores mexicanos son puntos que tiene que retomar Japón. Curiosamente, se observa esta misma postura en los analistas de fútbol en Japón. Inclusive, algunos han visto en la liga mexicana un exitoso modelo para mejorar la patética y poco concurrida J-League.

Probablemente, los que escriben de fútbol en México puedan confirmar estas “virtudes”. Aunque creo que en el caso de la resistencia física de los jugadores mexicanos se debe a su capacidad pulmonar, producto de la altura de la ciudad de México. Entonces, la clave para los japoneses es hacer sus pretemporadas en Toluca. De igual forma, el éxito económico de la liga mexicana se debe al gran poder cuasimonopólico que tiene Televisa, algo que en Japón es imposible. Al fondo los japoneses no quieren ver que Corea es un modelo más cercano. Este equipo conjuga una mejor resistencia física y fuerza mental que el equipo que dirigió el arrogante e incompetente Zico en Alemania.

Ahora bien, no todo es fútbol. En los últimos años, algunos economistas japoneses han visto en Latinoamérica una nueva clave para replantear el modelo neoliberal que los conservadores han implementado en su país. Dicho de otra manera, para ellos los gobiernos latinoamericanos han demostrado las imprudencias que significan las privatizaciones excesivas; los altos costos sociales que representan los gobiernos pequeños; y lo peligroso que puede ser la reducción de los programas sociales.

Probablemente, estas voces tienen razón. El modelo neoliberal que se ha implementado en los últimos años en Japón ha acrecentado la brecha entre los ricos y pobres. Empero, este país aún dista en muchos aspectos de lo que han sido Brasil o Argentina. Todavía tiene un capital humano que puede ser reordenado hacia industrias ultramodernas y empresas extremadamente competitivas. De igual manera, a pesar de todas los gastos gubernamentales ineficientes y numerosos casos de corrupción, Japón aún tiene un servicio civil de carrera meritocrático que permite un estado más funcional que México o Chile. Esto no significa que no les pueda pasar lo mismo que Latinoamérica.

En lo personal creo que los japoneses deben emprender un mayor debate sobre los problemas que implican las reformas estructurales. Para lograrlo, pueden recurrir al análisis comparado de las reformas en América Latina, pero también de casos más similares a Japón como Corea y Taiwán. Como en el fútbol, no es prudente irse con las fintas.

Probablemente, lo que comento aquí sea una tarea más para la academia japonesa y su labor esté alejado de la realidad que vivimos en México. Sin embargo, nuestro país no es un bodrio excepcional preso de un mesiánico tropical como lo quieren ver algunos. Comparte más cosas en común con otros países. Por eso, esperemos que la nueva administración vea hacia otras latitudes para guiar una responsable política económica y no reproduzca la misma tragicomedia del gobierno improvisado de Fox.

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