(Texto publicado en Diario Monitor, 18 de julio de 2006)
La elección presidencial del 2 de julio ha acaparado la atención de muchos medios en el mundo. Por lo menos esa es la impresión que nos han querido proyectar los principales diarios de circulación nacional. Empero, este marcado interés no se cumplió en el caso de Japón. Esto no significa que los periódicos no hayan cubierto la contienda electoral mexicana. De hecho, sí hubo notas informativas, pero la gran mayoría fueron pequeños reportes y en ningún momento éstas noticias superaron a las notas que ha circulado en las últimas dos semanas: 1) el lanzamiento de misiles norcoreanos, 2) el retiro del futbolista Hidetoshi Nakata, y 3) la detección de un tumor a Sadaharu Oh, quien ostenta el récord de más cuadrangulares en la historia del béisbol mundial.
¿Por qué los medios japoneses no pusieron la suficiente atención a lo que estaba aconteciendo en México? Desgraciadamente, tengo más dudas que posibles explicaciones. En primera, no entiendo por qué, siendo México uno de los principales nichos de estudios de los latinoamericanistas japoneses, no se dio una mayor difusión de estos comicios históricos. Igualmente, no comprendo todavía cuál es la posición del gobierno japonés frente a los históricos comicios. Generalmente, Tokio suele privilegiar la estabilidad sin importar qué fuerza gobierne. Entonces, ¿por qué no ha habido una mayor reacción?
Al parecer la repuesta menos complicada es que estamos frente a una situación de desprecio, pero plausiblemente esta situación se deba también al trato indiferente que manifestó Fox durante su gobierno hacia Japón y su región circunvecina. Para sustentar esta afirmación es necesario analizar rápidamente cómo fue la estrategia hacia Asia-Pacífico. Y para no aturdirlos con muchos detalles, basta decir que el presidente no logró diseñar nunca una política sistematizada hacia esta región.
En primer lugar, excluyendo el tratado de libre comercio (cuya negociación inició desde el gobierno de Salinas y Fox no tiene tantos méritos), nunca quedó claro qué buscaba exactamente el panista en este país asiático. Es triste, pero esta decisión va a terminar por alejar un importante nicho comercial y educativo.
De igual manera, nunca se supimos cuál fue la postura del gobierno mexicano hacia los misiles norcoreanos y la inestabilidad que vive actualmente la península. En el hipotético caso de que el régimen autoritario de Pyongyang se destruyera, cuál hubiera sido la postura de México. Asimismo, en caso de una reunificación coreana, qué hubiera hecho el gobierno para evitar la salida de fábricas de Samsung hacia Corea del Norte.
Aunado a lo anterior, la estrategia que trató de implementar Fox hacia China tampoco rindió los frutos esperados. Esto lo ejemplifica la regañada que le dio Pekín a Fox cuando se quiso entrevistar con el Dalai Lama en su visita a México en octubre de 2004. No se suponía que una de las directrices del presidente panista era defender los derechos humanos en el sistema internacional. Entonces ¿por qué Fox no se entrevistó con el líder del Tíbet? Al parecer, el presidente careció de una visión más clara sobre China y lo más triste es que sólo la tachó como amenaza económica.
Y la lista sigue: 1) ¿cuál fue la estrategia hacia Australia y Nueva Zelanda? 2) ¿Cuál fue la postura mexicana hacia Asociación de Naciones del Sudeste de Asia o la Organización de Cooperación de Shangai, conformada por Rusia, China y Asia Central? 3) ¿Cuál fue la política hacia India, que si bien no es parte de Asia-Pacífico, sí es un actor importante del sistema internacional? 4) ¿Cuál fue la opinión de México hacia la entrada de inversión china a la industria energética brasileña y venezolana?
Demasiadas preguntas y probablemente muy pocas respuestas. Espero, amable lector no haberlo confundido y de serlo así me disculpo, pero creo que si no se comprende la forma como se llevó la política exterior hacia Asia-Pacífico en esta administración; probablemente no se puede explicar la falta de interés que mostró la prensa japonesa hacia los comicios del 2 de julio. Tema inicial de esta cavilación.
Como palabras finales: deseo sinceramente que los grupos que lleven las riendas de Tlatelolco en la siguiente administración (sea quien sea) recapitulen los errores de la diplomacia foxista, ya que no toda continuidad es positiva. Sólo si se da este “cambio”, probablemente los medios japoneses tomen con más seriedad los próximos comicios de 2012 y no el retiro de futbolistas arrogantes y sin mucho talento.
La elección presidencial del 2 de julio ha acaparado la atención de muchos medios en el mundo. Por lo menos esa es la impresión que nos han querido proyectar los principales diarios de circulación nacional. Empero, este marcado interés no se cumplió en el caso de Japón. Esto no significa que los periódicos no hayan cubierto la contienda electoral mexicana. De hecho, sí hubo notas informativas, pero la gran mayoría fueron pequeños reportes y en ningún momento éstas noticias superaron a las notas que ha circulado en las últimas dos semanas: 1) el lanzamiento de misiles norcoreanos, 2) el retiro del futbolista Hidetoshi Nakata, y 3) la detección de un tumor a Sadaharu Oh, quien ostenta el récord de más cuadrangulares en la historia del béisbol mundial.
¿Por qué los medios japoneses no pusieron la suficiente atención a lo que estaba aconteciendo en México? Desgraciadamente, tengo más dudas que posibles explicaciones. En primera, no entiendo por qué, siendo México uno de los principales nichos de estudios de los latinoamericanistas japoneses, no se dio una mayor difusión de estos comicios históricos. Igualmente, no comprendo todavía cuál es la posición del gobierno japonés frente a los históricos comicios. Generalmente, Tokio suele privilegiar la estabilidad sin importar qué fuerza gobierne. Entonces, ¿por qué no ha habido una mayor reacción?
Al parecer la repuesta menos complicada es que estamos frente a una situación de desprecio, pero plausiblemente esta situación se deba también al trato indiferente que manifestó Fox durante su gobierno hacia Japón y su región circunvecina. Para sustentar esta afirmación es necesario analizar rápidamente cómo fue la estrategia hacia Asia-Pacífico. Y para no aturdirlos con muchos detalles, basta decir que el presidente no logró diseñar nunca una política sistematizada hacia esta región.
En primer lugar, excluyendo el tratado de libre comercio (cuya negociación inició desde el gobierno de Salinas y Fox no tiene tantos méritos), nunca quedó claro qué buscaba exactamente el panista en este país asiático. Es triste, pero esta decisión va a terminar por alejar un importante nicho comercial y educativo.
De igual manera, nunca se supimos cuál fue la postura del gobierno mexicano hacia los misiles norcoreanos y la inestabilidad que vive actualmente la península. En el hipotético caso de que el régimen autoritario de Pyongyang se destruyera, cuál hubiera sido la postura de México. Asimismo, en caso de una reunificación coreana, qué hubiera hecho el gobierno para evitar la salida de fábricas de Samsung hacia Corea del Norte.
Aunado a lo anterior, la estrategia que trató de implementar Fox hacia China tampoco rindió los frutos esperados. Esto lo ejemplifica la regañada que le dio Pekín a Fox cuando se quiso entrevistar con el Dalai Lama en su visita a México en octubre de 2004. No se suponía que una de las directrices del presidente panista era defender los derechos humanos en el sistema internacional. Entonces ¿por qué Fox no se entrevistó con el líder del Tíbet? Al parecer, el presidente careció de una visión más clara sobre China y lo más triste es que sólo la tachó como amenaza económica.
Y la lista sigue: 1) ¿cuál fue la estrategia hacia Australia y Nueva Zelanda? 2) ¿Cuál fue la postura mexicana hacia Asociación de Naciones del Sudeste de Asia o la Organización de Cooperación de Shangai, conformada por Rusia, China y Asia Central? 3) ¿Cuál fue la política hacia India, que si bien no es parte de Asia-Pacífico, sí es un actor importante del sistema internacional? 4) ¿Cuál fue la opinión de México hacia la entrada de inversión china a la industria energética brasileña y venezolana?
Demasiadas preguntas y probablemente muy pocas respuestas. Espero, amable lector no haberlo confundido y de serlo así me disculpo, pero creo que si no se comprende la forma como se llevó la política exterior hacia Asia-Pacífico en esta administración; probablemente no se puede explicar la falta de interés que mostró la prensa japonesa hacia los comicios del 2 de julio. Tema inicial de esta cavilación.
Como palabras finales: deseo sinceramente que los grupos que lleven las riendas de Tlatelolco en la siguiente administración (sea quien sea) recapitulen los errores de la diplomacia foxista, ya que no toda continuidad es positiva. Sólo si se da este “cambio”, probablemente los medios japoneses tomen con más seriedad los próximos comicios de 2012 y no el retiro de futbolistas arrogantes y sin mucho talento.
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