6/27/2006

Adiós Koizumi, Buena suerte Irak

(Texto publicado en Diario Monitor, 27 de junio de 2006)

El pasado 21 de junio, el primer ministro Jun’ichiro Koizumi anuncia que las Fuerzas de Auto-seguridad (FA) estacionadas en Irak salen de Medio Oriente. Curiosamente, esto se empalma con la decisión del premier Romano Prodi de reducir las tropas italianas en la misma región. La pregunta obligada entonces es si realmente las dos resolución responden a la misma causa. La respuesta es negativa. Mientras que en Italia, el triunfo de la izquierda es lo que provoca el viraje, en Japón es una decisión personal.

Para entender esta diferencia, es pertinente contextualizar algunos datos históricos. La derrota de Japón en la segunda Guerra Mundial trae como resultado el desmantelamiento de su maquinaria militar. De este modo, en 1947 Estados Unidos “impone” una constitución que proscribe el derecho de beligerancia, pero con el inicio de la Guerra fría los conservadores deciden establecer un modesto ejército con la condición implícita de que no puede salir del país. Esta ambivalente situación pone en duda la cláusula pacifista de la constitución. Sin embargo, esto no es un “problema” y finalmente las FA se consolidan. Así, a partir de 1992 esta legión comienza a participar en las misiones de paz de la ONU.

Ahora bien, en el caso específico del despecho hacia Irak, a diferencias de las misiones anteriores, ésta se realiza sin la coordinación de Naciones Unidas y resulta totalmente un apoyo hacia el gobierno de Bush. De hecho, para lograr esta treta, Koizumi hace que la Dieta apruebe una ley especial para despachar 800 elementos de las FA. Esta cantidad es menor si se le compara con los huestes que manda Corea (3300), Italia (2600) o Australia (1320), pero es una cifra importante si se considera que Japón es un país que prohíbe la guerra. No obstante, por cuestiones constitucionales no se les autoriza a las FA atacar ningún blanco militar ni responder a cualquier ataque. Tampoco se les equipa con un armamento importante. Además, se les encarga a los australianos e ingleses resguardar siempre a las tropas japonesas.

Entonces a qué fueron. Al fondo todo es una cuestión de imagen. Koizumi buscaba quitar la mala impresión que dejó Japón en la Guerra del Golfo cuando brindó sólo apoyo financiero y quería mostrar que su país puede colaborar con ayuda militar. Sin embargo, si se les compara con lo que han realizado las ONG, las FA han tenido un desempeño discreto en su ayuda humanitaria en Irak. De igual manera, queda la duda si el despacho no significa una violación a la constitución, ya que Japón ingresa a este país como un ejército invasor.

Empero, para Koizumi estas críticas no han sido importantes. Inclusive, ha confesado a la prensa que él no entiende por qué tanto escándalo, si las tropas no han tenido una sola baja. Es cierto, pero sólo ha sido suerte. Koizumi olvida por completo que más de 25000 personas han muerto en esta invasión. Pero bueno, todo eso es historia ahora. Finalmente ha cedido, pero lo preocupante es que sigue sin admitir que fue un error.

En su discurso del pasado 21 de junio, Koizumi considera que fue correcto la aventura militar y afirma que Japón debe emprender una buena coordinación con Estados Unidos para lograr una “responsable” ayuda para la recuperación del devastado país. Además, afirma que la “consolidación” del gobierno de Nouri Al-Mali permite que los cuerpos de seguridad locales sean los que resguarden el orden. Sinceramente es demasiado optimista.

Una vez puesto estos datos, regresemos de nuevo a nuestra interrogante inicial: ¿por qué salen los militares japoneses Irak? Como lo dije al principio, todo se debe a una decisión personal de Koizumi. La prensa especula que él no quiere heredarle a la próxima administración su proyecto político, cuando deje el poder el próximo septiembre. Pero lo interesante es que el Ministro de la Jefatura del Gabinete (Secretario de interior) Shinzo Abe, quien ha sido señalado como el sucesor de Koizumi, considera que la salida es precipitada. Y afirma que el próximo gobierno tendrá que crear una ley que permita mantener una presencia de largo plazo y no una postura tibia como la que emprendió el actual gobierno.

Significa entonces, sólo una salida momentánea de las tropas. Esto invita de nuevo a una reflexión sobre el despacho de los militares en la sociedad japonesa. Para finalizar quisiera decir lo siguiente: como lo ha remarcado el director de cine Takeshi Kitano, “Japón es el Pochi (perro) de Estados Unidos”. Es una realidad dura de asimilar para muchos japonófilos mexicanos que ven en este país a un modelo distinto al convencional Coloso del Norte, pero quieran o no compartimos los mismos problemas. Y quién sabe a lo mejor las mismas soluciones
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6/20/2006

Nostalgias por una época dorada

(Texto publicado de Diario Monitor, 20 de junio de 2006)
En el otoño del año pasado, la cinta Siempre: atardecer en la tercera avenida fue un gran éxito en taquilla. Este filme es una adaptación de un cómic creado por Ryohei Saigan que sale publicado desde 1974 en la revista bisemanal Big Comic Original. Y trata la vida cotidiana de una comunidad de Tokio durante una de las facetas más interesantes de la historia contemporánea: el inicio del crecimiento acelerado. Es decir, los últimos años del decenio de los cincuenta y todos los sesenta.

Empero, a pesar de su éxito, los críticos no le dieron una buena calificación y se cuestionaron por qué hubo una concurrida audiencia. Hay varias respuestas: una exitosa campaña publicitaria o bien el prestigio de su elenco. No obstante, es el desencanto social que rodea actualmente a Japón, una de las razones. ¿Por qué? Permítame contextualizar mi respuesta.

Desde 1991, Japón experimenta una terrible recesión y para solucionarla los conservadores deciden implementar reformas neoliberales, similares a las que se hicieron en México. Uno de los grandes promotores de estas políticas es el actual Primer Ministro Jun’ichiro Koizumi. En su mandato Japón logra recuperarse, pero a costa de un empobrecimiento de los grupos más débiles, provocado una mayor desigualdad y un decrecimiento sustancial de los ingresos de los trabajadores.

Otros efectos ha sido la desintegración de los lazos familiares, el aumento del crimen, especialmente el asesinato de niños y un aumento sustancial de desempleo juvenil. Además, se observa una incapacidad gubernamental para frenar el decrecimiento poblacional, el cual atenta contra el débil Estado de Bienestar edificado en la posguerra.

En suma, el panorama actual no es nada halagador. Es por eso que la nostalgia que proyecta Siempre acapare la atención de muchos. En esos años, la sociedad era menos injusta, más solidaria y más segura. El gobierno conservador y las grandes empresas, además, lograron estimular correctamente el consumo, permitiendo la adquisición de televisiones, lavadoras y refrigeradores. Este crecimiento exponencial de la clase media fue uno de los motores para el desarrollo. Pero aquí no hubo un demagogo que les prometiera vocho, changarro y tele, por lo menos no tan folklórico como Fox.

Ahora bien, siendo más objetivos, los años sesenta tampoco fueron la panacea. Los problemas ambientales, las cargas excesivas de trabajo, así como un alto índice de suicidios muestran que había muchas anomias sociales. Al fondo, todo es un espejismo de una sociedad cansada, pero nadie puede negar que fue una época dorada. De hecho, es tan fuerte este espíritu del decenio de los sesenta, que en los últimos años el gobierno de Koizumi ha decidido revivir esos años maravillosos.

A partir de 2002, el gobierno ha comenzado a reemplazar la actual señal análoga por un sistema digital. Se contempla que para el año 2011 se suspendan por completo la transmisión análoga y se requerirá comparar nuevos aparatos. ¿Qué efectos tendría? Según los datos del gobierno, se calcula que en Japón hay 70 televisiones por cada 100 habitantes. Esto significa que hay 90 millones de receptores en todo el país. Simplemente reemplazando sólo la mitad, el gobierno lograría estimular el consumo de los años sesenta y empresas como Sony y Sharp obtendrían una ganancia millonaria.

Poniendo orden los puntos anteriores, vemos que el éxito de taquilla de Siempre, así como la reforma de Koizumi son claras muestras de que los años sesenta siguen cautivando a millones y son una fuente de inspiración para muchas de las políticas del presente. Probablemente sea un proceso normal de cualquier país que ha logrado el éxito económico. No podría generalizar.
Ahora, si trasladamos esta situación a México, encontramos algunos rastros de nostalgia también. De hecho, existe un sector, concretamente AMLO, que ve en los modelos del pasado las soluciones para el presente. Tengo dudas si esos años dorados del PRI fueron mejores que ahora (por lo menos en términos democráticos no), pero no creo que el proyecto del PAN sea mucho mejor. La “derecha” mexicana presenta un proyecto sin una reflexión histórica que no permite eliminar las desigualdades sociales del presente.

Al fondo el acartonado Felipe Calderón no quiere comprender que solucionar la situación de los grupos marginados es la clave. Así, lo hicieron sus contrapartes demócrata-cristianas europeas, especialmente esa Alemania que tanto amó su padre político Carlos Castillo Peraza. Pero es pedirle mucho a alguien que está más preocupado por sus asuntos familiares y el ascenso modesto de AMLO en las encuestas.

6/13/2006

Promesas en el Caribe

(Texto publicado en Diario Monitor, 13 de junio de 2006)

Lo invito a hacer un pequeño ejercicio de reflexión. Imagínese por un momento que es japonés. Es el año de 1945 y su país ha sido destruido por una guerra y no tiene trabajo ni nada qué comer. Frente a sus ojos, un ejército invasor comienza a reformar todo y nadie hace nada por evitarlo. Pero no hay tiempo para lamentarse. Lo que apremia ahora es reconstruir esta “gran” nación.

Transcurre el tiempo. Es 1956. En Melbourne se realizan los Juegos Olímpicos, pero eso es irrelevante para usted, no tiene trabajo. Está apunto de mandar al demonio todo. En eso, encuentra un panfleto que dice: venga a República Dominicana. El paraíso del Caribe. Incrédulo sigue leyendo: le vamos a dar tierras para que se convierta en un próspero agricultor. Piensa que es una mala broma, pero en la propaganda dice: tenemos el aval del Ministerio de Relaciones Exteriores. Entonces, la oferta es seria...

De este modo, vende lo poco que tiene y en ese mismo año, junto con 1349, sale hacia Ciudad Trujillo, hoy Santo Domingo. Pero ahí comienza su pesadilla. El gobierno no le dijo un detalle. Esta isla está gobernada por el Generalísimo Rafael Leonidas Trujillo: uno de los más sanguinarios dictadores del siglo XX. Sí, es ese mismo personaje que Mario Vargas Llosa describe como un adicto sexual en La fiesta del Chivo. Pero esto no le importa. Nada puede ser peor que Japón. Empero, todo es una bazofia. Le dan una pequeña tierra infértil y está sujeto a una terrible represión. Algunos de sus amigos son asesinados, otros se suicidan.

Si podría entonar algunas letras de las canciones del Tigres del Norte cantaría: la República Dominicana no es La Jaula de Oro que convierte a cualquier inmigrante en un Mojado Acaudalado. En su mente surge una pregunta: ¿por qué me engaño mi país? La respuesta es cruel. El gobierno temía que no hubiese suficientes trabajos y prefirió sacar el excedente de mano de obra. Esa predicción, sin embargo, no se cumple. Japón se convierte en los años subsecuentes en un próspero país.

Ante esta situación, en el decenio siguiente, varios de sus compadres van a Tokio para exigir una solución. Asimismo, otros piden ayuda a la embajada japonesa para que vele por sus derechos. Pero todo es en vano. Lo único que les ofrece es un boleto de regreso. Piensa en voz alta: para qué vuelvo allá. No tengo absolutamente nada. Sólo deudas.

Resignado decide hacer su vida en esta isla y nacen sus hijos. La situación, empero, no mejora y el gobierno japonés sigue sin hacer nada. De este manera, después de una larga campaña de 40 años, consigue el apoyo económico de varias ONG y en julio del 2000, junto con 176 de sus compañeros, emprende una lucha en contra de Tokio. El objetivo es conseguir una disculpa oficial y una indemnización de 320 millones de yenes (32 millones de pesos).

El juicio, no obstante, es tardado y en lo que avanza el litigio, 16 de sus compañeros fallecen. Ruega es que termine esta pesadilla y que su cuerpo aguante. Por fin, el pasado 7 de junio, el Juzgado de Tokio dicta sentencia, pero el veredicto es nefasto. La corte considera que el contrato que se hizo fue con una empresa particular y no con el gobierno. Además, afirma que el plazo legal para que prosiga la demanda ya había vencido.

Sin embargo, no todo es “malo”. El juez remarca que, aunque en término legales no se pueda obligar al gobierno japonés a pagar su ineptitud, esto no significa que se le exima de su responsabilidad moral. No puede creerlo. Lo único que quería era una disculpa y su país lo traiciona de nuevo. La única opción que le queda es que la Suprema Corte de Justicia atraiga el juicio y cambie el veredicto del Juzgado de Tokio. Implica pues, otro largo juicio.

Esta desecho, pero ese mismo día convoca a una conferencia de prensa. Ahí proclama que no lo van a vencer. Hay 900 nipo-dominicanos que lo apoyan. Este recorrido “imaginario” estimado lector, es verídico. Ahora, dejo a su consideración juzgarlo. Algunas coincidencias con México. Probablemente sí, a lo mejor no.

Como palabras finales quisiera decir que cualquier nación, sea la segunda más rica del mundo o la doceava economía (México), tiene la obligación de proteger los derechos de sus ciudadanos en el extranjero. No es suficiente sólo lanzar una propaganda laxa de “candidato del empleo” o “primero los pobres”, implica mayores responsabilidades, pero esclarecer esto ameritaría otro ensayo. Lo único que uno puede decirles a los nipo-dominicanos, parafraseando una canción de Peter Gabriel, es: “no se rindan. Tiene quien los apoye. No se rindan aún no están vencidos”.

6/07/2006

Los zainichis: la tragedia de un grupo discriminado

(Texto publicado en Diario Monitor, 6 de junio de 2006)
Las protestas de los inmigrantes mexicanos en Estados Unidos, así como de los árabes y africanos en Francia en los últimos 6 meses muestra claramente como el “Primer Mundo” ha sido incapaz de resolver las demandas de los grupos extranjeros que radican en su territorio. Japón no ha sido la excepción, pero aquí no se ha dado enfrentamiento violento. ¿Por qué? Algunos atribuyen esta razón al escaso número de inmigrantes.

De acuerdo al censo del 2000, 1.31 millones de extranjeros (1.1% del total de la población) radicaban en Japón. Esta cifra contrasta con los casi 4 millones que tiene Francia. Ahora bien, de estos 1.31 millones, los coreanos (40.4%) y chinos (19.3%) conforman más de la mitad y el resto lo ocupan los brasileños (14.3%), filipinos (7.1%), estadounidenses (3%), peruanos (2.6%), tailandeses (1.1), vietnamitas (1%), entre otros. Por lo que respecta a sus actividades económicas, muchos de ellos tienen trabajos no calificados y un número reducido se dedica al crimen. Este último punto ha sido retomado por los medios para descalificarlos, pero este prejuicio no ha derivado en actos xenofóbicos.

Esto no significa, empero, que no haya racismo. La sociedad discrimina a los extranjeros, especialmente a los hijos de los inmigrantes que han nacido en Japón. Por ley, ninguno de ellos pueden conseguir la nacionalidad japonesa, ya que ésta se adquiere por sangre. Así, aunque dominen el idioma y tengan una educación similar, la gran mayoría no obtienen buenos trabajos. El caso que ilustra claramente esto son los zainichis.

Zainichi es el concepto coloquial para definir a los coreanos que nacen y residen permanentemente en Japón. En esta categoría se incluyen sólo a aquellos que se instalaron antes de 1945 y a sus descendiente. El gobierno calcula que actualmente hay 650000, pero se estima que hay 2 millones, si se incluye a los que lograron conseguir la nacionalidad japonesa y sus descendientes.

El origen de los zainichis se remonta a 1910, cuando Japón coloniza Corea y emprende ahí una brutal asimilación, imponiéndole a los coreanos nombres japoneses y una ciudadanía nipona, aunque nunca fueron tratados como tal. No satisfecho con este terrible atropello, el gobierno traslada a miles de ellos para que trabajen en Japón. Así, al finalizar la Guerra del Pacífico, se calcula que hay 2.1 millones de ciudadanos japoneses de origen coreano. No obstante, para 1951, después de la firma de la Paz de San Francisco, Japón les quita la ciudadanía y la mayoría de ellos recupera la nacionalidad coreana.

Todo indicaba, entonces, que los coreanos podrían regresar a su tierra natal. Sin embargo, la Guerra de Corea hace que la península quede divida y la comunidad coreana instalada en Japón también se separa en dos bandos irreconciliables: Mindan (Asociación sudcoreana) y Chosen Soren (Federación norcoreana). Ante este mal presagio, algunos deciden volverse japoneses, ocultando públicamente su origen para no ser discriminados. Otros apuestan al modelo socialista de Kim Il Song y se van para Pyongyang. Mientras que otros migran hacia Seúl. Empero, la gran mayoría se queda, aceptando la discriminación, los motes y el maltrato de la sociedad.

De este modo, la comunidad coreana quedaría dividida y durante casi 50 años no lograrían las pases. Sin embargo, el pasado 17 de mayo, finalmente Mindan y Chosen Soren consiguen la reconciliación y aceptan luchar juntos por la promoción de sus derechos políticos y la reunificación coreana. Sin duda, es una buena noticia, pero algunos sectores de la opinión pública no lo ve así. Mientras que el liberal Periódico Asahi considera que la reconciliación permite reorientar a los zainichis hacia un objetivo común, el derechista Sankei afirma que las paces puede hacer que Mindan deje su postura crítica hacia el régimen autoritario de Pyongyang y obstaculice el regreso de los ciudadanos japoneses secuestrados por espías norcoreanos en el decenio de los setenta.

En síntesis, afirmar que el número reducido de inmigrantes extranjeros explican la falta de una movilización violenta es obviar historia. En realidad, fue la fragmentación y las características particulares de los coreanos (la comunidad de extranjeros más grande), lo que impidió el desarrollo de una acción colectiva efectiva como en otras latitudes. Pero eso puede cambiar ahora que los zainichis hicieron las pases y comience a presionar al gobierno para que cambie las leyes de participación política y elimine algunos aspectos de esta sociedad racista que los ha discriminado por años.

6/05/2006

El arte de comparar

En el primer debate presidencial (abril), Felipe Calderón Hinojosa, candidato del oficialista Partido Acción Nacional (PAN), presentó su propuesta de reforma fiscal y reafirmó que su implementación sería lo mejor para el país.

¿Cuál es esa “barita mágica”? El proyecto del candidato de la derecha mexicana es convertir el Impuesto sobre la Renta en un gravamen de tasa única para cualquier nivel de ingreso. Para demostrar su efectividad nos habla de su éxito en 8 países de Europa del Este: Estonia, Lituania, Letonia, Rusia, Ucrania, Eslovaquia, Georgia y Rumania.

Supongo que esta propuesta está basado en datos duros y un estudio rígido. Viendo la formación del candidato como abogado de la Escuela Libre de Derecho, maestro en Administración Pública por la Universidad de Harvard, y maestro en Economía por el Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM), uno puede presuponer que su propuesta está hecha con la profesionalidad que rerquiere.

Yo no soy economista y desconozco por completo cómo se implementaron las reformas en estas naciones, así como las necesidades propias de cada país. Sin embargo, tengo varias dudas sobre la pertinencia de aplicar modelos de sociedades tan distintas a México. ¨¿Por qué?

De acuerdo a los estudiantes de Europa de Este que he tenido la oportunidad de conocer acá en Japón, todo indica que la reforma económica que se implemento en esas latitudes y que nos vende ahora Calderón funciona siempre y cuando, en el país exista una mano de obra calificada (educación técnica) y las bases de un Estados de Bienestar (seguro social universal mínimo) para que la compensación de los impuetos sea equitativa. De lo primero México no hay mucho. De lo otro, simplemente es un sueño guajiro.

Así, que es probable que no sirva o bien se le tenga que hacer una modificación planificada y no basada en la lógica del mercado. Pero repito, no soy economista, así que no puedo decir a ciencia cierta si lo que voy a decir aquí sea conciso.
Ahora bien, la pregunta ahora es, en serio funcionó este modelo. La respuesta es que fincionó a medias. Déjenme argumentar mis ideas con algunas evidencias informales.

Un buen amigo chileno que está viviendo por unos meses en Rumania y que conoce a la perfección Japón y a su país (por supuesto), me dice que en esa nación ex socialista no hay opulencia y equidad como la que pregona Calderón. Entonces. Las finanzas se han saneado pero las desigualdades siguen presentes. Entonces, qué funcionó ahí.

De igual manera, leyendo algunos periódicos japoneses, he encontrado artículos que muestran que las reformas neoliberales no han traído respuestas alentadoras. Los periódicos hablan de una polarización y un éxodo hacia la Unión Europea (creo que en eso si somos similares Europa de Este y México).

Asimismo, en estos países exisitía una estatización del mercado y un estado de Bienestar sumamente corporativo. Po esa misma razón, era necesario una reforma fiscal. Sin embargo, la situación que se vive en México ahora no es lo que había en la década de los noventa en Europa del Este. Es más, no hay ni siquiera Estado de Bienestar, ese se desmanteló en los años ochenta... El problema de México es un problema en la recaudación fiscal y las desiguladesd sociales ¿Por qué tenemos que aplicar un modelo así? Pregunto.

Yo no critico que no se puede aprender de otros caso. Es una empresa necesario. Tenomos que encontrar varias opiciones y adecuarlas a las necesidades de México. En este sentido creo que el candidato de izquierda Andrés Manuel López Obraror (AMLO) está errado al afirmar que él no aplicaría modelos exitosos de otros países en caso de ser presidente. Espero que su asero Ramírez de la O sea menos segado que AMLO.
Sin embargo, creo que Calderón no tiene la suficiente honestidad para decirnos que las condiciones que prevalecen en México son distintas a los ejemplos que él dice que son la panacea. Habla por hablar. Por ejemplo, la otra vez dijo que él personalmente apoyaba a Israel en su lucha contra los palestinos porque era legitima... Luego dicen que AMLO es el ignorante.

No es por menospreciar a los economistas pero creo que suelen ver siempre a la ligera, la política y las condiciones históricas que acompañan a las reformas.
Un ejemplo es un Blog que encontré: http://mexicoliberal.blogspot.com/

El autor del Blog se autodefine como liberal en todos los sentidos (político y económico) y afirma que no perteneciente a un partido, pero no es capaz de decir su nombre, restándole credibilidad .
¿Qué dice? Creo que es mejor leer el blog, pero el autor llamémosle, anónimo liberal, analiza básicamente las propuestas de los candidatos para decirnos las maravillas que implica el ser “liberal”.

Sin embargo, cuando uno lee su blog, nuestro amigo o amiga no lo sabemos, nos daremos cuenta de que está concentrado sólo en un ataque frontal hacia AMLO y Roberto Madrazo, candidatos de la oposición. De hecho, yo no veo ninguna parte su parte liberal en lo político, parece miembro del PAN (suponiendo que Patricia Mercado es el lector más liberal del espectro políticio). Pero bueno, cada quien se define como quiere. Eso es la democracia

Pero regresando al blog de nuestro amigo el liberal anónimo, lo que hace es sacar miles de datos de INEGI y los ordena para demostrar que AMLO es de los peor. Probablemente tiene razón, hay datos que no se pueden cucharear. Pero la forma como se presentan si y la propia lectura de los datos.
Además, defiende a capa y a espada los éxitos de las reformas neoliberales implementadas en Inglaterra, Islandia, Irlanda, Estonia y Vietnam. Además, dice que en Hong Kong y Corea del Sur llegó el neolibealismo y con su arribo dice que no se ha detenido el crecimiento económico.

El anónimo liberal parte de la idea de que en la mayoría de los países, antes de las reformas neoliberales, prevalecía una ineficiencia y que la reforma neoliberal los sacó adelante de su miserables situación “socialista”. Puede ser. Pero sus afirmaciones son tan simples y basadas en datos macro que tengo dudas.

No sé si es correcto decir que el programa económico que aplica actualmente Vietnam, el Doi Moi, sea realmente lo mismo que hizo Margaret Thatcher en el decenio de los ochenta. Tampoco creo que el país de las Sagas, Islandia, haya sido en estricto un estado socialista. De hecho, si lo comparamos con sus primos hermanos, los países de norte europeo (Suecia, Dinamarca, Finlandia y Noruega), Islandia no tuvo un desarrollo un estado de Bienestar tan amplio. (Véase The History of Iceland de Gunnar Karlsson)

Además, dado que las reformas parte de un contexto de un Estados de Bienestar universal. No se si sea tan válido poner en la misma cateegoría a todos. Ante que nada, como ha demostrado el politólogo Gøsta Esping-Andersen, el Estado de Bienestar está relacionado con el desarrollo político de los partidos de izquierda (Esping-Andersen, The Three Worlds of Wealfatre Capitalism). Es decir, entre menos socialdemocracia, menor estado de Bienestar.
Entonces, Vietnam y Corea no cuadran ahí. De hecho, en Vietnam por si no lo sabe, nuestro amigo, no hay un sistema de partidos plural (de hecho es comunista) y en Corea ni Hong Kong existen partidos de izquierda, por cuestiones históricas que supongo él sabe (espero) . Entonces, no son iguales...

Asimismo, piensa que Corea es un país con un alto crecimiento nada más por una reforma neoliberal y lo llama exótico. Demuestra su poco conocimiento sobre la importancia del capital humano y la importancia de una reforma de la administración pública. Eso es lo que hizo posible el éxito. El economista e historiador Ugo Pipitone constata esto en su libro la Salida del Atraso. Además, Amartya Sen, nobel en economía, lo ha dicho claramente si no se desarrolla capital humano no funciona nada.

Finalmente, creo que tanto Calderón como el anónimo liberal estaría reprobados en Política Comparada. Comparan Peras o Manzanas y lo peor tienen el descaro de decir que no son distintos.
Dado que no conocemos la formación del anónimo liberal, no podemos decir nada más de él o ella. Pero de Calderón sí. Tantos años de estudio y para que salga diciendo que el modelo Ruso es el mejor (no el comunista, por supuesto) para México...
Es necesario discutir con seriedad las propuestas de los candidatos. No se vale sacar miles de ejemplo si no se sabe mucho de ellos.

Como apunte final, regresemos el argumento al proyecto de Calderón. Como dije no tengo el conocimiento para explicar con detalle este plan. Creo que el blog
de Sergio Silva Castañeda y Gilberto García Vázquez, dos amigos economistas, puede servir como una forma para ver si la “barita mágica” que está vendiendo el PAN al electorado es la mejor. La lectura de sus opiniones pueden aclararnos algunas lagunas o todo lo contrario terminando odiando a AMLO, eso es de cada quien.

De igual forma un buen amigo, Armando Román Zozaya, muestra algunas claves para el desarrollo en su blog
Pueden preguntarle qué tipo de modelo de desarrollo puede ser más confiable. (Nota: No le pregunten por qué candidato, se darán cuenta de a quién no quiere)

Como dije no soy economista, así que probablemente no entiendo la mentalidad de alguien como Calderón, pero temo que es igual de poco preparado que AMLO. Pero bueno, éstas son algunas ideas dispersas sobre él. Nada personal.