9/02/2008

Las Olimpiadas de Tokio

(Artículo publicado en Diario Monitor el 2 de septiembre de 2008)

En la parte final de la cavilación pasada señalé que Tokio tiene amplias posibilidades de volverse en la sede de los Juegos Olímpicos de 2016. En caso de concretarse esto, la capital japonesa albergaría por segunda ocasión unas Olimpiadas y con esto Japón obtendría una oportunidad única para impulsar su economía como lo hizo China en los pasados Juegos de Pekín. Por esta razón y aprovechando el momento olímpico, quisiera emprender una reflexión sobre este tema. Empecemos, mencionando cómo inició la candidatura.

En los finales del 2005, un grupo de empresarios, políticos y urbanistas presentan a la opinión pública un proyecto que busca promover la candidatura de Tokio como sede de los Juegos Olímpicos de 2016. De inmediato, los medios deciden cubrir la noticia, pero la gran mayoría concluye que es una propuesta trillada, ya que no había recursos para financiar un proyecto de esa magnitud. Empero, los miembros del Comité Organizador deciden no dar marcha atrás a su proyecto y logran el apoyo del derechista gobernador Shintaro Ishihara.

Esto resulta un gran avanece, pero, el proyecto olímpico se topa de inmediato con la negativa de los partidos de oposición locales, ya que la realización de los Juegos implicaría un alto costo para los habitantes de Tokio, además de desatar daños ecológicos irreparables. Esta situación implica un nuevo revés, pero el Gobernador no claudica y decide colocar a la justa veraniega como la bandera de su campaña electoral para los comicios gubernamentales de 2007.

Después de una larga campaña, Ishihara gana las elecciones, oficializándose así la candidatura de Tokio. Empero, dentro de Japón muchos grupos siguieron manteniendo una fuerte crítica hacia la realización de la Olimpiada. Además en los mismo meses Fukuoka (la ciudad más importante del sur de Japón) decide postularse también como sede olímpica, desatándose una batalla entre ambas ciudades. Finalmente, en agosto de 2007 el Comité Olímpico Japonés decide elegir a Tokio como la ciudad que apoyará y en septiembre del mismo año, junto con otras seis ciudades (Chicago, Río de Janeiro, Madrid, Bakú, Doha Praga), la capital japonesa oficializa frente al Comité Olímpico Internacional (COI) su intención de ser la sede de los Juegos Olímpicos de 2016.

Empero, los medios japoneses siguieron mostrando su desacuerdo. Para muchos, era innecesario gastar un dinero excesivo en unas Olimpiadas. Además, señalaron que era muy improbable que el COI apoyara la realización de unos Juegos en Asia-Pacífico después de Pekín.

Ante estas criticas, Ishihara decide emprender una gran campaña mediática en donde expone ante la opinión pública las bondades de su proyecto, la “Olimpiada Compacta”, cuya principal característica era aprovechar la infraestructura heredada de las Olimpiadas de 1964. De este modo, sólo se construiría un nuevo Estadio Olímpico, evitándose un gasto excesivo y un deterioro ecológico y los Juegos se realizaría en un radio de 8 kilómetros cuadrados. Además, dado los bajos índices de criminalidad que existen en Tokio, la seguridad de los turistas que visiten en ese tiempo la capital japonesa estaría asegurada.

Frente a esta maniobra, la oposición decide contrarrestar la campaña mediática por medio de desplegados en varios periódicos, argumentando que el proyecto no contemplana otros gastos y exigen su anulación, pero para su sorpresa, los medios comienzan a apoyar la propuesta del Gobernado, lo cual implicó un gran triunfo para Ishihara. Finalmente en junio de 2008, Tokio logra pasar de manera apabullante la primera ronda y junto con Chicago se perfila como una de las sedes con mayores posibilidades (las otras dos candidatas son Río de Janeiro y Madrid). Esto trajo una reconciliación de Ishihara con los medios, lo cual hace que Japón esté unido para lograr el gran objetivo.

A guisa de conclusión, Ishihara y el Comité de Promoción de la Olimpiada de Tokio han superado el primer obstáculo, pero creo que aún no es tiempo de cantar victoria. Si bien, la propuesta de una “Olimpiada Compacta” puede lograr un apoyo de distintos sectores tanto de Japón como del extranjero, esto no puede materializarse sin el apoyo de la mayoría de los miembros del COI, en especial de los países africanos y asiáticos. Es ahí donde está el gran reto. Sin los votos de estas naciones es imposible pensar que gane Tokio y dado que los últimos años Japón ha perdido presencia en esas regiones, no se puede descartar un gran descalabro. De este modo, Chicago parece perfilarse como la sede ganadora, pero aún falta mucho. Todo se definirá en octubre de 2009, cuando el COI dé su veredicto.

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