11/07/2006

Shinzo Abe vs. Kim Jong Il: primer round

(Texto publicado en Diario Monitor, 7 de noviembre de 2006)

A finales de septiembre, el primer ministro Abe se reúne con los miembros de su gabinete para planear la agenda internacional que seguirá su gobierno en los próximos meses. Después de analizar los puntos principales de la agenda, un tema acapara inevitablemente la atención de los presentes: la reunión de la APEC que se realizará en Vietnam durante noviembre. Esta junta representaba el debut internacional de Abe y su primer encuentro con Bush. Así, todo indicaba que no habría ninguna salida. Empero, en esos mismos días, el primer ministro anuncia que habrá una gira antes de Hanoi.

Todos consideraron, entonces, que viajaría a Washington para obtener la “bendición” de la Casa Blanca, como lo han hecho todos los mandatarios de la posguerra. Empero, no fue así. Para lograr los objetivos trazados en su ideario político (obtener un asiento permanente en el Consejo de Seguridad; castigar a Corea del Norte; y solucionar definitivamente los raptos de ciudadanos japoneses, perpetuados por espías norcoreanos), Abe decide que lo más prudente es buscar un acercamiento con China y la República de Corea.

De este modo, anuncia que emprenderá una gira por Pekín (8 de octubre) y Seúl (9 de octubre) para externarles a los presidentes Hu Jintao y Roh Moo-Hyun que Japón no quiere un enfrentamiento, sino que busca establecer lazos de mayor cooperación que coadyuven a la solución de problemas comunes, especialmente el desarme de Corea del Norte. Este anuncio sorprendió a la prensa japonesa, ya que Abe había mostrado una postura nacionalista sumamente anacrónica hacia el Asia-Pacífico.

¿Por qué hizo esto? No hay mucho misterio. Abe tenía que corregir la imprudente política que emprendió su antecesor, Jun’ichiro Koizumi (2001-2006). Hay que recordar que en esos 5 años, Japón tuvo un acercamiento exacerbado con Washington que culminó en el despacho de militares hacia Irak y descuidó totalmente las relaciones con la región del este de Asia. Esta situación llevó finalmente hacia un enfrentamiento con sus vecinos. Abe comprendió, entonces, que esta situación no lleva a nada y que era mejor apostarle al pragmatismo. Para su fortuna, Pekín y Seúl entendieron lo que buscaba y aceptaron el desafío.

Así, con la “bendición” de todos los actores, comienza el show de Abe. Empero, cuando visita Corea del Sur, una noticia desconcertante empieza a circular en las calles de Seúl: Pyongyang había emprendido una prueba nuclear subterránea. Este suceso, eliminó por completo la importancia de la histórica visita. De hecho, el disparate del generalísimo Kim Jong Il debilitó la postura pragmática del primer ministro y resucitó la parte más dura de su nacionalismo. Es decir, detonó la faceta más anacrónica de la presente administración.

De este modo, en el terreno diplomático, Tokio comienza a utilizar todos sus recursos disponibles para castigar a Corea del Norte, implementado sanciones económicas. De igual manera, empieza a sortear una cooperación con Seúl, Pekín y Washington. Sin embargo, pese a estos esfuerzos, la comunidad internacional no le respondió. China y Corea del Sur decidieron no seguirle todo el cuento a Japón. Asimismo, Estados Unidos, el aliado militar, evitó coordinarse con Abe y emprendió un acercamiento con Pekín. Finalmente, este esfuerzo chino-estadounidense logró sus primeros frutos y Corea del Norte ha anunciado que está dispuesto a regresar al mecanismo de negociación hexagonal. Sin embargo, esto es sólo el comienzo. Aún no hay mucha certeza de qué pasará.

Esta situación ha irritado, sin duda, a muchos miembros importantes del gobernante PLD, especialmente a los grupos de derecha con los que Abe comparte muchos puntos. De hecho, la crisis en la península coreana ha hecho que el Secretario de Asuntos Políticos del partido Shoichi Nakagawa y el ministro de relaciones exteriores Taro Aso externen la posibilidad de que Japón tenga armas nucleares. Obviamente, son declaraciones delicadas para un país que proscribe el derecho de beligerancia y tiene el trauma de las bombas atómicas.

A guisa de conclusión, la estrategia pragmática que buscó Abe en sus visitas a China y Corea del Sur era buena, pero quedó sepultada por las pruebas nucleares de Pyongyang. Así, la inminente batalla entre Kim Jong Il y el primer ministro ha comenzado. Por ahora, es difícil predecir qué futuro le depara a la región, pero es claro que la mayor responsabilidad de lo que pase la tendrá el rechoncho generalísimo. Empero, también será necesario el compromiso explícito de Abe de que no cometerá una imprudencia y contendrá a los grupos de derecha.

1 件のコメント:

Angéline さんのコメント...

Hola Isami. Me gustaría saludarte y hacerte una pregunta sobre Japón. Te escribo desde España, acabo de terminar la novela "Tokio Blues" de Haruki Murakami y me sorprendió que tantos personajes, jóvenes además, se suiciden en el curso de la trama. Son los años setenta y Watanabe, el protagonista, apenas da referencias sobre la situación política o social del país. Consultando en internet el dato de los suicidios llegué a tu página, lo mencionas en un artículo que escribiste en junio. La pregunta es ¿por qué se suicidan los jóvenes? Puedo entenderlo en la gente mayor, el desencanto, la soledad pero me cuesta en la gente que en teoría tiene toda la vida por delante. Un saludo, de nuevo.