(Puesto originalmente en Hermano Cerdo, el 7 de diciembre de 2010)
Este año regresé a México después de cinco años. También cambié de trabajo. Estuve nueve años en el mismo lugar, estudiando y trabajando. En esta vida no todo es para siempre. Lo sé. Extrañaré sin duda ese lugar.
Por mi nuevo trabajo también he dejado de viajar cuatro horas en tren, algo positivo para mis piernas y espalda, pero que significan menos horas de lectura. He encontrado que el mejor lugar para leer una novela en Tokio es en un vagón.