En los últimos días, los principales diarios japoneses han publicado datos sorprendentes. Según sus encuestas, en las elecciones generales del próximo 30 de agosto, la actual primera oposición —el Partido Demócrata Japonés (PDJ)— obtendrá alrededor de 300 diputaciones (62.5%), mientras que el gobernante Partido Liberal Demócrata (PLD), solamente 140 escaños (29%). De este modo, todo indica que la alternancia política es un hecho inminente y a partir del 14 de septiembre (a lo mejor antes), Yukio Hatoyama y los demócratas tomaran las riendas de la “segunda economía mundial”.
¿Cómo gobernará este partido? ¿Qué podrá hacer Hatoyama? En cavilaciones pasadas busque dar algunas respuestas, pero aún es prematuro hacer una aproximación del fututo. Empero, algo que sí me inquieta mucho de nuestro futuro cercan, es ¿qué destino le espera al PLD? Esta organización ha gobernado durante casi más de 50 años; por lo tanto, es pertinente cuestionárselo. Sin ser catastrófico, considero que hay cuatro escenarios posibles. En algunos puntos se interconectan, así que no son necesariamente excluyentes. Veamos, entonces, cuáles son.
1. Oposición conflictiva. A pesar de perder la mayoría en la Cámara Baja y convertirse en la primera oposición, el PLD no va a decaer su presencia en la política japonesa. Actualmente, los conservadores son la segunda fuerza dentro de la Cámara Alta y siguen teniendo una presencia importante en los gobiernos y legislaciones locales. De este modo, si los conservadores logran elegir a un nuevo líder capaz de reordenar al partido, hay grandes posibilidades de que su organización actué como una oposición conflictiva. Una estrategia que siguió por momentos el Partido Revolucionario Institucional (PRI) durante el gobierno de Vicente Fox Quezada, después de que perdió el poder. Si funciona dicha estrategia, el PLD podría recuperar algunos nichos de poder, pero si fracasa su presencia se perdería y en las próximas elecciones de la Cámara Alta (programadas para el verano del próximo año) podría hasta desaparecer. En otras palabras, por su costo político, no es una estrategia recomendable
2. Oposición constructiva. Como lo dije anteriormente, el PLD aún tiene una presencia importante en la Cámara Alta y en los gobiernos locales. De este modo, si el PLD logra aprovechar sus conexiones con los gobernadores locales y les ofrece un proyecto real de descentralización o federalización (un reclamo que ha crecido desde hace 20 años) pueden presionar al PDJ y en algunos rubros inclusive podría cooperar para sacar avante varios de las políticas que quedaron pendientes. Dicho en otras palabras, el PLD podría transformarse en una oposición constructiva. Empero, es difícil pensar que los “dinosaurios” lo hagan, ya que durante años se han negado a emprender una reforma descentralizadora.
3. La resurrección. El PLD ha logrado sobrevivir a muchas escisiones y crisis internas. Así que hay elementos que demuestran que puede salir avante de esta adversidad. Todo dependerá de que el proyecto demócrata no logre cuajar. De este modo, si en los siguientes 4 años, los demócratas fracasan, el PLD podría recuperar el poder en las siguientes elecciones de la Cámara Baja. Este escenario sucedió en Taiwán cuando el Partido Nacionalista Chino (Kuomintang) obtuvo el poder y probablemente pase en México cuando el PRI gane las elecciones presidenciales de 2012. Empero, como ya lo mencioné este escenario está supeditado a los errores que cometa el PDJ y a que se mantenga una imagen limpia del PLD en el electorado. Dada las condiciones actuales es muy difícil que pase este escenario. Hay muchos políticos peledistas corruptos, cuyos nexos con los grupos de interés saldrán a relucir después de las elecciones.
4. La fragmentación. Un escenario viable es que las facciones del PLD se dividan después de las elecciones. Habrá algunos que aboguen por una cooperación con los demócratas y otros que no. En caso de que no se logre la cohesión se puede dar una fragmentación como le sucedió a la Democracia Cristiana en Italia después de las elecciones generales de 1992. De este modo, en caso de que se de una fragmentación, algunos peledistas van a intentar unirse al PDJ. Y en el caso de que muchos diputados conservadores se escindan y busque cooperar con los demócratas en la Cámara Alta, el futuro del PLD será negro. Actualmente, los demócratas son la primera fuerza en la Cámara Alta, gracias a su triunfo en las elecciones de 2007, pero no tienen la mayoría calificada; por lo que necesitan el apoyo de los partidos de oposición minoritarios. Así, si 5 ó 6 diputados peledistas de la Cámara Alta deciden entrar al PDJ, los demócratas tendrían la mayoría en este cuerpo legislativo. Lo anterior, implicaría un control completo del PLD de la Dieta.
En suma, en cualquier escenario el PLD se ve desfavorecido. Veamos cuál de estos escenarios sucede. Independiente de cuál sea, los conservadores están obligados a mejorar su imagen frente al electorado y reformarse a sí mismo para salir avante de esta crisis. Veo complicado que lo logre, pero en la política no hay reglas definitivas y como lo han demostrado los casos de México y Taiwán es posible.
¿Cómo gobernará este partido? ¿Qué podrá hacer Hatoyama? En cavilaciones pasadas busque dar algunas respuestas, pero aún es prematuro hacer una aproximación del fututo. Empero, algo que sí me inquieta mucho de nuestro futuro cercan, es ¿qué destino le espera al PLD? Esta organización ha gobernado durante casi más de 50 años; por lo tanto, es pertinente cuestionárselo. Sin ser catastrófico, considero que hay cuatro escenarios posibles. En algunos puntos se interconectan, así que no son necesariamente excluyentes. Veamos, entonces, cuáles son.
1. Oposición conflictiva. A pesar de perder la mayoría en la Cámara Baja y convertirse en la primera oposición, el PLD no va a decaer su presencia en la política japonesa. Actualmente, los conservadores son la segunda fuerza dentro de la Cámara Alta y siguen teniendo una presencia importante en los gobiernos y legislaciones locales. De este modo, si los conservadores logran elegir a un nuevo líder capaz de reordenar al partido, hay grandes posibilidades de que su organización actué como una oposición conflictiva. Una estrategia que siguió por momentos el Partido Revolucionario Institucional (PRI) durante el gobierno de Vicente Fox Quezada, después de que perdió el poder. Si funciona dicha estrategia, el PLD podría recuperar algunos nichos de poder, pero si fracasa su presencia se perdería y en las próximas elecciones de la Cámara Alta (programadas para el verano del próximo año) podría hasta desaparecer. En otras palabras, por su costo político, no es una estrategia recomendable
2. Oposición constructiva. Como lo dije anteriormente, el PLD aún tiene una presencia importante en la Cámara Alta y en los gobiernos locales. De este modo, si el PLD logra aprovechar sus conexiones con los gobernadores locales y les ofrece un proyecto real de descentralización o federalización (un reclamo que ha crecido desde hace 20 años) pueden presionar al PDJ y en algunos rubros inclusive podría cooperar para sacar avante varios de las políticas que quedaron pendientes. Dicho en otras palabras, el PLD podría transformarse en una oposición constructiva. Empero, es difícil pensar que los “dinosaurios” lo hagan, ya que durante años se han negado a emprender una reforma descentralizadora.
3. La resurrección. El PLD ha logrado sobrevivir a muchas escisiones y crisis internas. Así que hay elementos que demuestran que puede salir avante de esta adversidad. Todo dependerá de que el proyecto demócrata no logre cuajar. De este modo, si en los siguientes 4 años, los demócratas fracasan, el PLD podría recuperar el poder en las siguientes elecciones de la Cámara Baja. Este escenario sucedió en Taiwán cuando el Partido Nacionalista Chino (Kuomintang) obtuvo el poder y probablemente pase en México cuando el PRI gane las elecciones presidenciales de 2012. Empero, como ya lo mencioné este escenario está supeditado a los errores que cometa el PDJ y a que se mantenga una imagen limpia del PLD en el electorado. Dada las condiciones actuales es muy difícil que pase este escenario. Hay muchos políticos peledistas corruptos, cuyos nexos con los grupos de interés saldrán a relucir después de las elecciones.
4. La fragmentación. Un escenario viable es que las facciones del PLD se dividan después de las elecciones. Habrá algunos que aboguen por una cooperación con los demócratas y otros que no. En caso de que no se logre la cohesión se puede dar una fragmentación como le sucedió a la Democracia Cristiana en Italia después de las elecciones generales de 1992. De este modo, en caso de que se de una fragmentación, algunos peledistas van a intentar unirse al PDJ. Y en el caso de que muchos diputados conservadores se escindan y busque cooperar con los demócratas en la Cámara Alta, el futuro del PLD será negro. Actualmente, los demócratas son la primera fuerza en la Cámara Alta, gracias a su triunfo en las elecciones de 2007, pero no tienen la mayoría calificada; por lo que necesitan el apoyo de los partidos de oposición minoritarios. Así, si 5 ó 6 diputados peledistas de la Cámara Alta deciden entrar al PDJ, los demócratas tendrían la mayoría en este cuerpo legislativo. Lo anterior, implicaría un control completo del PLD de la Dieta.
En suma, en cualquier escenario el PLD se ve desfavorecido. Veamos cuál de estos escenarios sucede. Independiente de cuál sea, los conservadores están obligados a mejorar su imagen frente al electorado y reformarse a sí mismo para salir avante de esta crisis. Veo complicado que lo logre, pero en la política no hay reglas definitivas y como lo han demostrado los casos de México y Taiwán es posible.
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