En la pasada cavilación, vimos las causas de la dimisión del primer ministro Yasuo Fukuda (2007-actualmente). El problema que sigue ahora es esbozar quién será su sustituto, pero ante de hacerlo vale la pena hacer un breve recuento de las formas como se eligen a los primeros ministros en Japón.
Empecemos diciendo lo siguiente: Japón es un sistema parlamentario y a diferencia del sistema presidencial mexicano en el cual el jefe del ejecutivo es elegido por el voto directo de los ciudadanos, el primer ministro lo eligen los diputados de la Dieta, quienes son escogidos por el sufragio popular. Este órgano gubernamental está formado por dos Cámaras —la Baja y la Alta— y en ambas sus diputados votan; pero en términos constitucionales son los votos de los legisladores de la primera los que definen quién será el jefe del ejecutivo. Dicho en otros términos, el partido con más diputaciones en la Cámara Baja es el que determina la elección del primer ministro y no importa mucho si la oposición tiene la mayoría en la Cámara Alta, como sucede ahora.
Pero cuándo los diputados deciden el cambio de mandos. En términos generales, lo deciden después de una elección general; por lo que si el partido oficial pierde la mayoría en los comicios de la Cámara Baja y una fuerza de oposición logra transformarse en la primera fuerza su líder se vuelve en el siguiente primer ministro. Sin embargo, esto no ha sucedido, hasta la fecha no se puede hablar de la existencia de una real alternancia de poder en Japón, ya que las fuerzas conservadoras han dominado el espacio electoral.
Entonces, cómo se de el cambio de mandos. La “alternancia” se da cuando el presidente del oficialista Partido Liberal Demócrata (PLD) deja su cargo y se lo transfiere a un miembro de su partido o bien convoca a una elección interna. Independientemente del método que se use, quien logra convertirse en el presidente del partido conservador se vuelve automáticamente en el primer ministro, ya que el PLD siempre ha ostentado la mayoría en la Cámara Baja; pero, qué motiva, entonces, al presidente en turno dejar su cargo.
Hay varias razones. Primero, los que han durado más tiempo en el poder, como Eisaku Sato (1964-1972), Yasuhiro Nakasone (1982-1987) y Jun’ichiro Koizumi (2001-2006), han dejado voluntariamente el cargo, ya que han logrado consumar sus proyectos políticos. Otros como Ryutaro Hashimoto (1996-1998) y Takeo Miki (1974-1976) han tenido que renunciar después de perder importantes escaños en una elección nacional. Igualmente, otros como Yoshiro Mori (2000-2001) y Shinzo Abe (2006-2007) han dejado el poder por sus ineficientes gestiones. En esta categoría podemos poner al primer ministro Fukuda. Por otro lado, algunos como Kakuei Tanaka (1972-1974) y Sosuke Uno (1989) han dejado el poder después de que la presa sacó a la luz pública sus escándalos.
Cabe destacar dos cuestiones curiosas. En la larga historia del dominio del PLD, sólo dos mandatarios han fallecido en el cargo, Masayoshi Ohira (1978-1980) y Keizo Obuchi (1998-200), mientras que sólo uno, Takeo Fukuda (1976-1978), padre del actual Primer Ministro, ha perdido una elección interna siendo el presidente en turno.
En suma, hay distintas razones que explican la dimisión de un primer ministro. Además, hay que destacar que no siempre se llevan acabo las elecciones internas. Todo depende de los momentos políticos; pero en el caso particular de la renuncia de Fukuda no será el caso. En su discurso de dimisión, el Primer Ministro anunció la realización de elecciones internas y pidió a los mandos del PLD que realizaran unas elecciones ejemplares que permitan sobrepasar la crisis que vive Japón (más bien dicho su partido). De este modo, el próximo 22 de septiembre se realizarán las elecciones internas y quien resulte ganador será el siguiente primer ministro, además de que tendrá que convocar a comicios anticipados en las siguientes semanas.
Por ahora se han postulado cinco candidatos con perfiles distintos: Taro Aso, secretario general del PLD, Kaoru Yosano, Ministro de Finanzas y Políticas Económicas, Yuriko Koike, ex ministra de Defensa, Shigeru Ishiba, ex ministro de Defensa, y Nobuteru Ishihara, ex ministro de Caminos y Transportes. ¿Quién será el afortunado en dirigir las riendas del PLD? Si no pasa nada extraordinario, el ganador será Aso; pero quién es él y qué implicaciones traerá para Japón su llegada, lo analizaremos en la cavilación de la semana siguiente.
Empecemos diciendo lo siguiente: Japón es un sistema parlamentario y a diferencia del sistema presidencial mexicano en el cual el jefe del ejecutivo es elegido por el voto directo de los ciudadanos, el primer ministro lo eligen los diputados de la Dieta, quienes son escogidos por el sufragio popular. Este órgano gubernamental está formado por dos Cámaras —la Baja y la Alta— y en ambas sus diputados votan; pero en términos constitucionales son los votos de los legisladores de la primera los que definen quién será el jefe del ejecutivo. Dicho en otros términos, el partido con más diputaciones en la Cámara Baja es el que determina la elección del primer ministro y no importa mucho si la oposición tiene la mayoría en la Cámara Alta, como sucede ahora.
Pero cuándo los diputados deciden el cambio de mandos. En términos generales, lo deciden después de una elección general; por lo que si el partido oficial pierde la mayoría en los comicios de la Cámara Baja y una fuerza de oposición logra transformarse en la primera fuerza su líder se vuelve en el siguiente primer ministro. Sin embargo, esto no ha sucedido, hasta la fecha no se puede hablar de la existencia de una real alternancia de poder en Japón, ya que las fuerzas conservadoras han dominado el espacio electoral.
Entonces, cómo se de el cambio de mandos. La “alternancia” se da cuando el presidente del oficialista Partido Liberal Demócrata (PLD) deja su cargo y se lo transfiere a un miembro de su partido o bien convoca a una elección interna. Independientemente del método que se use, quien logra convertirse en el presidente del partido conservador se vuelve automáticamente en el primer ministro, ya que el PLD siempre ha ostentado la mayoría en la Cámara Baja; pero, qué motiva, entonces, al presidente en turno dejar su cargo.
Hay varias razones. Primero, los que han durado más tiempo en el poder, como Eisaku Sato (1964-1972), Yasuhiro Nakasone (1982-1987) y Jun’ichiro Koizumi (2001-2006), han dejado voluntariamente el cargo, ya que han logrado consumar sus proyectos políticos. Otros como Ryutaro Hashimoto (1996-1998) y Takeo Miki (1974-1976) han tenido que renunciar después de perder importantes escaños en una elección nacional. Igualmente, otros como Yoshiro Mori (2000-2001) y Shinzo Abe (2006-2007) han dejado el poder por sus ineficientes gestiones. En esta categoría podemos poner al primer ministro Fukuda. Por otro lado, algunos como Kakuei Tanaka (1972-1974) y Sosuke Uno (1989) han dejado el poder después de que la presa sacó a la luz pública sus escándalos.
Cabe destacar dos cuestiones curiosas. En la larga historia del dominio del PLD, sólo dos mandatarios han fallecido en el cargo, Masayoshi Ohira (1978-1980) y Keizo Obuchi (1998-200), mientras que sólo uno, Takeo Fukuda (1976-1978), padre del actual Primer Ministro, ha perdido una elección interna siendo el presidente en turno.
En suma, hay distintas razones que explican la dimisión de un primer ministro. Además, hay que destacar que no siempre se llevan acabo las elecciones internas. Todo depende de los momentos políticos; pero en el caso particular de la renuncia de Fukuda no será el caso. En su discurso de dimisión, el Primer Ministro anunció la realización de elecciones internas y pidió a los mandos del PLD que realizaran unas elecciones ejemplares que permitan sobrepasar la crisis que vive Japón (más bien dicho su partido). De este modo, el próximo 22 de septiembre se realizarán las elecciones internas y quien resulte ganador será el siguiente primer ministro, además de que tendrá que convocar a comicios anticipados en las siguientes semanas.
Por ahora se han postulado cinco candidatos con perfiles distintos: Taro Aso, secretario general del PLD, Kaoru Yosano, Ministro de Finanzas y Políticas Económicas, Yuriko Koike, ex ministra de Defensa, Shigeru Ishiba, ex ministro de Defensa, y Nobuteru Ishihara, ex ministro de Caminos y Transportes. ¿Quién será el afortunado en dirigir las riendas del PLD? Si no pasa nada extraordinario, el ganador será Aso; pero quién es él y qué implicaciones traerá para Japón su llegada, lo analizaremos en la cavilación de la semana siguiente.