12/29/2009

Lecturas de 2009

Debido al aumento de trabajo (algo bueno para mi economía familia, sin duda) el año 2009 he tenido que viajar mucho en tren. Dos, tres… en ocasiones hasta diez horas a la semana, no lo sé. Algo desgastante, pero al mismo tiempo confortable, ya que en mis largas horas sentadas (y también de pie) he podido leer muchas cosas distintas a mi especialidad: la historia y la ciencia política. He aquí  algunas obras (una lista enorme. Resultado de mi tiempo de viaje en tren)La novela policíaca siempre ha sido de mi agrado. He leído los clásicos europeos y los pocos conocidos (por lo menos en los países de habla hispana) clásico japoneses como las obras de Ranpo Edogawa y Seishi Yomikizu, pero en este año decidí leer algunas en español. Una que simplemente me pareció mala fue Muertos Incómodos escrita por el Subcomandante Marcos y Paco Ignacio Taibo II. En especial, la parte que escribe el encapuchado guerrillero: sin comentarios. Creo que es mejor luchador social que escritor. Igualmente, leí de Paco Ignacio Taibo II: Cuatro manos. Obra interesante que nos hace viajar por la historia del siglo XX, en donde dos periodistas (uno gringo y otro mexicano) nos muestran un mundo oscuro. Finalmente, del mismo Taibo II. La bicicleta de Leonardo. Buena novela, pero al final uno tiene que atar los cabos. 
    Por otro lado, el año de la vaca (o toro según el horóscopo chino) me ha permitido conocer personalmente a dos connotados escritores latinoamericanos.
    El primero es el mexicano Juan Villoro. Antes de conocerlo, decidí leer algunos de sus libros y creo que en mis largos recorridos leí casi la mayoría. Efectos personales: una colección de ensayos que analiza algunas novelas importantes de la literatura universal. Un tema que me resultó algo complicado. No conozco la mayoría que salen ahí. Una pena sin duda. Otro libro que me gustó de él fue Dios es redondo. Villoro (necaxista de corazón como el que escribe estas líneas) nos describe con mucha pasión, pero también con una excelente prosa, lo que es el fútbol. El disparo de argón, la historia de un médico catalán y su obsesión por el orden. Y no podemos dejar a un lado El testigo. Obra que nos hace viajar por el tiempo y que nos muestra una faceta de la Cristiada, así como lo tan desagradable que puede ser el grupo Super Tramp. Materia dispuesta: una versión mexicana de la serie estadounidense Los años maravillosos, que muestra la transformación de la ciudad de México en los años del Modelo de Desarrollo Estabilizador. Finalmente, Los culpables, colección de cuentos en donde se muestra el desahogo de seis personajes muy mexicanos…
    El segundo escritor que conocí es el salvadoreño Horacio Castellanos Moya. Un tipazo. Leí dos obras de él. El desmoronamiento y Tirana Memoria. En los últimos 5 años he dedicado una parte de mi vida al estudio de la política centroamericana. Estas obras me han permitido conocer la historia de esta región desde otra óptica, pero más allá de eso, son dos obras excelentes que muestran el drama humano. En especial la última parte de El desmoronamiento es excelente.
    Pero aquí  no se termina la lista. En uno de mis viajes leí 101 Reykyavik de Hallgrimur Helgason. Esta traducción del inglés la compré en el verano de 2008 en Islandia cuando estuve por esas heladas tierras. No me animé a leerla hasta este año. Mi impresión de la obra…. es muy oscura, pero me gustó. Probablemente, porque muchas de los lugares que salen ahí me eran familiares. Mi hotel estaba en el zona postal 101 de esta ciudad portuaria.
    Un libro más a la lista es El ombligo del dragón de Ximena Sánchez Echenique. Una obra que probablemente no la hubiera leído, pero el destino me llevó a él. La autora es cuñada y esposa de dos amigos de mi infancia y su cuñado me visitó en este año. Él me comentó que su cuñada era escritora y no pude aguantar la tentación y decidí comprarlo. La obra no es mala. Es algo compleja y con tintes de orientalismo que no me gustan, pero creo que pueden ser digeribles. Aunque hay mejores obras… opinión sincera.
    Ahora bien, este año también me topé con tres libros de tres escritores demasiado complejos. Una es El escritor y sus fantasmas de Ernesto Sabato. Una obra que muestra su conocimiento muy profundo de la literatura, pero demasiado denso para mí, además la versión que leí estaba en japonés. La segunda obra es Cuadernos de Canguro del escritor japonés Kobo Abe. Una obra surrealista de un hombre que un día le aparece una especie de planta en el pie. Parece que saldrá pronto una traducción al castellano. Un escritor muy bueno, mejor que Haruki Murakami, desde mi gusto. La tercera obra es Cuentos Completos de Juan Onetti. Muy complejos. Como lo ha denominado Juan Villoro, Onetti es el escritor que más le gustan a los escritores, pero con menos seguidores en el mundo normal. Yo soy parte del último. Al leer sus cuentos, me cuestioné mi capacidad de comprensión del español. En algunos momentos creí que ésta se había deteriorado por mi larga estancia en Japón. En serio, leí un cuento y no lo entendí. Esa sensación es algo bochornosa, pero probablemente es el encanto de este escritor uruguayo.
    Y bueno, también leí algunas obras de escritores japoneses. La lista es larga, así que pongo dos. Una es La gata, Shozo y las dos mujeres de Junichiro Tanizaki. Esta obra se traducirá probablemente en un par de años al español y narra de manera cómica, cómo era la vida en el decenio de los treinta  en  Japón Para los amantes de los gatos es una lectura obligatoria. La segunda es Una novela odiosa de Natsuhiko Kyogoku. No creo que se traduzca esta obra al castellano. De hecho sólo una de sus novelas policíacas se ha traducido a un idioma europeo. La obra narra 7 episodios odiosos. Es una combinación de humor negro y mal gusto.
    Finalmente, terminó este largo recorrido, recomendando un cómic japonés que me gustó. Saint Young men de Hikaru Nakamura. Esta obra describe la vida de Buda y Jesús. Un día, estos personajes, al ver que la humanidad había logrado sobrepasar el fin del siglo XX, deciden reposar en Tachikawa, uno de los suburbio de Tokio. Ahí, los dos viven en un modesto departamento. Buda es un tipo ahorrador que tiene como afición imprimir playeras y Jesús es un amante de los juegos de video, un gastador compulsivo y tiene un blog personal. Una sátira interesante. Algunos chistes son muy japoneses, pero otros son buenos…

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